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Antonio señala que ha saltado el charco para involucrarse en distintos proyectos de investigación.
El médico de familia granadino que lucha contra el SIDA en EE.UU. y quiere «acabar con la epidemia del VIH»

El médico de familia granadino que lucha contra el SIDA en EE.UU. y quiere «acabar con la epidemia del VIH»

GRANADINOS POR EL MUNDO ·

Antonio trabaja en Providence con una medicación que se usa de forma diaria para prevenir el VIH y «que está dando resultados muy satisfactorios y prometedores, disminuyendo significativamente el número de casos de nuevos diagnósticos» | Desea volver a Granada para pasar consulta y compaginarla con la implantación y desarrollo de ese medicamento en España

Carlos Balboa

Granada

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Domingo, 6 de enero 2019, 00:21

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Puede ser, casi con total seguridad, el estado menos conocido de EE.UU. Hablamos de Rhode Island, un diminuto territorio entre colosos como New York o Massachusets. Allí nos encontramos a Antonio Junco, granadino de 33 años que desde la ciudad de Providence aporta su encomiable granito de arena en la lucha contra el SIDA, en el marco de un programa de post-doctorado sobre enfermedades de transmisión sexual en la Universidad de Brown.

Licenciado en Medicina por la UGR, Antonio señala que ha saltado el charco para involucrarse en distintos proyectos de investigación que llevan a cabo en The Miriam Hospital en colaboración con la institución académica donde estudia. «Especialmente nos interesa la prevención de VIH y otras ETS en poblaciones de alto riesgo, incluidos los grupos LGTBQ, que son los que están más desproporcionadamente afectados por estas enfermedades», revela.

Antonio con su equipo de trabajo.
Antonio con su equipo de trabajo.

La actividad de este médico de familia y su equipo no se queda aquí, al contrario. Según cuenta, están trabajando «con PrEP (Profilaxis pre -exposición), que es es una medicación que se usa de forma diaria para prevenir el VIH, indicada en personas VIH negativas y que se encuentran en alto riesgo de ser contagiados por este virus. Esta medida», añade, «se lleva usando en Estados Unidos desde 2012 y está dando resultados muy satisfactorios y prometedores, disminuyendo significativamente el número de casos de nuevos diagnósticos de VIH».

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Antonio confiesa estar «contento de aprovechar las oportunidades de investigación que te ofrece Estados Unidos». Sin embargo, descubre que le gustará regresar a Granada «para trabajar de médico de familia, que es lo que más me gusta, conociendo el día a día de mis pacientes y prestándoles la atención cercana y accesible que necesitan para mejorar su salud».

«Me gustaría regresar a Granada para trabajar de médico de familia, que es lo que más me gusta, conociendo el día a día de mis pacientes y prestándoles la atención cercana y accesible que necesitan para mejorar su salud»

Sus aspiraciones profesionales también incluyen «compaginar el trabajo de médico de familia con la investigación clínica, que es lo que hace que se siga innovando en Ciencia, pudiendo adquirir nuevos conocimientos que podemos posteriormente aplicar«. No obstante, recuerda que »PrEP todavía no se ha implementado en España, más allá de algunos estudios en Barcelona, por lo que no está financiada por la Seguridad Social, a pesar de haber sido aprobada por la Agencia Europea del Medicamento y de ser recomendada por la OMS«. Es por ello que apuesta por poder ser uno de los que implanten esta medida en nuestro país, lo que, a su juicio, »puede ayudar, junto a otras medidas de prevención, a terminar definitivamente con la epidemia de VIH«.

«El PrEP puede ayudar, junto a otras medidas de prevención, a terminar definitivamente con la epidemia de VIH»

Ese deseo de regresar a su tierra viene respaldado también por el amplio abanico de cosas que añora de ella. «Lo que más echo de menos es salir a dar un paseo y el tapeo», asegura. Respecto a lo primero, destaca que «en Estados Unidos todo el mundo usa el coche en su vida diaria, tanto para ir al trabajo, ir a comprar al supermercado, o incluso para ir a visitar a un amigo a su casa. No verás a nadie paseando por las calles», precisa. Por otro lado, en relación a la comida, la distancia la priva de disfrutar de «esa cultura de ir de bar en bar», ya que, según explica «los precios de las cervezas y vinos son muy caros e incluso hay que pagar una propina extra al camarero que rondará el 18-20% de lo consumas».

Antonio, junto con dos compañeras, durante el Día del Orgullo en el que estuvieron trabajando de voluntarios dando información para fomentar que la gente se haga pruebas de ETS.
Antonio, junto con dos compañeras, durante el Día del Orgullo en el que estuvieron trabajando de voluntarios dando información para fomentar que la gente se haga pruebas de ETS.

Esta evidente diferencia en el día a día entre Rhode Island y Granada no ha impedido que Antonio de rienda suelta a su mayor afición: la música. En este punto, sus ocho años de conservatorio dan para mucho. «De hecho», puntualiza, «lo primero que hice cuando llegué aquí fue comprarme un piano eléctrico para tenerlo en el piso y siempre que puedo lo toco en mis ratos libres». Y una última perla: nuestro paisano también canta como tenor en el coro de la Universidad de Brown. Todo un artista, también más allá de la Medicina.

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