El Lavadero de la Puerta del Sol se ha convertido en un «auténtico estercolero»

La confesión figura en un informe elaborado por la institución municipal a instancias del Defensor del Pueblo Andaluz, que abrió una queja de oficio tras conocer lo que estaba pasando en este mirador capitalino. Lejos de asumir la responsabilidad sobre un problema en el que se ha visto obligado a intervenir el mismo Jesús Maeztu, el Ayuntamiento carga con contundencia contra los que «sin pudor miccionan en la placeta» o quienes allí «organizan fiestas dejando las botellas tiradas, rompiéndolas en algún caso o dejando los cristales con el peligro que conlleva», advierten.

En una resolución del Defensor en la que se transcribe al completo el informe municipal, también se habla del mal olor existente en el lavadero. A juicio del encargado de su elaboración, es como «una mezcla de 'maría', alcohol, orines y aceites vegetales que se vierte en los muretes del lavadero y en distintas partes de la placeta», se menciona en el texto, haciendo alusión al último recurso disuasor al que llegaron a recurrir algunos vecinos de la zona para impedir la presencia de los responsables de estas correrías incívicas. Para el Ayuntamiento, todo esto impide que se pueda disfrutar de este espacio público como se merece, por lo que anuncian la ejecución de una futura actuación.

Al Defensor del Pueblo, que cerró hace unos días esta queja de oficio tras la respuesta del Consistorio, el equipo de gobierno le hace conocedor de que desde hace unos meses el servicio de Arquitectura municipal se encuentra realizando un proyecto para restaurar el Lavadero del Sol, que incluiría la reordenación de la placeta que lleva su nombre.

En un escrito anterior que consta en el expediente abierto por Maeztu, desde la institución justifican esta futura obra en la necesidad de atajar los problemas que la edificación presenta en su estructura, que está en un estado «que no es irreversible pero que sí requiere de una actuación integral», alertan. Al Defensor le informan de que en los primeros estudios que se han hecho, la cimentación no parece «muy sólida» y además hay que «corregir» el vaso del lavadero pues está afectado por el efecto de tanto uso. Además, las armaduras que componen la cubierta presentan «síntomas de deterioro», así como también el resto de un conjunto que sufre de la misma forma el paso del tiempo y la acción de los vándalos.

Los técnicos del Ayuntamiento ya saben lo que se debe hacer. Proponen una ordenación del entorno de la placeta y la restauración del lavadero. Para ello desmontarán toda la estructura (armaduras de madera, columnas, basas y vaso) para después volverla a ensamblar «devolviéndole la horizontalidad a toda la construcción», señalan. ElAyuntamiento dice haber estado trabajando en estos últimos meses en los análisis técnicos previos y en la compilación de documentos históricos para que guíen la restauración y sea así fiel a lo que fue este lavadero construido en el siglo XIX.

Por el momento, el Consistorio no maneja aún fechas concretas para empezar las obras. Según le hacen saber al Defensor en el citado informe, el inicio de los trabajos dependen, entre otras cosas, de la realización de un estudio geotécnico. El problema es que la estrechez de las calles que rodean a la plazoleta del lavadero dificultan el acceso de la maquinaría de sondeos. Un «pequeño escollo», según reconoce el propio Ayuntamiento, cuyos técnicos esperan resolver pronto.

Por último, la institución añade otra preocupación. En el mismo tono pesimista en el que está redactado el escrito se deja claro que con la «tendencia» que se observa en este lugar es posible que la inversión económica no pueda paliar la deriva fatal del lavadero. Se propone así que se realice «una labor de vigilancia e investigación por parte de la Policía», apuntan.