La expedición granadina regresa a casa con 51 refugiados ucranianos en autobús
Viajan desde Varsovia a Loja, más de 3.000 kilómetros y cerca de 40 horas de trayecto para huir de la guerra y encontrar un lugar en el que rehacer sus vidas
Alberto Flores
Granada
Miércoles, 16 de marzo 2022, 00:49
Tras pasar prácticamente dos días seguidos en la carretera y recorrer más de 3.200 kilómetros, los cuatro granadinos que partieron de Loja cargados ... de suministros y con el objetivo de traerse consigo a 51 refugiados ucranianos llegaron este martes a Varsovia, en Polonia. Un lugar en el que han encontrado «mucho caos» y un número de refugiados mucho mayor al que esperaban. Ahora viajan de regreso a Granada, donde esperan llegar entre el jueves y el viernes, para continuar ofreciendo su ayuda a unas personas que han tenido que dejarlo todo por culpa de la guerra.
Después de descansar un poco en la noche del lunes para afrontar la segunda etapa de este viaje, Miguel Cerrillo, su hijo Miguel, José Luis Sánchez y su hija Bea llegaron por fin a Varsovia. En torno a las 10:30 horas se dirigían a la Expo de Varsovia, que ha pasado a convertirse tras la invasión de Rusia en un gran campo de refugiados. Allí dejaron todos los víveres que transportaban: pañales, comida, ropa, mantas, medicina… Todo lo que pudieron reunir en Loja para aportar su granito de arena. Y, tras descargar, fueron a recoger a los 51 ucranianos que trasladarán a Granada y ofrecerán acogida.
«La verdad es que ha sido todo un caos, en Polonia no se habla mucho inglés y ha sido difícil», cuenta a IDEAL Miguel, que, aunque ya se había hecho una idea de lo que iba a encontrar, la realidad ha superado lo que esperaba. «No te imaginas que pueda haber tantas personas en pleno siglo XXI pidiendo ayuda… Un país entero se ha desplazado de un día para otro y la mayoría va con lo puesto. Solo llevan una pequeña maleta, toda su vida en un espacio tan pequeño». De hecho, muchos ni si quiera pudieron hacer las maletas y se vieron obligados a dejarlo todo.
«La mayoría va con lo puesto. Solo llevan una pequeña maleta, toda su vida en un espacio tan pequeño»
Miguel Cerrillo
El momento en el que se dirigieron a por los refugiados fue uno de los más duros: «Muchas personas querían venir con nosotros a España pero no cabían más… Nos intentaban dar a sus hijos para que nos los lleváramos y no paraban de llorar. Esos momentos te destruyen por dentro». De hecho, la felicidad y sonrisas durante el viaje en carretera por la ilusión de poder ayudar a los ucranianos han tornado en otros gestos. «Las caras nos han cambiado. El silencio del autobús… Todavía están analizando la situación», argumenta Miguel.
Trasladan junto a ellos con destino Granada a varios niños, cuatro hombres y dos ancianos. Además de tres perros que vienen con las personas mayores y que «no querían dejar atrás». La barrera del idioma lo hace todo más complicado, aunque han encontrado entre los refugiados a una traductora que habla perfectamente el español. «En un principio ella no venía con nosotros pero gracias a Dios nos acompaña y nos está haciendo todo más fácil porque la gente habla muy poco inglés».
Por delante les quedan varios días de viaje porque, a diferencia de la ida, tendrán que hacer varias paradas al viajar con niños. Calculan que su llegada se producirá entre el jueves por la noche y el viernes por la mañana. Y ya les están explicando a todos que contarán con un hotel gratuito para alojarse durante unos días en Loja y después hay familias dispuestas a acogerles si ellos quieren. «Les hemos enseñado en un mapa dónde está Granada para que sepan a donde vamos porque la mayoría saben que van a España pero no a qué lugar», detalla el lojeño. Un viaje de más de 3.000 kilómetros para huir de la guerra y encontrar un nuevo sitio en el que rehacer sus vidas.
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