El sacerdote y los vecinos de Trevélez, en guerra por San Benito
Los residentes y el Ayuntamiento plantan cara al párroco del pueblo al que acusan de querer acabar con la procesión y su fiesta
Leticia M. Cano
Sábado, 5 de julio 2025, 00:42
Los vecinos de Trevélez acusan al sacerdote del pueblo de querer prohibir la procesión de San Benito, fechada para este próximo 12 de julio. Tras ... años de tradición, los vecinos no van a poder disfrutar de su procesión y comida anual, por lo que ha estallado la tensión entre los habitantes de Trevélez y el Ayuntamiento contra el párroco del pueblo, ya que están indignados con esta decisión.
Como cada año, la Asociación de Mujeres de Trevélez estaba organizando las fiestas de San Benito, para la que necesitan disponer del salón parroquial, pero este año ha sido imposible. Desde la Asociación de Mujeres de Trevélez declaran que desde que llegó el cura al pueblo, hace cuatro años, los problemas son recurrentes, pero este año ha sobrepasado los límites de los vecinos.
La celebración consiste en la salida del santo por las calles del barrio bajo y una comida vecinal organizada por la Asociación. Además, sus integrantes se encargan de la venta de lotería para mantener la fiesta y algunas instalaciones del pueblo, incluyendo la iglesia. «El cura solo quiere dinero», comentan. Los encargados de su venta se negaron a destinar el beneficio de la lotería al párroco y señalan que ese fue el detonante del problema.
«Desde que llegó al pueblo dice que manda él», señala Pepa Gallego, una de las vecinas que pertenece a la asociación. Ante las acusaciones de los vecinos, el párroco, Rubén Ávila Arenas, indica que esta decisión no le pertenece a él, sino al Arzobispado de Granada y al Consejo Pastoral Parroquial. «Quieren echarme de la iglesia», declara. Este periódico ha contactado con el Obispado de Granada, pero desde la institución eclesiástica han preferido no hacer declaraciones.
Desde la Asociación confiesan que, durante estos cuatro años, el pueblo ha ido en decadencia y que tienen problemas constantes. Según declaran los vecinos, no pueden acudir a misa por temas personales, por lo que el sacerdote los llama «demonios», asusta con comentarios negativos a los niños que van a catequesis, y si no acuden a misa, no les deja hacer la comunión. «A un vecino del pueblo no le dejaba sacar la procesión si no se quitaba una pulsera LGBTI que llevaba», añade Pepa Gallego. Además, señalan que cada día, desde hace cuatro años, como «castigo» por no acudir a misa, el párroco toca las campanas de los muertos a las 21.00 horas.
Los vecinos declaran que la realización de la fiesta sin el consentimiento del párroco podría hacer que «se liase muy gorda» y que se están llevando a cabo diferentes medidas para solucionar la situación. Además, el Ayuntamiento de Trevélez también colabora a favor de los vecinos, por lo que el párroco acusa directamente al alcalde de querer echarlo del pueblo. «Se está haciendo una campaña en mi contra», añade el cura.
Según los vecinos, la tradición está arraigada en este pueblo desde hace 35 años. «La imagen de San Benito la donó un vecino. Es del pueblo, no de la iglesia», revela Pepa Gallego. Este vecino, llamado Juan Rodríguez, según cuentan, donó esta imagen para que todos los vecinos se uniesen para rezar por su hijo, el cual tenía una enfermedad de corazón. Tras esta donación, San Benito recorrió año tras año las calles de Trevélez rodeado de los fieles creyentes que hoy luchan por continuar con su tradición.
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