«Con esta línea eléctrica 45.000 personas tendrán mejoras en su vida»
La responsable de Red Eléctrica defiende estas infraestructuras para las renovables y cuenta cómo esta línea anula la del Valle de Lecrín
Laura Ubago
Granada
Jueves, 10 de noviembre 2022, 00:40
Beatriz Corredor, presidenta de Redeia, grupo de empresas al que pertenece Red Eléctrica, admite que una subestación o una línea de transporte sean solo estéticas ... o 'bonitas' para los ingenieros, pero asegura que mejoran la vida de los vecinos de los territorios que atraviesan. Acaba de inaugurar la línea Caparacena-Baza y una subestación en el municipio bastetano que acabarán con ese desierto eléctrico.
–El objetivo del Gobierno en el diseño del futuro verde de España es que la generación renovable crezca hasta el 67% del total. ¿Qué papel juega Red Eléctrica de España (REE) en la transición energética?
–El objetivo del 67% de energía renovable es para 2026, para 2030 es el 74%. En 2021 llegamos al 48% de toda la energía generada en España. Y todo esto es posible gracias a Red Eléctrica, que es una de las partes del grupo de empresas que se llama Redeia, que le hemos cambiado el nombre este año, y REE es la parte más importante y que tiene una función de servicio público que es garantizar el suministro eléctrico de buena calidad en todo el país. Esto se hace a través de dos principales actividades: la operación del sistema, que es el cerebro y la otra actividad es el transporte. Esta es la columna vertebral. Red Eléctrica es la parte neutral e independiente, por eso nosotros no compramos ni vendemos electricidad y nuestros resultados no dependen del precio del megavatio hora. Nosotros somos los que ejecutamos las infraestructuras necesarias para la transición energética.
–La parte oriental de Andalucía es una de las menos malladas del país. ¿Cómo se reforzará el suministro en la zona?
–Andalucía es la comunidad peninsular que más inversión se lleva de esa planificación hasta 2026: 521 millones de euros. En la comarca del norte de Granada y el norte de Almería, alrededor de Baza, hasta ahora había una especie de hueco donde no pasaba ninguna línea de alta tensión. Esto era malo porque estas líneas hacen que se conecten a ella infraestructuras tan esenciales como el ferrocarril, con el déficit que hay en esta zona, o que se pueda introducir en la red todo el potencial renovable. Y este eje concretamente, que va desde Caparacena (Atarfe) y llega a Baza y luego sigue y llega a la Ribina (Almería), va a suponer que toda esta zona se incorpore con un nivel de calidad de suministro igual que el resto del país, que se puedan conectar renovables que ya tienen permiso de acceso y conexión, que suponen ya casi 6 gigavatios, de 3.000 que tiene previsión de conexión, y otros tantos que ya están concedidos, que en cuanto esté la subestación (enchufe) se podrán conectar. Con ella podemos dar conectividad a través de fibra óptica que va en las líneas. Por tanto, al poner en marcha esta subestación, estamos dando un empujón al desarrollo económico, social, industrial y energético.
–¿Cómo es capaz de transformar una línea eléctrica un territorio como el de Baza, atacado por la despoblación?
–Tenemos una función muy territorial y en nuestra inspiración está trabajar contra la despoblación y las desigualdades. Esto lo hacemos trabajando directamente con el territorio. Este eje Baza-Caparacena supone una inversión de 90 millones de euros. Todo el eje son más de 286 millones. Con eso lo que conseguimos es que todos los municipios que hay, que son 19 y 45.000 personas, y en el resto del eje, que son 16 más, tendrán una mejora en su vida después de poner en servicio las obras. Nosotros hablamos con cada uno de los alcaldes para saber cómo podemos ayudarles. Hemos firmado en este eje convenios con 15 ayuntamientos para mejoras como el cambio de luminarias públicas, eficiencia energética en edificios públicos, recuperación de patrimonio cultural o apoyo a las personas mayores. La visión que se tiene de REE, de ser una compañía que despliega grandes infraestructuras de manera impersonal, es lo que me interesa cambiar, porque lo que hacemos es siempre mejorar la vida del territorio.
–¿Para cuándo estará la segunda fase de Baza-La Ribina?
–Esta fase que se ha inaugurado ha tenido un periplo largo. Tenemos que hablar con las diferentes administraciones. Ahora estamos en plan fase de consenso y escucha del territorio. Hay 16 ayuntamientos implicados en los 103 kilómetros que quedan de línea y queremos que donde vayan físicamente los apoyos de la línea estén consensuados y que supongan un respeto a todos estos elementos. Somos muy conscientes de que hay oposición ciudadana en casi todos los puntos, porque al final la gente quiere defender sus pueblos y su memoria emocional y nosotros buscamos el consenso.
–¿No hay un año en el horizonte?
–La planificación es 2021-26 y para nosotros es vinculante, pero va a depender mucho de la marcha de los permisos. La mejor forma es la lealtad institucional.
–Faltó ese consenso en Granada, en la línea del Valle de Lecrín, y han rectificado.
–Los recorridos son propuestas, se buscan pasillos, se miran los corredores de aves migratorias. A lo largo de toda la planificación las necesidades del territorio pueden cambiar. Las opciones de renovables son ahora mucho mayores de lo que había previsto con la planificación anterior, que era en la que la línea pasaba por el Valle de Lecrín. Con todas estas necesidades y una posibilidad de mejorar el trazado, se ha visto que la línea de Baza-Caparacena permitía dar un servicio sin hacer esa segunda línea, con una excepción, que es la subestación de Saleres. Esta sí es necesaria para el Corredor Mediterráneo. Pero el servicio en parte se ha cubierto con esta línea.
–Es la primera vez que el presidente del Gobierno inaugura una línea eléctrica.
–Las infraestructuras son para las personas. Creo que el presidente del Gobierno demuestra que tiene un compromiso con Andalucía, que entendía que esta zona tenía un déficit que impedía su desarrollo. Nadie quiere ver una torre eléctrica si puede evitarlo, pero hay que hacerlas porque sin ellas no se pueden integrar las renovables.
–¿Cómo calan las renovables?
–A las renovables se les ha dado un impulso enorme como consecuencia de la pandemia y de la guerra de Ucrania. La guerra ha provocado un aumento de los precios de la energía que son inéditos, el hecho de que España hubiese realizado sus deberes, en cuanto a la cantidad de renovables que están instaladas, es un ejemplo y una explicación de lo que está pasando. Está mejor situada que muchos países europeos para hacer frente a esta crisis energética porque no tenemos dependencia de combustibles fósiles. Somos pioneros en cómo integrar esas renovables en el sistema. Hay una cierta corriente de que el autoconsumo hace innecesarias las redes y es todo lo contrario.
–En Redeia quieren que el 38% de los directivos sean mujeres.
–Tengo el honor de presidir una compañía que ha tenido siempre un compromiso con la igualdad. El 50% del consejo de administración somos mujeres; fuimos la primera empresa del IBEX en esto. Esto se hace con una política de sesgo a favor de las mujeres. Tenemos un déficit de ingenieras y, aún así, podemos; así que las que no tengan ese problema no tienen excusa.
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