Llega a Ucrania otro camión con ayuda de la asociación Acoger y Compartir
El sacerdote José Miguel de Haro viajó junto a la carga humanitaria para conocer a los redentoristas ucranianos
Lunes, 24 de abril 2023, 20:10
Pavor es el sentimiento que al padre José Miguel de Haro, redentorista, fundador y presidente de la asociación granadina Acoger y Compartir, le provocó el ... ruido de sirenas en Lviv (Leópolis), en Ucrania. Era el 14 de abril, viernes santo, y se encontraba allí junto al padre Marek Raczkiewciz, también redentorista y capellán de la comunidad polaca en Madrid. Ambos viajaron el pasado 12 de abril, miércoles santo, no solo para enviar material a este país en guerra, que también, sino fundamentalmente para «rezar allí con ellos y expresar nuestra cercanía».
En un inmenso tráiler habían enviado 25 toneladas de comida no perecedera, además de ropa deportiva nueva (calcetines, camisetas…) y mantas, también nuevas. Y material escolar, porque el destino era la iglesia que los redentoristas de rito grecocatólico tienen en la ciudad de Novoyavorivsk, pequeña población de 30.000 habitantes a poco menos de una hora en coche al oeste de Lviv. Cuando estalló la guerra, los redentoristas decidieron mantener abierto el templo y acondicionaron los sótanos como refugio. Ahora es también colegio y pequeño comedor, que protegen con sacos de arena y mallas de camuflaje que las mujeres hacen con trozos de plástico.
Los sacerdotes provenientes de España visitaron también Lviv, donde mantuvieron un encuentro con el padre Andriy Rak, superior provincial de los redentoristas allí. «En la casa tienen acogidos a ucranianos del este», relata De Haro, que aún se estremece al acordarse de cómo «de noche se oían caer los misiles». Y, por el día, las sirenas. «A mí me impresionó, pero la gente era como si estuviesen tan cansados…». Vio en ellos, asegura, «el agotamiento de la guerra».
El de esta pasada semana es el tercer camión con ayuda que mandará la parroquia a Ucrania, a través de la iniciativa Acoger y compartir. «Vamos a seguir enviando ayuda –avanza el sacerdote–, pero teníamos la necesidad de decirles que son más que alguien a quien hay que dar de comer».
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