«Llevamos 55 días en esta casa; es una bomba de oxígeno para los acompañantes»
El piso de la asociación de trasplantados hepáticos de Granada es un recurso «fundamental» para los familiares de los pacientes
El proceso de un trasplante de hígado es más que donar un órgano y dar vida. Conlleva unos altibajos para el paciente y el familiar ... que son imprevisibles. Por eso, es importante tener un refugio. En Granada, lo encuentran en el piso de la asociación que visibiliza las enfermedades hepáticas. «Es una bomba de oxígeno para los acompañantes».
Así lo defiende Laura, de Lopera, Jaén. Su hermano Iván, de 46 años, ingresó en el Virgen de las Nieves el 5 de noviembre. Lo trasplantaron y el 4 de diciembre le dieron el alta, pero un resfriado lo devolvió al hospital poco después. «Llevamos 55 días en el piso. Aquí al menos podemos comer y dormir en condiciones, no como en la silla del hospital», señala. «Y no, los problemas de hígado no siempre tienen que ver con el alcohol», recalca.
Laura comparte habitación con su cuñada Eva, que insiste en que «la gente no sabe lo que es esto hasta que lo vive». «Hay cosas que mis hijas no deberían haber visto. Yo he tenido que reanimar a mi marido delante de ellas», confiesa. Por experiencias como esa es «fundamental» el papel de María Segundo, la psicóloga. «La terapia que nos da ella no tiene precio», coinciden.
Estas jienenses no saben qué habrían hecho sin el piso de la Asociación de Enfermos y Trasplantados Hepáticos de Granada y Jaén. «Debería ser gubernamental. Tendría que haber viviendas de protección oficial para causas sociales como esta en lugar de dejar a los pacientes y a sus familiares a su suerte», defienden.
Al fin y al cabo, «los acompañantes somos otros pacientes que también enfermamos».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión