Los 5 minutos y 53 segundos del pleno más imprevisible

El alcalde, José Morales (PSOE), presenta el proyecto de actuación del telesquí el Puente y la línea nieve asociada.

Forma parte del plan estratégico 2030 de Cetursa. Se trata, en realidad, de una doble infraestructura con un presupuesto de 2,5 millones de euros. Un remonte menos invasivo que otros, destinado a subir a los deportistas de competición a una zona de entrenamiento y desarrollo de la prueba. No será exclusiva para ellos, pero sí de uso preferente para liberar la parte de la Loma de Dílar y que tengan un sitio al que puedan subir y bajar varias veces en un mismo día con mayor rotación para practicar gracias al doble telesquí. Un apoyo para que Granada retome la senda competitiva de los tiempos de María José Rienda y que los equipos andaluces mejoren los resultados en el ámbito nacional. No se trata de una pista esquiable nueva. Simplemente, requiere de la licencia por parte del Ayuntamiento de Monachil.

Interviene la portavoz del PP, Cristina Marín, quien recuerda que, efectivamente, el proyecto cuenta con todos los informes técnicos favorables y se han desestimado las alegaciones presentadas. El primer giro de guion viene cuando, acto seguido, anuncia que su grupo –el mayoritario de la oposición, con cuatro concejales– se abstendrá en la votación. «Nosotros no tenemos nada que decir», remata.

El alcalde emite un leve carraspeo y da paso al portavoz de IU, Blas Gómez. Anticipa que los dos representantes de su grupo votarán en contra y hace una defensa proteccionista de la estación y el entorno del parque. «Se supone que el objetivo es llevar a más gente al entorno donde ahora mismo no hay pistas. Implica además un aumento de cañones de nieve, con la situación climática que estamos sufriendo, con cada vez menos tormentas de nieve. Se gastará más agua de las balsas que tienen concedidas [Cetursa] y lo que se quiere es intentar suplir la nieve natural con la nieve artificial. Supone más gasto de agua, más presión de personas en un entorno que ya está presionado, una presión a todas las especies endémicas de Sierra Nevada. Es cierto que todos los informes técnicos y jurídicos son correctos, pero hay cosas que sobrepasan los informes».

Son afirmaciones matizables. Entre otras cosas, la aprobación del proyecto no conllevaría en sí misma un mayor aprovechamiento del agua. El mismo volumen autorizado se tendría que repartir entre más zonas y lo que permitiría, en todo caso, es que la pista de el Puente pudiera estar más días operativa. No obstante, el discurso del portavoz de IU es el único coherente con la posición de su voto.

Mientras prosigue con su alegato, algunos concejales revisan el móvil, el alcalde mira al público y seis personas presentes exhiben otros tantos carteles manuscritos donde se leen mensajes del tipo «La nieve alimenta a algunos, sin nieve no come nadie».

La presión de estos seis vecinos con seis cartones está detrás del tacticismo con el que empezarán a moverse PSOE y PP. Ambos quieren que el punto salga adelante, pero –al ser posible– que lo apruebe el otro; para no granjearse el abucheo de los ecologistas; que, por otra parte, permanecen en respetuoso silencio.

Continúa la única edil de Vox, Raquel Alcalá, que simplemente interviene para manifestar su abstención, en línea con el PP.

Cierra el alcalde, visiblemente contrariado porque intuye que el proyecto no se aprobará. Sobre el papel, era perfecto: el voto favorable del PP –partido que gestiona en estos momentos Cetursa– bastaba para que el punto saliera adelante sin que el PSOE tuviera que retratarse. Es decir, la oposición –en minoría– ganaba una votación por encima del propio equipo de gobierno. Los pajaritos disparando a las escopetas. Pero no sucede así.

«Se produce una situación curiosa cuanto menos –comienza José Morales–. Uno de los partidos que forma parte del equipo de gobierno va a votar en contra y la oposición se va a abstener. Si el PSOE se abstiene no se aprueba el punto, no hay ningún voto favorable. Quizás requerirá en este caso un replanteamiento. Es algo promovido por Cetursa, donde gobierna el PP, deciden abstenerse en lugar de votar a favor, me sorprende. Por parte del PSOE también la votación será la abstención y entiendo que se quedará este proyecto de actuación sin aprobarse», reprende al PP que actúe igual que los socialistas.

La portavoz del PP le responde: «Tenemos derecho a decidir lo que queremos hacer cuando no tenemos seguridad, lo promueva quien lo promueva. No lo vemos claro y decidimos no votarlo a favor ni en contra. Nos falta mucha información, si usted nos puede dar más a lo mejor podemos votar. Tenemos derecho a abstenernos, si a usted le parece bien, con su permiso. A lo mejor tenía preparado algo y se le ha torcido», insinúa que había trazado una envolvente para echarle encima al sector ecologista.

«Es significativo, porque lo normal es que los puntos que traemos al pleno se aprueben. Este parece que no se va a aprobar», se muestra frustrado porque se va a quedar sobre la mesa un proyecto millonario.

Pasados 5 minutos y 53 segundos se vota y es IU quien gana el debate con sus dos únicos concejales.

La inusual situación tiene sus consecuencias, porque si no empieza ya –antes de las elecciones municipales– esta obra no estará para el inicio de la nueva temporada; pese a tener todos los informes favorables.

Mañana lunes habrá una reunión en el Ayuntamiento con todos los grupos políticos, a la que asistirá el director de Cetursa, Jesús Ibáñez, para detallar el proyecto e intentar reescribir este estrambote. Antes de que la bola de nieve se haga más grande.