Las Merendicas de Churriana de la Vega, privilegiado punto de encuentro en la Base Aérea

Es una fiesta de auténtica participación, que precede a la Cuaresma y que antaño llevaba a sus participantes al campo para echar un día de convivencia, ahora en este lugar privilegiado. Hay algo que nunca cambia, como el reparto de hornazos, un plato que tiene muchas versiones, pero que en esta localidad del Área Metropolitana sigue teniendo su sabor tradicional. Por eso, el ayuntamiento lo repartía entre los miles de asistentes a la jornada, fiesta local en esta ocasión.

Enorme el trabajo del personal municipal que aportaba lo mejor de sí mismo en distintas tareas, desde controlar el tráfico a organizar la piñata –tarea complicada–, en un auténtico trabajo de equipo. Al frente, el alcalde, Antonio Narváez, que recibía al coronel jefe de la Base, Miguel Durán, que tenía una agenda apretada pero no quiso perderse sus primeras Merendicas, llegando incluso a echar una mano en la preparación del chocolate que, entre otras, organizaban Mª Carmen Rivas y Carmen Espínola. «Le damos un diez», me dijeron, mientras el coronel les recordaba que su abuela era de Maracena, orgulloso de compartir el momento con los asistentes, con un saludo específico al personal de la Base que también colaboró.

Entre ellos, el teniente coronel Javier López, el capitán Gerardo Mochón, jefe de Relaciones Institucionales y Protocolo; el subteniente Francisco Piña y el brigada José Mesa, como siempre, estupendo narrador de algunas de las intervenciones de miembros de la patrulla ASPA, que siempre colaboran en el evento.

Se pudo ver, por ejemplo al EC -135, el nuevo helicóptero, que comandaban el comandante Francisco Valero, el capitán Carmelo Granado y el brigada Francisco J. Vivas. Este modelo sustituye al conocido H24 –pueden ver su réplica en una rotonda–, desde el que se pudo disfrutar de un simulacro de evacuación en camilla, con los cabos Acebal e Hitos como rescatadores y con el comandante Antonio Serrano; el capitán Pedro Vargas y el sargento primero Daniel Estévez como mecánico.

Hubo más momentos intensos que pudo ver en primera persona el comandante jefe de la Patrulla ASPA, Héctor Gallego, caso del solo protagonizado por los capitanes Rafael Gilabert y Víctor Fernández.

Mientras ponían todo su empeño en hacer disfrutar a los asistentes, las reuniones continuaban en torno a la comida –eso sí, sin fuegos, que la sequía no lo permite–, las charlas y las reuniones familiares como la formada por los Vallejo-Morente –besicos a mis Matis, entre otros–, que siempre me guían en esta jornada; y, por supuesto, todos los miembros de la corporación, incluida Lourdes Ramírez, feliz de que sus compromisos como diputada nacional no le hubieran impedido estar donde le gusta, entre su gente.

Con personas como Olga Pérez Lara, feliz con su reciente jubilación, al igual que Pepe López –que me invitó a su increíble moto con sidecar–, que acudió con su mujer, Carmen Gálvez; nombres como el de Leti Cantero, que supo disfrutar de la jornada, a pesar de la triste pérdida que ha sufrido recientemente; y gente joven que asegura la continuidad de una fiesta que, año tras año, con calor o con fresquito, convoca a un pueblo, Churriana, que sabe disfrutar.