
El Parque de las Ciencias y la Ley de Transparencia
Miguel Guirao y Ernesto Páramo
Martes, 11 de marzo 2025, 00:38
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Miguel Guirao y Ernesto Páramo
Martes, 11 de marzo 2025, 00:38
Como ciudadanos españoles estamos, y nos sentimos, protegidos por la Constitución, el marco legal sobre el que descansa toda la arquitectura del Estado de Derecho ... de nuestra democracia. Y a la Constitución se ciñe precisamente la Ley de Transparencia de Andalucía, ley que también nos ampara y que debe respetar de forma especial la administración pública andaluza. Por ello queremos señalar aquí la anomalía que supone actuar abiertamente contra esta Ley tan importante, en el extraño caso que nos ocupa. Sean tan amables de leer estas líneas y valoren ustedes mismos:
Ley de Transparencia de Andalucía, exposición de motivos: «La transparencia es inherente a la democracia y constituye una pieza fundamental para el establecimiento de una sociedad democrática avanzada, que es uno de los objetivos proclamados en el preámbulo de nuestra carta magna.
Sin el conocimiento que proporciona el acceso de los ciudadanos a la información pública, difícilmente podría realizarse la formación de la opinión crítica y la participación de todos en la vida política, económica, cultural y social, un objetivo irrenunciable que los poderes públicos están obligados a fomentar (artículos 9.2 de la Constitución y 10 del Estatuto de Andalucía).
… La presente Ley tiene por objeto profundizar en la transparencia de la actuación de los poderes públicos, entendida como uno de los instrumentos que permiten que la democracia sea más real y efectiva. Esta no debe quedar reducida al mero ejercicio periódico del derecho de sufragio activo».
Verán. En el consejo rector de junio de 2022 fuimos nombrados asesores de forma totalmente transparente y siguiendo un procedimiento claro: punto monográfico del orden del día, informe previo, debate, votación nominal, persona a persona, y acuerdo unánime. Entonces, sí que se hicieron las cosas bien. El famoso burofax de nuestro cese, firmado por Fernando Vélez, jefe del servicio jurídico, menciona que el consejo rector dispuso el cese «en los términos establecidos en los estatutos». Pero, ¿qué parte de los estatutos y con qué procedimiento? Como decíamos, el cese fue camuflado en un voluminoso informe de gestión, sin seguir el mismo procedimiento que los nombramientos. Esto viola el principio de 'contrarius actus', que exige que el cese se realice de la misma manera que el nombramiento. No hay duda posible.
Además, las razones justificativas que se aducen vienen a decir que está ligado a la renovación de la dirección gerencia. Pero, el art. 17.2, dice claramente que los asesores lo son del 'Consorcio', desde el portero a la dirección, y especialmente de los órganos de gobierno, por lo que no están ligados a la suerte del director saliente. De ningún modo eso es así. Todo esto parece demostrar que ni el gerente, ni el jefe del servicio jurídico, se han leído los estatutos. El 23 de enero presentamos un recurso de reposición solicitando la nulidad del proceso. Posteriormente algunos miembros del consejo pidieron que se nos citase a una reunión para poder debatir el asunto y tomar una decisión bien informados. Pero, en contra de los que exige la citada Ley de Transparencia, no se permitió tan lógica demanda. Cuando se plantee un nuevo consejo rector, preceptivo para resolver esta cuestión, quizás sería un buen momento para que sus miembros, conociendo todo lo relativo a este asunto, y libre de camuflaje, puedan debatir y ejercitar libremente su derecho a votar con pleno conocimiento. Estas son algunas preguntas legítimas: ¿Cuál es el peligro de escuchar a los asesores? ¿Por qué evitar a toda costa el debate? ¿Quién gana con estos ceses precipitados?
Esto está pidiendo una reflexión y, sobre todo, más transparencia en la gestión de la cosa pública tras la pronta salida del gerente actual. La experiencia demuestra que no es bueno cerrar en falso ninguna crisis. Por último, dejen que insistamos una vez más en algo importante. El Parque de las Ciencias es un ejemplo de éxito, nacional e internacional, del que toda Granada se siente orgullosa. Hemos logrado que miles de personas, profesionales, empresas y todas las instituciones, sumaran su talento y esfuerzo para hacerlo posible. Desde su mismo origen en 1989, ha sido un ejemplo de tarea en común de una Granada moderna y en positivo. No tiene pues ningún sentido que, a las puertas de su 30 aniversario, se rompa esa unanimidad y el buen hacer de tantos años.
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