El litro de AOVE rompe la barrera de los cuatro euros: «No debería asustarnos»
Las plagas y el calor que enfrían las previsiones de la nueva cosecha elevan la cotización en la recta final de la campaña de comercialización, tras seis meses por debajo de la línea roja
El litro de aceite de oliva virgen extra (AOVE), el de máxima calidad, vuelve a pagarse a los cuatro euros a los agricultores. La cotización ... marcada por el sistema Poolred, la referencia para el sector, durante la semana del 18 al 24 de agosto ha marcado un hito en tanto que, tras una campaña a la baja, vuelve a alcanzarse la barrera psicológica de los cuatro euros, que marca la rentabilidad para que el agricultor cubra costes y vea beneficio, sobre todo en las fincas de secano y el olivar de montaña.
El precio del aceite de oliva se desplomó a finales de diciembre del pasado año y aunque remontó puntualmente entre enero y febrero, durante todo el resto de la campaña, más de seis meses, se ha mantenido en torno a una cotización de 3,5 euros el kilo, llegando incluso a bajar a tres euros. Unos precios que suponen la mitad del año anterior, cuando el aceite se disparó, y que habían hecho ya encender las alarmas a los productores. Ni era normal pagar el aceite a nueve euros a los agricultores -las cifras que se alcanzaron a principios de 2024- ni es justo castigarlos con una oscilación que volviera a llevarlos a pérdidas como en 2019 y 2020.
El tramo final de la campaña de comercialización, el atípico subidón de ventas de este verano y las dudas sobre la próxima cosecha son los factores, según los expertos, que han hecho volver el precio del aceite de oliva a la barrera que los productores entienden como razonable.
La subida es de apenas cincuenta céntimos, pero la diferencia que marca para los productores es enorme. Un ejemplo simple del impacto sobre el terreno: En las bodegas de Aceites Algarinejo quedan por vender medio millón de quilos de aceite que con la nueva cotización supondrán 250.000 euros más para los 800 socios productores, con el consiguiente movimiento económico para este y otros pueblos que tienen en el olivar la columna vertebral de su economía. «El consumidor no lo va a notar, en los lineales no va a cambiar el precio, es una diferencia que va a dejar de ganar la distribución y va a ganar el sector primario», explica el presidente de Aceites Algarinejo y representante del sector del aceite de oliva en Cooperativas Agroalimentarias Granada, Rafael Almirón.
«El consumidor no va a notar esta diferencia de percio en los lineales, lo va a notar el agricultor»
Rafael Almirón
Cooperativas Agroalimentarias Granada
En su opinión, lo único bueno de la gran subida de los años de sequía, en los que el precio del aceite se volvió loco y escaló hasta los nueve euros en origen, es que ha contribuido a fijar unos precios más estables y ha acostumbrado al consumidor a pagar en torno a cinco euros por una botella de virgen extra. «Aunque este verano la cotización había bajado en los lineales el precio seguía igual, entre cinco y seis euros y no se correspondía con los tres que se estaba pagando al agricultor», apunta Almirón.
«El AOVE llevaba meses sin ver los cuatro euros. No debería asustarnos que ahora suba un poquito, un precio por encima de los 5 euros sería lo normal que aspiramos a mantener», esgrime, en la misma línea, el secretario general de ASAJA Granada, Manuel del Pino.
El estrés hídrico que ha sufrido el olivar por la ola de calor del mes de agosto y las plagas que están azotando a las fincas de los pueblos productores, como la mosca o el algodoncillo «que está haciendo un daño terrible» están rebajando las previsiones optimistas del mercado, que esperaba una gran cosecha a partir de octubre. Unas expectativas que han hecho, de forma inmediata, moverse los precios al alza.
Otro de los factores fundamentales que ha hecho subir el precio del AOVE es el ritmo inusual de ventas del verano. «Aprovechando que estaba barato la distribución ha acaparado». En julio, según explica Almirón, se ha alcanzado un récord con 147.000 toneladas vendidas en España, la cifra más alta para este mes de la última década. Y en agosto el movimiento está siendo también muy alto. Además, tanto Almirón como Del Pino subrayan que se va a llegar al inicio de la nueva campaña con un enlace (las existencias que quedan antes de que se produzca el nuevo aceite) muy limitado. «El consumo en España ha aumentado también un 20% a raíz de la bajada de precio, todo influye para que la cotización esté ahora subiendo», incide Del Pino.
«En primavera parecía que íbamos a tener una nueva cosecha excelente y ahora empezamos a ver que no va a ser para tanto»
Manuel del Pino
ASAJA Granada
La publicación del aforo oficial -la previsión de producción en la próxima campaña- que la Junta realiza a finales de septiembre o principios de octubre marcará la evolución de los precios y será el factor definitivo para saber hacia dónde oscilará el precio.
La opinión de Almirón es que tenderán a estabilizarse. «Creo que la cosecha de 2025/26 será similar a esta última campaña, en la que Granada ha producido 125.000 toneladas de aceite. Va a depender de la climatología del otoño pero creo que en ese rango nos vamos a mover», analiza. «En primavera parecía que íbamos a tener una nueva cosecha excelente y ahora empezamos a ver que no va a ser para tanto. Aunque se prevé buena va a ser irregular por zonas que han sufrido más el calor o las plagas», esgrime Del Pino, que concluye, igualmente, que será la publicación del aforo oficial la que dibuje el nuevo escenario.
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