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Dúrcal se prepara para celebrar la Fiesta de la Pascua de los Hornazos el Domingo de Resurrección y el Lunes de Pascua. En la Panadería San Blas de Dúrcal, los hermanos José Antonio y Juan Manuel Arroyo Pérez (hijos del recordado Juan 'El Panadero') no paran de fabricar a mano, desde el pasado mes de marzo, miles de hornazos y bollos de pan de aceite. Antiguamente esta tahona perteneció a Diego Castillo. En la actualidad existen tres excelentes panaderías en Dúrcal. Todos sus productos son caseros. También la familia Arroyo fabrica hornazos y roscas para la gente de Nigüelas que celebra a San Marcos. La familia Arroyo también fabrica pan para sus clientes de Dúrcal y la barriada de Marchena. Cuando más demanda tienen les ayuda su familia y varias trabajadoras. Esta panadería es la más antigua de Dúrcal.
En la Fiesta de la Pascua de los Hornazos de Dúrcal se consumen en cortijos y en pleno campo, si el tiempo lo permite, miles de panecillos de pan de aceite con un huevo duro de gallina clavado en el centro. También, se degustan muchísimos bollos de pan de aceite. Muchas personas rompen a media tarde los huevos duros de los hornazos en las cabezas de las personas más despistadas que se encuentren más a mano para desearle salud, dinero y amor. De esta guisa los vecinos de Dúrcal celebran su tradicional Fiesta de la Pascua de los Hornazos. Hasta hace unas décadas el primer día festivo se celebraba en los campos de la barriada de Marchena. Unos iban andando, otros en caballerías, otros en vehículos y otros en el tranvía. Mucha gente de Cozvíjar, Nigüelas y Padul, principalmente, se sumaban a esta fiesta.
Allí, en zonas como 'Los Inatraes', 'El Trance Alto' o el 'Huertezuelo', grupos de jóvenes y mayores entre bromas, chistes, risas, canciones y mucha diversión, comenzaban a degustar a dos carrillos suculentos platos de choto al ajillo, chuletas de cerdo o cordero a la brasa, ensalada de pimientos, tomate y lechuga, remojón de naranja… Eso sí, todo regado con mosto de doña Concha 'La Farmacéutica', Gregorio Ortiz y otros bodegueros y pisadores de uva.
Además, era costumbre consumir la añorada gaseosa elaborada junto al puente de Isabel II de Dúrcal por Manuel y su hermano Antonio Ferrer, cerveza no tanta y vino dulce de Málaga adquirido en 'La Bodega' y en las tiendas de 'Los Tizones', Rosario, Ana, María... Después, era y sigue siendo costumbre, jugar a las cartas como entretenimiento nada más. Desde hace unos lustros la gente suele ir a celebrar los dos días festivos, principalmente, junto al río de Dúrcal y alrededores.
Cuando llega la tarde, y para no perder la costumbre de comer, se siguen empezando las tripas de salchichón y chorizo para, y acto seguido degustar el célebre hornazo elaborado con harina, levadura, sal y uno o dos huevos duros, antiguamente realizados en las afamadas tahonas de Virtudes, Dolores, María Luisa, Pescado y Carlos. También, era y sigue siendo tradicional consumir uvas pasas, naranjas del Valle de Lecrín, plátanos de Canarias y chocolate en porciones acompañado de bollos de pan de aceite pero sin huevo.
Al día siguiente, Lunes de Pascua, la fiesta continuaba y sigue continuando pero en otro lugar, junto al río Dúrcal, salpicado de álamos, choperas, frutales, arroyos y bancales. Unas personas realizaban las comilonas campestres en la zona de Márgena, otras en cambio por los alrededores de la Cuesta de la Fidea, la Poza de Pipa el pastor, la Boca de las Presas, Las Cuevas, El Barranco de los Lobos o Las Arenillas. Al siguiente día, aunque ya no era fiesta local, los niños y niñas, principalmente, solían acudir en pandillas con su merendica hornacera a las 'Heras de Balina', 'La Graja', 'Darrón' y 'Almócita'.
Y si llovía en esos días las fiestas se celebraban pero en las casas, algunas provistas de mecedores para grandes y pequeños. Una de las casas que agrupaba a más niños si hacía mal tiempo en las fiestas era la Posada de María Pérez, nacida en el municipio alpujarreño de La Taha de Pitres, y en la morada de Dolores y Serrano. Después, era costumbre ir al cine de Dúrcal (el Lecrín Cinema) de la familia Padial y comprar algún dulce o golosina en las pastelerías de Pura y 'La Churra' y a la entrañable y recordada Rosa 'La Rorra' que se aposentaba sentada en una silla baja de anea (realizada por Ramón 'El Sillero') con su cesta de mimbre en la plaza, junto a las dos carteleras del cine que por aquellos entonces, una de ellas (por que la otra estaba claveteada de fotos de la película de turno), era pintada por Rafael Vílchez Valero 'El Sillero' (fallecido en 1983).
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