El mítico garito Ruido Rosa de Granada echa el cierre
El templo musical de Pedro Antonio, santo y seña de la mejor música del país durante años, desaparecerá tras más de tres décadas en primera fila
Malas noticias. Sorprendentes. Desasosegantes. Inquietantes. El mítico garito Ruido Rosa, sito en la calle Sol, una perpendicular de Pedro Antonio de Alarcón, ha anunciado que ... echa el cierre.
Con esta decisión, el templo musical de Granada, santo y seña de la mejor música del país durante años, desaparecerá tras más de tres décadas en primera fila.
El Ruido, como le llaman al menos dos generaciones de granadinos y granadinas, ha hecho brillar a la ciudad de la Alhambra en el mapa musical de todo el país junto al Planta Baja, la gran sala de conciertos al sur del Manzanares.
La publicación en Instagram de la noticia ha causado una conmoción en la Fuerza musical de la ciudad, esa extraña piel de músicos, fans y seguidores, técnicos, amantes y odiantes, diseñadores y parroquianos de un garito único en la también piel de toro patria.
Los responsables del establecimiento, en un texto ciertamente cariñoso y nostálgico, no aducen las razones de lo que llaman directamente «El Persianazo», pero sí explican la experiencia de estar al frente de tamaña institución.
«Dear friends», comienza la publicación en Instagram. «Creemos que es el momento oportuno de confirmar lo que ya es un secreto a voces: a finales de junio, Ruido Rosa, tu Ruido Rosa, cerrará sus puertas», confirman el peor de los augurios para una secta sedienta de música, baile y copas.
«En los últimos años, estas cuatro desvencijadas paredes han presenciado un viaje mágico, inexplicable y maravilloso: la creación de un sentimiento de amistad y comunidad que no ha entendido de género, raza, nacionalidad ni generaciones», prosigue la publicación.
Agradecimiento y amor
Se muestra agradecidos. «Hemos tenido la inmensa suerte de conocer y compartir momentos inolvidables con gente increíble que siempre nos ha apoyado y aportado un amor y un cariño imposible de explicar con palabras». «No hay espacio suficiente para enumerar a toda la gente que ha trabajado, pinchado, colaborado, bailado, sudado y disfrutado en esta vuestra casa».
Se despiden con amor. «Tan sólo, darte un millón de gracias a TÍ, que has sido protagonista. Nos despedimos con una enorme sonrisa. Ya nos pondremos melodramáticos cuando anunciemos el día de la despedida. De momento, os invitamos a disfrutar y a darlo todo estos últimos fines de semana que nos quedan».
Terminan el escrito con una estrofa de una canción de Los Beatles, 'The End':
«And in the end
The love you take
Is equal to the love you make».
Las reacciones de la parroquia
Las reacciones de la parroquia, al pie del texto publicado, son dosis de energía y satisfacción envueltas en una declaración de amor.
El periodista Jon Pagola, por ejemplo, se marca un decálogo estratosférico de lo que supone el Ruido. «Millones de gracias a vosotros. Cuesta no ponerse melodramático, pero la realidad es que el Ruido es irreemplazable en Granada porque:
1) No hay ni por asomo un bar igual en la ciudad.
2) Suena 'Take on me' y siempre te parece que es la primera vez (aunque la hayas oído millones de veces).
3)Tiene un póster de Primal Scream en el baño porque a su dueño le flipa el grupo y no lo hace por postureo indie.
4) Puedes ir solo pero siempre terminas de cháchara con alguien de 20, 30, 40, 50 años. La edad es un número.
5) Se disfruta la música de verdad, sea pop, rock, petardeo, punk, indie, pospunk o el estilo que toque.
6) Lo que pasa en el Ruido se queda en el Ruido. Y esto incluye sus recovecos, baños y escaleras.
7) Sergio es único en su especie. Ian McCulloch meets Robert Smith meets Brett Anderson con gorra Beatle y vestido de negro de los pies a la cabeza
8) El o la DJ pincha en tu cara mientras no paras de pedirle canciones.
9) El espejo de los selfies en grupo.
10) Es un reducto. Un oasis.
Antonio, batería entre otras de la banda Pelomono, escribe: «El primer bar a el que fui cuando vine a Granada en otro siglo y la primera vez que escuché 'Tomorrow Never Knows' de los Beatles. Haciendo caso al título de esta canción, espero que el persianazo no sea definitivo. Un abrazo a toda la familia ruidosera».
Hay muchos más comentarios, que van cayendo como lágrimas en la lluvia, como las canciones que no se escuchan y los besos que no se dan.
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