El legado de los viajeros románticos
Una exposición permanente y una decena de rutas recuperan la Granada que enamoró a los visitantes en el XIX
PABLO RODRÍGUEZ
Miércoles, 12 de mayo 2021, 01:03
A finales del siglo XVIII comenzó un fenómeno, conocido como el Grand Tour, por el que diversos jóvenes europeos fueron a otros países como parte ... de una experiencia de aprendizaje. La leyenda negra, la terrible fama que arrastraba desde hacía centurias, hizo que España quedara fuera del circuito inicialmente. Sin embargo, el cambio de paradigma provocado por la expansión del Romanticismo y por las guerras napoleónicas transformó la percepción exterior del país, que comenzó a recibir viajeros seducidos por sus exóticas costumbres. Ciudades como Sevilla o Córdoba atrajeron un gran interés, pero fue Granada la que despertó una mayor fascinación en los visitantes, que dejaron rastro de ese deslumbramiento a través de multitud de libros y grabados, todo un legado artístico e histórico que el área de Turismo del Ayuntamiento, dirigido por Manuel Olivares, quiere recuperar.
A través del proyecto museológico 'Granada y los viajeros románticos', que financian al 50% el Consistorio y la Junta de Andalucía dentro del Plan de Turismo de Grandes Ciudades, la concejalía pretende poner en valor el riquísimo patrimonio cultural decimonónico generado por visitantes como Richard Ford, Louisa Tenison, David Roberts, Dora Qullinan, Washington Irving, John Frederick Lewis o Gustavo Doré, escritores y artistas que cayeron bajo el embrujo de una urbe pintoresca, de contrastes, en la que el pasado islámico seguía latente pese a la transformación iniciada tras la caída del viejo reino nazarí.
Un equipo multidisciplinar formado por las historiadoras Soledad Gómez y Carmen Pascual Guerrero, el arquitecto Miguel Valdivia y el consultor Antonio Tejada lleva meses documentándose, analizando la mayor parte de la bibliografía existente, con el objetivo de construir un discurso museológico para el Cuarto Real de Santo Domingo, espacio que se quiere convertir en la puerta de acceso al legado. El objetivo, como apuntan los participantes en el proyecto, es configurar una exposición permanente «que hable de los viajeros románticos pero también del exotismo islámico y de la arquitectura granadina que buscaban».
La iniciativa pretende responder a algunas preguntas de interés. ¿Cómo era aquella Granada y por qué fascinó tanto a los viajeros? «La ciudad, por entonces, tenía todavía muy presente el pasado árabe, una especie de exotismo oriental que llamaba mucho la atención. Lo que sabemos es que era una Granada que había cambiado, en realidad, muy poco con respecto a su forma medieval. Había un gran contraste. Mantenía un espíritu costumbrista, en buena parte era ruinosa y no era totalmente salubre, pero al mismo tiempo esas cuestiones atraían el interés de los viajeros que buscaban una sociedad diferente», explica Gómez.
Todo ese interés se percibe, por ejemplo, en las imágenes que fueron tomando, en los libros de viaje que escribían o en las cartas con las que se comunicaban. «Ahí se mostraba el espíritu de una Granada que, a través de esta vía, se configuró como una leyenda en Europa», advierte la historiadora. También se pueden encontrar retazos de aquella fascinación en los periódicos de la época, que daban cuenta de las idas y venidas de los viajeros y en los que quedaron registradas anécdotas tan curiosas como la pedrada que sufrió Alejandro Dumas, uno de los autores europeos que se acercó a la capital nazarí.
Como explica el arquitecto responsable del proyecto, se está trabajando en una museografía «moderna, minimalista, en diálogo con la propia arquitectura, en tonalidades neutra para que no sea disonante» con la que se pretende generar «una serie de flujos que articulen los espacios para que el visitante pueda recorrer los distintos bloques temáticos que se van a ir desarrollando».
Uno de los puntos fuertes va a ser el empleo de nuevas tecnologías, fórmulas con las que se quiere superar las limitaciones que un edificio de las características del Cuarto Real, de pequeñas dimensiones, plantea. Entre otras innovaciones, se va a implementar una sala inmersiva para que, a través de reflectores colgados del techo, se pueda tener una experiencia audiovisual «absorbente». «La ciudad no cuenta con algo así y creemos que puede ser un elemento potente y atractivo para los visitantes», asegura Valdivia.
Itinerarios
Pero, más allá del ámbito expositivo, el proyecto aspira a articular un modo distinto de conocer la ciudad, con el Cuarto Real como elemento irradiador. Para lograrlo, se está trabajando en el diseño de una serie de rutas que completen la experiencia y lleven a los viajeros a otros puntos. Como señala Pascual, están divididas en tres bloques. «La Granada musulmana, en la que se hace un recorrido por diferentes partes de la ciudad que siguen teniendo restos de la época; la Granada cristiana, que estaba muy presente en el trazado de la ciudad y es interesante cómo explicación de por qué no quedaron tantos restos anteriores; y un tercero en el que se combinan los viajeros con los primeros elementos de cambio».
Estos itinerarios, que recorren espacios que no se suelen tener en mente o que se pasan de largo, se centran tanto en los viajeros como en los alojamientos que ocuparon y los paisajes que les inspiraron. De especial interés por su originalidad es el que acerca la visión que las viajeras románticas tuvieron de aquella Granada. Se trata, como explica la historiadora, de una experiencia «distinta» a la que tuvieron sus homólogos, puesto que se dio en un tiempo algo posterior y, sobre todo, resplandecen detalles diferenciadores. «Visitaban sitios que no eran habituales en ellos. Monasterios, conventos, casas de congregaciones, espacios de los que no existen en otras crónicas. También dejaban testimonios y obras diferentes, como las que retrataban a presos de la cárcel», cuenta.
Todo este contenido está siendo auditado por Antonio Tejada con el objetivo de que pueda ser disfrutado por todas las personas. Así, se están revisando los elementos volados de la museografía, un aspecto con el que se pretende evitar, por ejemplo, que las personas puedan tropezar, o los audiovisuales, a los que se quiere dotar de subtítulos para que las personas puedan leer lo que se dice o de lengua de signos que es tan importante. También los recorridos y lugares de visita. Como explica el consultor, «lo que estamos haciendo es revisar todo el proyecto no solo entrando en el aspecto físico de la accesibilidad sino también en otros tipos como la auditiva, visual o cognitiva hasta incluir a personas disléxicas o daltónicas, por citar algunas. Hemos querido ir a unos máximos y no mantenernos solo en lo que dice la normativa».
«Consideramos muy interesante este proyecto porque va a recuperar puntos que, en algunas ocasiones, no se conocen o que pasan algo más desapercibidos con la idea de ponerlos en valor para diversificar el turismo, demostrar que Granada es mucho más que la Alhambra y que tenemos barrios muy cerca que podemos disfrutar», señala, a su vez, el responsable municipal de Turismo.
Accesibilidad universal
Manuel Olivares destaca que la iniciativa va a posibilitar que el Cuarto Real se afiance «como un punto de referencia» y sea ejemplo de actuación en materia de accesibilidad, «que es otro de los grandes objetivos de la concejalía». «No queremos eslóganes o mítines, sino que queremos expresar la accesibilidad con hechos. El primer paso fue cerrar un convenio con profesionales como Antonio Tejada y La Ciudad Accesible para que auditaran todos los proyectos en materia de accesibilidad universal y ahora damos un segundo paso adaptando este proyecto para completarlo con muchos detalles que quienes no tenemos esa capacidad o experiencia no solemos contemplar».
Toda este legado se podrá disfrutar muy pronto. La concejalía trabaja a marchas forzadas para poner en marcha el proyecto «lo antes posible». El calendario establecido prevé que los pliegos estén «a finales de este mes o principios del próximo» con la idea que se pueda inaugurar tras el verano.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión