La lucha contra las carteristas se libra en Granada

Los expertos en hurtos en la ciudad nazarí podrían dividirse en dos grupos. Por un lado, los delincuentes habituales, conocidos por las autoridades. Por otro, los que se desplazan hasta Granada para cometer fechorías. En el terreno de los carteristas, suelen ser mujeres procedentes de Bosnia y Rumanía. Se han detectado también a croatas y búlgaras, pero en menor medida. Ellas son las que actúan; otra persona, un varón, conduce el coche en el que se desplazan. «A veces vienen en autobús o tren, echan la jornada y se van. Cuando hacemos controles de hospedería para ver dónde les han identificado, ves que ayer estaban en Valencia, antes de ayer, en Madrid y hoy, en Granada», cuenta José Antonio Romacho.

En primavera, concretamente entre marzo y junio, se produjo un aumento de las denuncias por estos hechos. En consecuencia, la Policía Nacional estableció protocolos de vigilancia especiales, con agentes desplegados a todas las horas del día. Intervinieron, entre otros, Seguridad Ciudadana, personal de paisano del grupo de Hurtos de la Comisaría del Centro o la Unidad de Intervención Policial (UIP). «Todo esto contribuye a espantarlos y evitar que se asienten aquí», recalca el jefe. Con la llegada del verano, los delincuentes son conscientes de que el turismo se traslada a la Costa, pero Granada no deja de acoger viajeros en todo el año.

Junto a él trabajan los inspectores Cecilio y Teresa, esta última jefa de Hurtos, que detalla el modus operandi de las delincuentes. «Normalmente suelen ir dos o tres. Una hace de pantalla, es decir, si la víctima lleva la mochila puesta, se coloca delante con un mapa mientras otra le saca la cartera. Son expertas, lo hacen tan bien que la persona no se da cuenta de nada hasta que pasa un rato», señala Teresa. Sacan el dinero y tiran la cartera para que no las cacen con la prueba del delito.

En cuanto a las víctimas, según manifiestan los agentes, suelen ser extranjeros de avanzada edad. Las carteristas están tan especializadas que son capaces de distinguir de qué nacionalidades son y quiénes tienen normalmente más dinero para ir a por ellos. Al centrarnos en las zonas donde actúan, serían el Centro, la Alhambra y los miradore; el entorno de la Catedral, Alcaicería, Gran Vía, Plaza Nueva o Recogidas son las más elegidas.

Estas delincuentes son conscientes de que el hurto está castigado con una pena baja. Además, si son reincidentes tardan tiempo en ingresar en prisión, por lo que «la sensación de impunidad les lleva muchas veces a volver a delinquir». Aún así, la presión policial «funciona». «Hace poco, una dotación nuestra, vestida de uniforme, sorprendió in fraganti a dos de ellas hurtándole la cartera a una extranjera. Actuaron y las detuvieron», apostilla el jefe de la Comisaría Centro. En este sentido, es primordial la colaboración ciudadana. Avisar ante cualquier sospecha facilita el trabajo de la Policía Nacional. «A veces nos llaman los propios comercios, porque no les interesa que se produzcan», agrega.

Y como lo principal para evitar los hurtos es la prevención, los agentes recuerdan las claves a tener en cuenta cuando paseamos por el Centro. Si llevamos mochila, guardar en el interior, a buen recaudo, el monedero y los objetos de valor. Utilizar un candado para las cremalleras es igualmente muy útil. Los bolsos deben llevarse cerrados, cruzados y siempre por delante del cuerpo. Por último, bajo ningún concepto pueden dejarse en el suelo, porque al volver puede que ya no esté.