La inmunización frena ya la mortalidad y los ingresos en hospital de la tercera ola en Granada
Las víctimas mortales del virus en la provincia disminuyen de forma significativa con respecto a la segunda ola pese a que la incidencia sigue siendo alta tras tres meses de vacunación
A expensas de lo que ocurra durante los meses de abril y mayo, los datos de 2021 comienzan a mostrar el efecto de las semanas ... de vacunación en la población granadina durante la tercera ola de la covid-19. La principal buena noticia es una caída significativa de la mortalidad, en especial en los grupos más vulnerables y de mayor riesgo, como los mayores de ochenta y usuarios de residencias, los objetivos prioritarios durante los primeros compases de la campaña. También se registra un descenso, aunque bastante menos acusado, en las hospitalizaciones, mientras la media de nuevos casos diarios se mueve a menor ritmo. Los expertos, de hecho, consideran que aún quedan «semanas duras», al menos hasta finales del mes próximo, mientras todos los ojos están puestos en una mayor disponibilidad de vacunas y que estas lleguen a más capas de población.
De acuerdo con la serie de datos corregidos que ofrece el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), marzo ha sido el mes de este año con menor número de nuevos positivos diagnosticados cada día, con 146,2. La cifra se encuentra un 35% por debajo de la comunicada en febrero, y el diferencial alcanza hasta el 70% con respecto a enero, cuando las vacaciones de Navidad se dejaron notar con claridad y elevaron la cota hasta los 494 casos al día. Este indicador se encuentra cerca del de diciembre de 2020 (103,7), lo que resulta una noticia esperanzadora porque se produce con unas restricciones de movilidad mucho menores de las que había activas entonces y que ya habían estado en marcha durante semanas. Entre las razones por las que la incidencia sigue sin bajar de forma apreciable (se situaba ayer mismo en 290,5 casos por 100.000 habitantes en 14 días, muy cerca de volver a entrar en la zona considerada como «de riesgo extremo» por las autoridades sanitarias) está la mayor contagiosidad de las nuevas cepas; los expertos recuerdan que la británica se ha convertido ya en la más importante de Europa.
El desplome de la mortalidad
El principal punto positivo, sin embargo, hay que buscarlo en el desplome en el número de víctimas mortales provocadas por la covid-19. Durante el mes pasado se alcanzó el promedio más bajo de muertes en un día desde agosto de 2020, cuando el sueño de una nueva normalidad comenzó a encontrarse con la realidad de la segunda ola. En concreto, la cifra se quedó en 1,4 víctimas diarias en la provincia granadina, un 70,3% menos que en febrero. La brecha se agranda hasta un 85% si la comparativa se realiza con las cifras de enero.
Los expertos en salud pública consultados por este periódico coinciden en señalar que este es un efecto relacionado directamente con la campaña de vacunación que arrancó no sin dificultades en toda España el pasado 27 de diciembre. «Es lo más importante que podemos ver, sobre todo en los mayores de ochenta años, así como la disminución de los casos más graves», señala Joan Carles March, de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP). Una valoración con la que concuerda José Martínez Olmos, también especialista en la materia y quien llegó a ser portavoz de la comisión de Sanidad en el Congreso. «La protección, sobre todo entre las personas más edad, tenía lógicamente que notarse, así como en otros colectivos que ya han recibido bastantes vacunas, como los profesionales sanitarios», añade.
Los expertos en salud pública auguran que aún quedan «semanas duras» que prevén que alcancen al menos hasta mayo
Martínez Olmos señala asimismo que las cifras apuntan a un «descenso en la media de edad de las personas que requieren hospitalización». Un indicador que también ha bajado de manera sensible. Entre febrero y marzo, por ejemplo, la caída fue de 33,8 puntos porcentuales hasta quedarse en 15 nuevos ingresos diarios en términos promediados. Es la cota más baja que se alcanza desde diciembre. Pese a todo, este es el indicador que menos disminuye, con la excepción de las entradas en una unidad de cuidados intensivos (UCI), si el análisis se realiza con los datos de toda la segunda ola y hasta el momento. La caída en este sentido es del 11,4%, considerando aquella desde la semana del 5 de octubre de 2020 hasta finales de año, y contando desde el día de Reyes hasta el cierre de marzo como tercera oleada.
Todavía queda combate
Pese a que los datos hasta el cierre de marzo dejan cierto lugar para la esperanza, los expertos en salud pública señalan a que es muy pronto para comenzar a cantar victoria. «En abril y mayo nos jugamos mucho», como resume Joan Carles March. La petición más habitual en este sentido es la de imprimir mayor ritmo a la vacunación, sobre todo en personas mayores y con patologías previas, ya que la campaña no está ni de lejos en buenos parámetros en toda Europa; y ello pese a que España se ha comportado mejor hasta el momento que el resto de la Unión y Andalucía mejor que la mayor parte del país. «El riesgo todavía está ahí», previene también Martínez Olmos. «No puede darse la sensación de que la gente más joven está más protegida, porque nadie se libra de pasar la enfermedad ni de sufrir consecuencias graves», recuerda. Todavía está por ver cómo se refleja en los datos el efecto del puente de San José y de las escapadas, en teoría prohibidas más allá de las fronteras interprovinciales, que se hayan podido producir durante la Semana Santa.
Pese a todo, los expertos dejan lugar para la esperanza. «Si se cumplen las previsiones», afirma el exportavoz de Sanidad en el Congreso de los Diputados, «se puede ser optimista de cara al verano: en este caso le podremos ver otra cara a la pandemia durante el segundo semestre» de 2021. Joan Carles March, pese a compartir la idea, reconoce que Granada y España se enfrentan «a una situación mucho más complicada de la que deberíamos haber tenido», sobre todo por unos acuerdos entre la Unión Europea y las compañías farmacéuticas que califica como «malos», así como por el hecho de que en amplios grupos de población la vacunación siga siendo «prácticamente testimonial». «Avanzaremos mucho, sobre todo cuando empiecen a incorporarse más vacunas nuevas», remata.
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