El retiro de la médica granadina que pasó consulta a toda la Alpujarra

La médica de La Alpujarra, Dolores del Carmen Martín Martín, nacida el 26 de octubre de 1958 en Almegíjar, se ha jubilado tras una vida profesional al servicio de los demás. Dolores del Carmen Martín visitando el pueblo de Capileira Su vocación la llevó a ejercer con pasión, entrega, humanidad y generosidad durante más de tres décadas a muchísimos pacientes y familias. Su huella y su manera de ser tan buena para la gente permanecerán en quienes han tenido el privilegio de ser atendidos por ella. El padre de Dolores del Carmen se llamaba Nicolás, y su madre Mercedes. Ella tiene dos hermanos: José Manuel y Mari Carmen. En Almegíjar estuvo poco tiempo residiendo porque su padre trabajaba en otra parte. Eso sí, siempre que podía esta familia regresaba en vacaciones a su tierra.

Dolores del Carmen Martín estudió en el Instituto Juan XXIII y en Ángel Ganivet. Después cursó Medicina. Su primer destino fue Rubite. Después trabajó en Trevélez, Pitres, Órgiva, Capileira, Torvizcón y otros pueblos de La Alpujarra. En el Centro de Salud de Ugíjar se ha jubilado y por lo tanto ha realizado su última guardia. En la localidad de Válor es donde más tiempo estuvo ejerciendo su profesión. Generaciones de pacientes han pasado por su consulta. En 1988 Dolores de Carmen contrajo matrimonio en la Iglesia de San Nicolás de Granada capital, con el médico José Antonio Gómez Gómez, nacido en Huétor de Santillán. Y tuvieron un hijo, Alejandro, y una hija, Yasmina. Pronto se convertirán en abuelos. El esposo de esta médica, jubilado hace poco tiempo, es desde hace años el alcalde del municipio de Alpujarra de la Sierra 'El Pueblo Libro', y el presidente de la Mancomunidad de Municipios de La Alpujarra Granadina. Dolores del Carmen ha comenzado a disfrutar de una merecida jubilación. Posee una vivienda en Mecina Bombarón y otra en Granada capital.

Dolores del Carmen adora La Alpujarra y los viajes a otros lugares de España y otros países. Esta médica mantiene amistad con sus antiguas amiguitas de Almegíjar. Ella recuerda cuando su pueblo «tenía más vida que ahora». Dolores del Carmen siempre ha aconsejado a sus pacientes que para conservarse bien de salud «es bueno realizar una vida saludable, una dieta adecuada, que se haga ejercicio y evitar siempre los excesos: el alcohol, las drogas, etcétera». A Dolores del Carmen les encantan las macetas de flores, la lectura y la naturaleza. Todos los esfuerzo como médica, esposa y madre han valido la pena. Esta médica rural, tan entrañable y admirable, ha tenido la suerte de sentirse muy querida y arropada por la gente de aquellos lugares en los que ha ejercido su profesión con mucha dignidad, ejemplaridad y maestría. Dolores del Carmen pertenece a esa generación que inició su carrera profesional prestando asistencia en los pueblos se ha jubilado haciendo lo mismo en la tierra que tanto la quiere y respeta como es La Alpujarra.

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