Tercer verano sin agua para un centenar de vecinos de Loja
Los habitantes de Puerto Blanquillo pasan otro año sin suministro en época estival y reclaman una solución a los problemas recurrentes de cal
Leticia M. Cano
Viernes, 4 de julio 2025, 00:24
Entrar a Puerto Blanquillo en Ventorros de San José, pedanía de Loja, es como atravesar un umbral al pasado. En este rincón olvidado del Poniente ... granadino, el tiempo parece haberse detenido. En los ojos de sus habitantes se refleja una realidad anclada a otra época. Aquellos que vivieron su infancia cogiendo agua del pozo o lavando la ropa en la pila, hoy vuelven a ella. De hecho, llevan así tres años.
Casi un centenar de vecinos está sufriendo un tercer verano sin agua en sus casas. «Esto es tercermundista», dice José Sillero, uno de los afectados, a las puertas del Ayuntamiento de Loja. Durante la mañana de ayer, los vecinos afectados se reunieron con el alcalde de Loja para llegar a un acuerdo y alcanzar una solución temprana ante los daños que llevan sufriendo durante tres veranos consecutivos.
Ir al baño, lavarse las manos, poner una lavadora, ducharse o fregar la vajilla se convierte en todo un reto para estos vecinos. Cada mañana se levantan con la esperanza de abrir un grifo y que salga más de una gota por él, pero, de momento, no es posible. La media de edad de sus habitantes supera los 60 años y las dificultades cada vez son mayores. «Tengo la pena de que mis nietos ya ni vienen a verme por esta situación», confiesa Rosa María Bermúdez desde la puerta de su casa.
Ocho camiones diarios
Ventorros de San José está conectado por dos kilómetros de tuberías con los depósitos de Puerto Blanquillo. Se trata de una zona de viviendas diseminadas en un territorio más alto. Según fuentes consultadas del Ayuntamiento de Loja, en ese tramo de tuberías hay problemas por acumulación de cal, lo que hace imposible que el agua llegue desde Ventorros de San José hasta Puerto Blanquillo.
Como alternativa ante este problema recurrente, el Ayuntamiento de Loja abastece directamente el depósito de Puerto Blanquillo con camiones de agua. Cada uno de ellos tiene la capacidad de transportar 5.000 litros. Uno de sus trabajadores confiesa que lleva hasta ocho camiones diarios, por lo tanto, los depósitos se llenan con 40.000 litros al día para las 54 viviendas de la zona –en verano viven hasta un centenar de personas–.
Sin embargo, los habitantes confiesan que esos litros no pasan por sus casas. «Algo está pasando con el agua, no hay que responsabilizar a todos los vecinos, pero tenemos el consumo de algunos de ellos que acredita que hay un gasto elevado en determinadas viviendas», declara Joaquín Camacho, alcalde de Loja. «¿Cómo vamos a derrochar agua si ni nos llega?», se preguntan los vecinos afectados tras la reunión con el alcalde.
Otra de las soluciones impuestas por el Ayuntamiento ha sido llevar garrafas de agua hasta el edificio municipal de Ventorros de San José. Según declaran los afectados, a cada vivienda le pertenecen tres o cuatro garrafas, es decir, 16 litros diarios que tienen que transportar hasta sus viviendas en Puerto Blanquillo. «Hace dos años nos las traían a la puerta de casa, ya ni eso», añade María Sillero, de 74 años.
Su hija Paqui acaba de cargar su coche de garrafas de agua. Ella misma las llena en su propia casa de Ventorros o las recoge en el edificio municipal para abastecer las necesidades de su madre. La carretera que conecta estos dos núcleos de población es un constante vaivén de curvas que multiplica los minutos que cualquier navegador puede prometer y recorrer el trayecto cada día se convierte en un suplicio cuando los años no dejan de pesar. «Estoy sin carnet, sin agua y mala», confiesa María.
Obras inacabadas
Sobre la carretera que une ambos núcleos pueden verse cientos de metros de tuberías que aún esperan para ser instaladas. Según el alcalde de Loja, se cambiarán los dos kilómetros de tubos lo más rápido posible. Ante la queja de los afectados por la lentitud, el alcalde ha organizado una reunión con los trabajadores del ayuntamiento y la empresa Gemalsa, con el objetivo de solucionar los problemas transmitidos y agilizar el proceso.
«Se han destinado casi 200.000 euros para ello», señala el alcalde. Además, explica que se unirá un kilómetro de tuberías, posteriormente se hará un 'bypass' para redirigir el flujo de agua y los vecinos recuperarán el suministro. Tras ello, se procederá a abrir una zanja para enterrarla. «Se espera un avance importante la semana que viene», añade.
El año pasado cambiaron 600 metros de conductos, pero queda claro que no ha sido suficiente. El alcalde señala que el trámite administrativo no avanza al mismo ritmo que a ellos les gustaría, pero que aún así cada año se han hecho cambios. «Lo que pasa es que la inversión que tenemos que hacer tiene que estar muy repartida porque hay más pedanías con problemas de abastecimientoa», sentencia.
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