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Ángeles ha pasado dos días y una noche en la estación. J. M.
La mujer que tuvo que dormir en la estación de autobuses de Granada logra una plaza en una vivienda social

La mujer que tuvo que dormir en la estación de autobuses logra una plaza en una vivienda social

El Ayuntamiento le ha buscado alojamiento en una de las residencias de la asociación Ocrem para gente sin hogar, donde ya se trasladó anoche

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Jueves, 20 de febrero 2020, 01:46

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«Ya me veía durmiendo otra noche más aquí. Ha sido horrible. Es muy duro encontrarte en una situación así». Con la mirada perdida y un lagrimeo constante recorriendo su rostro, Ángeles narra los dos días y la noche que ha tenido que permanecer en la estación de autobuses de Granada tras quedarse sin hogar y no tener a quién acudir ni dónde refugiarse. «Nunca me había visto en una situación así, ni hubiera pensado jamás que esto me pudiera ocurrir. Pero aquí estoy, durmiendo en un banco», explica la mujer de 65 años sin quitar ojo a sus pertenencias, que desde la noche anterior se apilan en uno de los rincones de la estación.

La mujer llegó el martes por la mañana a la estación desde la casa en la que residía, sede de una ONG en Armilla, tras abandonar el centro por un problema con el personal. «Me dejaron con las maletas en la puerta y sin saber dónde ir», cuenta. Finalmente, acabó pasando esa jornada y todo el día de ayer entre viajeros y autobuses. Pensaba que también tendría que dormir en este lugar anoche, pero la publicación de su historia en este periódico y la actuación de los agentes de policía para intentar ayudarle llegó hasta el Ayuntamiento de Granada, que le ha buscado un hueco en una de las viviendas para personas sin hogar de la asociación Ocrem, una entidad sin ánimo de lucro dependiente del Consistorio granadino que centra su atención en aquellas personas que se encuentran en situación de exclusión social.

Un milagro

«Hace una hora, vino una joven de la asociación y me dijo que esta tarde ya podría llevar mis cosas. Así que estoy aliviada porque se ha obrado un milagro, pero triste a la vez por todo lo que he tenido que vivir», relató ayer. Aunque el Ayuntamiento afirma que la mujer podrá estar allí todo el tiempo que sea necesario, Ángeles espera poder encontrar una salida a su situación «lo antes posible». Para ella, su sueño sería encontrar un trabajo como interna para cuidar a personas dependientes. De este modo, tendría un hogar y comida, y podría ganar su propio dinero para mantenerse y ahorrar con el fin de regresar a su verdadero hogar, Galicia, de donde es originaria: «Tengo 65 años. Lo que necesito es que todo esto pase y ser feliz. Quiero volver a casa y dejar esta desesperación atrás».

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