Nuevo rumbo para el castillo granadino que mandó construir Muley Hacén, el padre de Boabdil
El Castillo de Zoraya será cedido al municipio de Lecrín por la Fundación Riquelme Granada
El Ayuntamiento del municipio de Lecrín, formado por los pueblos de Talará, Béznar, Chite, Murchas, Acequias y Mondújar, y presidido por Pedro Titos Martos, va ... a realizar un acto institucional por la cesión del Castillo de Zoraya, situado en Mondújar, al municipio, el próximo día 13 a las doce del medio día en la Casa de la Cultura de Talará. En este acto institucional, entre otras cosas, se agradecerá a la Fundación Riquelme el haber cedido esta histórica fortaleza al municipio, situada en el Cerro del Castillejo de Mondújar. Lecrín pertenece a la comarca del Valle de Lecrín.
La Fundación Riquelme está declarada de Beneficencia. Fue creada a iniciativa del militar granadino José Luis Riquelme y Gómez (Granada 1813-Barcelona, 1888) tío de la beata María Emilia Riquelme y Zayas. José Luis Riquelme fue diputado a Cortes en varias ocasiones, senador y capitán general de Cataluña. Obtuvo varias cruces por méritos de guerra. También desempeñó los cargos de jefe del Estado Mayor del Ejército de Cuba, general en jefe del Ejército del Centro y Oriente de Cuba, director general de Caballería, etcétera.
Su historia
El Castillo de Mondújar es una fortaleza de época musulmana tardía, ubicada sobre un cerro elevado, a 879 metros de altitud sobre el nivel del mar, con planta poligonal irregular, permaneciendo aún en pie varios lienzos de muros, especialmente en sus lados norte y este, realizados en mampostería, utilizando los cortados existentes entre las rocas para cerrar el espacio interior. Esta fortaleza fue mandada construir por Abü I-Hasan 'Alí, conocido como Muley Hacén, penúltimo sultán nazarí (reinó en el periodo 1464-1482). Algunas fuentes sostienen que el castillo también contaba con jardines y huertas para recreo de la familia real, y fue lugar de retiro para este sultán cuando se sublevó su hijo Boabdil en 1483, hasta su muerte dos años después. A veces esta fortaleza es denominada Castillo de Zoraya por el nombre árabe que se le dio a Isabel de Solís, esposa de Muley Hacén.
Según Alejandro Pérez Ordóñez, «en Mondújar se estableció la rauda (cementerio) de la familia real nazarí. Ello es debido a que, tras la conquista de Granada, Boabdil camino del exilio exhumó los restos de sus antepasados y los trasladó hasta este lugar. Este hecho se conoce por numerosas referencias documentales, y además algunas tumbas fueron descubiertas durante las obras de construcción de la autovía A-44 entre Granada y Motril, en los años 1998 y 1999. Tras la capitulación de Granada, el Castillo de Mondújar tuvo diversos alcaldes castellanos. El segundo de ellos, Pedro de Zafra, era hermano del secretario de los Reyes Católicos, Hernando de Zafra, y falleció aquí durante la rebelión morisca de Las Alpujarras en 1499. En el exterior del castillo de Mondújar se conserva un aljibe de grandes dimensiones (7, 50 x 4,80 metros), con algunos restos de enlucido rojo. Existen restos de otro aljibe en el extremo noroccidental del recinto amurallado, en este caso más pequeño (5,65 x 2,30 metros)».
Las lágrimas de Boabdil
Según algunos historiadores la última vez que Boabdil, el último rey nazarita, lloró en tierras granadinas no fue en el Suspiro del Moro, tal como nos ha contado la historia hasta hoy. Las últimas lágrimas del Rey Chico, como era conocido entre sus súbditos, se vertieron sobre una tumba, en el pueblo de Mondújar.
En esta tierra dejó Boabdil los restos mortales de la persona que amó tanto como a Granada, a su esposa Morayma, la mujer que se mantuvo fiel a su lado, que le dio dos hijos y que sufrió en silencio, tanto como él, su vida y su desdichado reinado. Entre febrero de 1492 y agosto de 1493, las tierras almerienses de Andarax, Berja y Dalías fueron testigos del único año de felicidad de Boabdil y su esposa tras conseguir que los Reyes Católicos les devolvieran a sus hijos, después de nueve largos años de secuestro. Él se adaptó pronto a su nueva situación y vivía feliz, inconsciente, rico, regalando dinero y cazando con galgos y halcones por los campos de La Alpujarra almeriense. Boabdil perdió a su esposa y al niño que llevaba dentro. Sus restos mortales fueron llevados en unas angarillas al cementerio real de Mondújar».
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