El cardiólogo que llegó a Granada con una maleta y dos diccionarios
Rasul Abul Karin Alkourdi Raggub, que trabajó 35 años en el Virgen de las Nieves, ha fallecido a los 78 años
Su vida podía ser perfectamente la trama de cualquier película, de esas que te atrapan, te hacen llorar y te sacuden como solo saben hacerlo ... las historias de verdad. Se ha ido del mundo con la tranquilidad de haber conseguido lo que parecía imposible, tener una vida plena, sin carencias, rodeado de amor. El cardiólogo Rasul Abul Karin Alkourdi Raggub ha muerto a los 78 años de edad en Granada, la que ha sido su casa desde que llegó a ella siendo un adolescente asustado. A su alrededor le lloran y afrontan como pueden un duelo para el que nadie está preparado, pero con el consuelo de saber que fue feliz.
Rasul pertenecía a una familia humilde de Homs (Siria) dedicada al pastoreo. Sus padres, especialmente su madre Amira, lucharon para que al menos uno de sus siete hijos pudiera estudiar. Rasul fue el elegido. Con apenas 17 años fue enviado a España con una maleta y dos diccionarios, uno árabe-inglés y otro inglés-español. «Tal era su follón que al llegar a Valencia tenía que coger el tren con destino Granada, pero lo cogió hacia Barcelona y después tuvo que volver hacia atrás», cuenta su hija, Amira Alkourdi, ginecóloga, cirujana y subdirectora del Hospital Materno Infantil.
Aprendió el idioma gracias a esos dos diccionarios que siempre le acompañaban y a la hospitalidad de los granadinos. «No siempre podían mandarle dinero sus padres o se 'extraviaba', así que estuvo mucho tiempo pegando carteles para poder comer. Una panadería también le daba lo que le sobraba», relata su hija entre lágrimas. Aquello le convirtió en un hombre consciente de lo que cuesta salir adelante.
Con mucho esfuerzo realizó las pruebas de acceso a la universidad y logró entrar en Medicina, la decisión que cambió el rumbo de su vida. Se especializó en Medicina del Trabajo y Cardiología, y ejerció tanto en centros de salud como en hospitales. Su casa acabó siendo el Hospital Virgen de las Nieves, donde trabajó durante más de 35 años como cardiólogo. También consiguió doctorarse. «Coincidíamos, él en el hospital y yo en la facultad. Después, cuando yo llegué al hospital, tomábamos café juntos a las 7.30 horas y leíamos el periódico», recuerda. Se jubiló hace once años y, tras conocer la noticia de su muerte, muchos de sus aprendices lo han lamentado. «Lo recuerdo trabajando por y para su familia, día y noche, pero con mucho cariño, pues el tiempo que estaba con nosotros era por y para nosotros», añade Amira.
Nunca pudo volver a su país, pero tampoco perdió el contacto con su familia. Su vida entera estaba en Granada, la ciudad que se lo ha dado todo, donde además conoció a su mujer, con la que ha estado casi 50 años y ha tenido dos hijos. Tanto se integró en esta tierra que, al contrario de lo que le pasa a muchos, incluso perdió todo su acento árabe; era un granadino más. Descanse en paz.
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