Un luchador por Granada
J. A. Paredes
Lunes, 24 de noviembre 2025
El pasado viernes 14 de noviembre falleció a los 89 años de edad y rodeado del cariño de sus familiares, quien fuera director-propietario del ... hotel Victoria de Granada Alfredo Morales Ortiz dejando un hueco muy grande…
Tras cursar estudios primarios y bachiller en los Maristas, se trasladó a Almería donde completó sus estudios al tiempo que iniciaba su vida laboral. Adquirida cierta experiencia en varios campos de la economía, volvió a su ciudad natal, Granada, y debido a su alma emprendedora y empresarial adquirió la propiedad del hotel Victoria del que fue, además, su director durante bastantes años.
Por allí pasaron premios Nobel, políticos, economistas, actores, actrices, literatos, toreros, equipos de fútbol y un sinfin de personajes que dieron vida al hotel y a sus espléndidos salones. Su cariño y querer por Granada le hizo fundar las famosas Tertulias del Victoria para pulsar la vida granadina, tertulias que comenzaban con un suculento almuerzo ofrecido por el propio Alfredo Morales para, tras los postres , comenzar a debatir, de la mano de Ramón Fernández Espinar, catedrático de la facultad de Derecho, los temas candentes andaluces y, sobre todo, granadinos, algunos dormidos en el sueño de los justos, para crear conciencia y buscar un futuro mejor.
Alfredo Morales, que destilaba granadinismo, se hizo a sí mismo, siendo reconocido como un personaje de gran inteligencia y luchador en los despachos para conseguir las metas que siempre soñó.
Su generosidad estuvo siempre a prueba de bomba con toda persona que llegara a hospedarse en el Hotel Victoria y con cuantos amigos pasaban a saludarle por este emblemático centro, fundándose en la cafetería la 'Peña de las Nueve', hora en la que acudían numerosos amigos y conocidos para departir con Alfredo los pormenores del día y las consecuencias políticas, económicas o sociales ya fueran de la ciudad, de Andalucía o de España.
Persona elegante y de buena conversación, nunca dejó de profesar su amor por Granada, aunque en ocasiones le costara más de un disgusto. Desde estas líneas, en representación de un grupo de amigos, mostramos nuestras condolencias a su esposa, Francisca Domènech, hijos y nietos.
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