Del método Galera para ganar vecinos a los cheques bebé de Ferreira
Los alcaldes de dos pequeñas localidades de la Granada vaciada relatan cómo afrontan la lucha contra la despoblación
Más allá del plan de choque de un millón de euros, la maquinaria entera de la Diputación se pondrá al servicio de la estrategia de ... lucha contra la despoblación que es «el mayor reto de este mandato», en palabras de su presidente, José Entrena. Cada obra financiada por la institución provincial, cada convocatoria de ayudas y cada proyecto primará a los municipios que se desangran.
La idea es que cada una de las acciones vaya calando como «lluvia fina». Una sola familia que se instale en un pueblo vaciado ya será un éxito. Es la filosofía que están aplicando en Galera, con 1.107 habitantes en la comarca de Huéscar, donde han cogido el «pico y pala» para ganar pobladores.
Desde 2020 han sumado 54 vecinos, que a otros le pueden parecer pocos, pero que aquí se celebran. No es para menos si se tiene en cuenta que su censo lleva en regresión desde 1950, con la única excepción de una pequeña subida de 2010. Doblegar la curva demográfica ha sido todo un hito en el que quieren seguir avanzando.
Intentaron acoger a refugiados sirios pero, según explica el alcalde, José Manuel Guillén (PSOE) no lo han logrado por las dificultades que conlleva conseguir el estatus de refugiado. Sí han recibido con los brazos abiertos a una familia ucraniana, que se ha instalado en un casa cueva cedida por un vecino extranjero.
«La pérdida de población se ha visto aminorada en los últimos años por la llegada de jubilados que han visto en las viviendas en cueva de la localidad un buen lugar para vivir, así aproximadamente el 25% de la población es de origen extranjero. Además, en el último año, la incidencia de la pandemia ha provocado una vuelta al mundo rural, aumentando la población, aunque todavía las cifras absolutas sean bajas», relata el alcalde.
La pandemia y el gancho de las pintorescas viviendas cuevas restauradas les han echado así una mano a la hora de conseguir que se instalen más europeos jubilados que generan «un entorno muy agradable en el pueblo».
El profesor de yoga en Galera es inglés «y tenemos a medio pueblo apuntado». Ahora el reto es atraer a jóvenes. «Si consiguiéramos ocho o diez familias se generaría una dinámica económica positiva que se contagiaría», dice Guillén esperanzado.
Para continuar en esta línea, el Ayuntamiento ha formulado un proyecto que intentará convencer a familias jóvenes «que tengan intención de criar a sus hijos en un entorno saludable, seguro y conectado» de que Galera es el pueblo que están buscando.
Presentaron el proyecto «Nuevos modelos habitacionales para nuevos tiempos: Oportunidades de las casas cueva de Galera y su paisaje para la atracción de nuevos habitantes», que está pendiente de recibir una subvención de 50.000 euros gestionada por el Grupo de Desarrollo Rural del Altiplano. El proyecto cuenta con iniciativas similares a las que ahora replicará la estrategia de la Diputación para toda la provincia.
Estudiantes y bebés
Galera no es el único pueblo que lucha por no vaciarse. Otros alcaldes están dispuestos a combatir la despoblación a golpe de presupuesto municipal. Es el caso de Ferreira, en la comarca de Guadix, que ofrece ayudas de 100 a 250 euros a cada uno de sus estudiantes, otros 250 euros a las familias con niños por si tienen que llevarles a la guardería de Guadix y cheques bebés. Si es el primer niño de la familia, 800 euros, 1.800 para el segundo y 2.400 a la pareja que se anime con el tercero.
Este año una familia ha tenido el tercer hijo y nunca se dio una subvención con más alegría. «En el pueblo nace un niño al año, este año es fiesta porque van a ser tres, pero es que se nos mueren seis o siete vecinos», resume el alcalde Antonio Fornieles (PSOE). «Aquí merece la pena vivir, pero esta es una lucha muy compleja, tenemos que remar todos y si tengo un colegio con 12 niños no me pueden quitar una profesora», concluye.
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