Hasta 30 refugiados de Ucrania desean rehacer su vida desde cero en Loja
La calidad de vida y las oportunidades laborales halladas en la ciudad lojeña lleva a la gran mayoría de refugiados a querer quedarse
Ángel Mengíbar
Miércoles, 23 de marzo 2022, 00:36
Tras conseguir escapar de su país y cruzar toda Europa huyendo de las bombas, los refugiados llegados a la ciudad granadina de Loja han ... encontrado la paz. Apenas cinco días después de su entrada en España, la gran mayoría de ciudadanos ucranianos tienen intenciones de quedarse no ya en Granada, sino más específicamente en Loja, para comenzar una nueva vida completamente desde cero.
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Así lo afirma Miguel Cerrillo a IDEAL, uno de los integrantes de la expedición lojeña que logró trasladar desde Ucrania a un total de 51 refugiados. «Muchos de ellos han comprobado que podrán tener un buen futuro en Loja, pues trabajo no les va a faltar», explica. Entre los refugiados se halla algún que otro albañil, electricista o fontanero, por lo que el sector de la construcción se erige como una oportunidad laboral más que apta para ellos.
Una lavandería, un taller de costura o las cooperativas de espárragos de la zona también habrían ofrecido trabajo a estos ucranianos. En total, alrededor de una treintena de refugiados desearían en este momento establecerse en Loja. Sin embargo, para ello aún quedan algunos flecos por resolver, y no precisamente superfluos. «Se espera que a lo largo de esta mañana los refugiados puedan iniciar los trámites para conseguir su documentación. Principalmente, el permiso de trabajo y de residencia», cuenta.
Hasta entonces, alrededor de unos cuarenta ucranianos permanecen en el Abades después de que varias familias abandonaran Loja el día después de su llegada. Una de ellas estaba compuesta por un matrimonio, dos niños y un perro, que viajaron en AVE hasta Valencia para internar a su hija pequeña de dos años de edad en el hospital a causa de su parálisis cerebral. El hotel Abades da cobijo al resto en distintas habitaciones y se encarga de su manutención.
A la hora de comer se concentran en zonas comunes, donde reciben atención piscológica a cargo de numerosos voluntarios. «Muchos presentan problemas de ansiedad. Es normal debido a toda la situación que han vivido. Necesitan tiempo para asimilarlo y pasar página». Junto a los traumas de la guerra, otro obstáculo dificulta la adaptación de los refugiados en Loja: el coronavirus.
La pandemia no ha acabado
Unos 19 ciudadanos ucranianos se hallan confinados en sus habitaciones tras haber dado positivo en covid. Desde su llegada a Loja se han sometido a diversas pruebas de antígenos, revelando entonces la presencia de varios contagiados entre el grupo. Ayer lunes se llevó a cabo otro test, que arrojó nuevos positivos de refugiados que días antes habían dado negativo. Padecen síntomas leves. Su recuperación permitirá a muchos su salida hacia otro destino en España.
Mientras tanto, los sanos tratan de hacer una vida lo más normal posible dentro de las circunstancias. Acompañados de voluntarios, los ucranianos salieron del hotel el lunes para hacer turismo por el municipio, tomar aire fresco y probar los deliciosos roscos de Loja. «Los niños son los que más lo agradecieron porque pudieron jugar en un parque. Aunque los mayores arrastren problemas, los pequeños necesitan salir y airearse. La salida les gustó mucho y ya estamos pensando en la siguiente».
De cara a la semana próxima, los voluntarios ultiman una visita a la Alhambra, la Catedral y la Capilla Real. Otros realizan gestiones para facilitar una vivienda temporal a algunos de los refugiados. Es el caso de José Luis, que dispone de una casa vacía en el centro de Loja en la que podría hospedarse una familia con tres hijos. «Varios vecinos afrontarán los gastos de alquiler, luz y agua, porque los ucranianos han venido sin nada», concluye Miguel, cuyo viaje hasta Ucrania le ha brindado una segunda oportunidad a aquellos que buscan rehacer su vida lejos de la violencia y la masacre.
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