Supersticiones, ritos y artes de curar en la noche de San Juan en los pueblos de Granada
La noche más mágica y corta del año la dedicaron antiguamente muchos alpujarreños para curar algunas de sus dolencias y alejar los malos augurios con varios rituales
Artes de curar. Ritos y leyendas en torno al agua y el fuego, principalmente. El 23 de junio es la noche más mágica del año. ... La existencia de brujas y duendes aterrorizó durante siglos a muchos vecinos de La Alpujarra. Ciertos fantasmas consideraron a esta comarca como su propia casa. Muertos aparecidos y almas en pena en cualquier época del año que demandaban a algún familiar el cumplimiento de una promesa que no pudo hacer porque falleció de repente. En La Alpujarra conserva multitud de supersticiones, leyendas y ritos, por ejemplo, para encontrar el amor, atraer la fortuna, gozar de buena salud durante la noche de San Juan Bautista, la más corta del año. La celebración de San Juan llega acompañado del solsticio de verano y se conmemora el triunfo de la luz sobre la oscuridad.
El solsticio de verano es mágico, o eso dicta la tradición. Agua, tierra y fuego son los tres elementos sobre los que gira esa noche. El agua se relaciona por lo general con la cura de enfermedades y la fertilidad femenina; la tierra, con el amor, y el fuego con la purificación. Al fuego de las hogueras se le atribuye una función purificadora en la noche de San Juan. También el rocío de esa noche mágica dicen que aseguran salud y la belleza. La noche más corta del año y el solsticio de verano está plagada de leyendas y ritos que con el paso del tiempo van desapareciendo. En Soportújar se vive intensamente todo lo relacionado con la brujería y gracias a ello se ha convertido en uno de los pueblos más famosos de España que atrae durante todo el año a muchísimos turistas y visitantes.
Antiguamente se decía que para que una promesa se mantuviera fiel con su amada de por vida había que hacer una pequeña cruz en el tronco de un árbol durante la noche de San Juan. Si se salta una hoguera esa misma noche siete veces el fuego brindará protección durante todo el año. Hace años para que un deseo se hiciese realidad había que colocar nueve flores de cualquier tipo bajo la almohada en la noche de San Juan.
Lanjarón celebra la noche de San Juan con su tradicional y famosa 'Carrera del Agua'. Miles de personas durante una hora se tiran cubos de agua nada más y nada menos que de Lanjarón. Muchas personas usan mangueras. Este año las Fiestas de San Juan, del Agua y del Jamón, de Lanjarón, comenzarán comenzaron el 20 de este mes de junio y finalizarán el 24.
En la Edad Media, muchos alpujarreños curaban sus males, salvaban sus cosechas y fortalecían su sabiduría en la noche de San Juan. Lanjarón, Cáñar, Soportújar… gozaban de ser puntos diabólicos con cenáculos y enclaves endemoniados. Las brujas y hechiceros concelebraban añejos cánticos y viejos rituales maléficos, por ejemplo, en los enclaves del 'Tajo de la Cruz' de Lanjarón, se decía que se escuchaba el tintineo de una campana misteriosa. Y lo mismo pasaba en algunos lugares de Cáñar, Soportújar, Trevélez, Olías, Bubión, Ferreirola... También se dice que quien se bañe con rocío de la noche de San Juan quedará bendecido durante todo el año. Una ramita de muérdago bajo la almohada dará buena suerte si se coloca esa noche. Hubo un tiempo en que se practicó la magia negra para deshacerse de una persona con un muñeco de barro o de harina amasada para que representara a la víctima , en el que se iba clavando alfileres periódicamente, al mismo tiempo que se recita la fórmula secreta aprendida del adivinador. En la 'botica del diablo' había remedio para casi todo.
Algunos alpujarreños adquirieron de los brujos sabias fórmulas para hacer el bien y el mal. Estas personas aprendieron muchas cosas: curar algunas dolencias pasando al niño enfermo por una mimbre en la noche de San Juan; que en luna creciente no se podía matar un cerdo ya que la matanza se podría; ni sembrar ajos en la creciente de enero porque la tierra lo rechazaría... Además, para poder arrancar las cebollas era obligado avenirse con la menguante de agosto. Los hechiceros decían en sus libretos de fortuna que las mujeres lactantes no podían beber en la misma vasija ya que una de ellas le robaría la teta o que la doncella menstruante no podía subirse a una higuera porque agotaría la planta… y así toda suerte de artimañas y trucos.
Hace años en Cañar, Lanjarón, Soportújar y otros pueblos al dar las doce de la noche del día de San Juan Bautista cortaban una rama de mimbre que casi la rompían por un extremo para, y acto seguido, acoplar una cuña de la misma rama y envolverla con barro y un trapo. Después la clavaban en el suelo del huerto o junto al río u otro lugar apartado. Acto seguido, a un lado se ponía un hombre llamado Juan y al otro lado una mujer llamada María que sostenía en sus brazos al niño que estaba herniado. Entonces, Juan le decía a ella: «dámelo, María», y ella le respondía: «tómalo Juan, te lo entrego partío y sano se tornará por las tres personas de la Santísima Trinidad». Y si la cuña verde y la punta de la mimbre no se secaban el niño o la niña sanaba. Parecidos ritos con mimbres y zarzas también se realizaban en la noche de San Juan para curar algunas otras dolencias.
Cura para la tartamudez
También en otros pueblos de La Alpujarra se curaba la tartamudez, la tiña y el estrabismo en la noche de San Juan. La madre del niño enfermo se colocaba a un lado de una zarza y pasaba a su hijo por encima de ella, diciendo a la madrina que se situaba al lado opuesto lo siguiente: «yo te lo entrego y que se quede su mal en esta zarza», a lo que respondía la madrina: «y yo lo recibo. Amen». Antiguamente a las doce de la noche de San Juan se rompía un huevo de gallina negra puesto el mismo día 24 de junio y se colocaba en un vaso de cristal al sereno y a la mañana siguiente aparecía la imagen de un barco velero.
Se decía también que el agua colada en la que se había realizado el fenómeno tenía virtudes curativas y por eso se guardaba en un recipiente. También, en otros pueblos la fertilidad de la tierra se conseguía enterrando en ella un pedazo de vela que había ardido en la noche de San Juan. El cocimiento de berros y la bebida de ese líquido colado atraían de inmediato la fertilidad de las mujeres que tenían problemas para quedarse embarazadas. El agua también toma un papel muy importante durante la noche de San Juan. También dicen que trae suerte colocar nueve flores bajo la almohada para atraer el amor de quien duerma en ella. Dicen también que las cenizas de las hogueras de San Juan es bueno guardar un poco en un tarro porque posee propiedades mágicas cuando se necesiten. Algunas personas sostienen que cuando sale el sol el día de San Juan se puede ver con gafas de sol la rueda de Santa Catalina dando vueltas.
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