Muere el secretario del Ayuntamiento de Alpujarra de la Sierra durante 36 años

La marcha de José Vicente deja un recuerdo imborrable en la zona alpujarreña que tanto quería. José Vicente, que desde muy joven era un asiduo lector de IDEAL, contribuyó al desarrollo y bienestar de Alpujarra de la Sierra. Esta gran persona ha asesorado a un ramillete de alcaldes. Era muy eficaz. Sentía un gran respeto por los ediles y trabajadores del Ayuntamiento: Paco, Gabriel, Mari, etcétera. Uno de sus grandes amigos fue el que fuera secretario del Ayuntamiento de Torvizcón, José Luis Parra Salmerón, nacido en Linares (Jaén) en 1952 y residente en Órgiva. En las pasadas fiestas de Mecina Bombarón, en honor a San Miguel, fue homenajeado y encargado de pronunciar el pregón compartido con su esposa Ana María Martínez (Cádiz-1962), una gran mujer que estuvo al frente de la Asociación de Mujeres 'El Castañar', en la catequesis y en el fomento de la cultura. En 1962 su padre que era médico fue trasladado a Zújar y allí conoció la admirable Ana María a la persona que convertiría en su esposo.

José Vicente Oliver fue una de las personas de España que más años llevó desempeñando el cargo de secretario en un mismo ayuntamiento. En 1985 Oliver tuvo la plaza en el Ayuntamiento de Alpujarra de la Sierra. También, durante un tiempo este secretario llevó acumulados los municipios alpujarreños de Murtas y Válor. Además, fue secretario del Ayuntamiento de Juviles e interventor de la Mancomunidad de Municipios de la Alpujarra Granadina. Oliver nació en Zújar en 1955. Los estudios los cursó en Atarfe y en Granada capital, en el Padre Suárez. Realizó el servicio militar en Madrid. En 1979 terminó la carrera de Derecho. En 1999 la Cora Alpujarreña, presidida por José Antonio Jiménez Tovar (ya fallecido) y compuesta por más de 3.000 socios, lo nombró 'Alpujarreño del Año' en un solemne acto celebrado en uno de los salones del Hotel Velázquez de Madrid. Oliver recibió otros premios y reconocimientos importantes.

José Vicente recordó a IDEAL hace unos meses que cuando él se enteró en 1985 de que el puesto de secretario en Alpujarra de la Sierra estaba vacante. «Entonces opté por ocuparlo sin conocer el municipio ni la comarca de La Alpujarra. Eso no me importaba mucho. A mí lo que me ilusionaba era empezar a trabajar donde fuese y como me encantó la zona y sus gentes ejercí durante 36 años de secretario en el Ayuntamiento de Alpujarra de la Sierra, situado en Mecina Bombarón», manifestó

Cuando José Vicente comenzó a trabajar de secretario e interventor se encontraba soltero. Él Recordó que ganaba al mes 70.000 pesetas de las de antes, y me hospedaba en la fonda de Benigno (ya fallecido). En 1986 contraje matrimonio en Granada capital con Ana Martínez Delgado, y fruto de nuestra unión nació en 1988 nuestra querida hija Ana. Nuestro primer lugar de residencia estuvo ubicado en la calle San Antonio, cerca del Ayuntamiento. La gente desde el principio, como es muy buena y hospitalaria, se portó muy bien con nosotros. Desde que yo fui secretario en este municipio fueron alcaldes Antonio Vargas, Rafael Fernández y Manuel Martín. También, he sido secretario estando el actual alcalde José Antonio Gómez», indicó.

José Vicente Oliver, discípulo e íntimo del secretario Fresneda (ya fallecido) ayudó a mucha gente a resolver problemas de todo tipo. Este gran secretario recordaba cuando comenzó a trabajar en la antigua Casa Consistorial de Mecina Bombarón, que se encontraba en otro lugar. «Aquel edificio era muy penoso y pobre. Carecía de servicios y calefacción. Tenía una caja de caudales que todavía se conserva, que se abría con las tres llaves de los tres claveros que eran el alcalde, el secretario y el tesorero. Ahora los ayuntamientos no se parecen en nada a los de antes. Antes, mi amigo Fernando 'El Alguacil' (ya fallecido) tocaba la corneta antes de leer en voz alta por las calles los bandos del alcalde», señaló.

Oliver Fernández recordaba también cuando el Ayuntamiento de Alpujarra de la Sierra adquirió la primera fotocopiadora. «La colocamos en una habitación y enseguida pasó una cosa muy curiosa. Resulta que vino una mujer con su niña porque tenía que hacer una fotocopia. Esta vecina trajo a su hija muy arregladita. Entonces, cuando ella vio la máquina le preguntó al auxiliar por donde había que meter a su hija para hacerle una foto para la tarjeta de identidad. Y cuando el auxiliar le explicó lo que hacía aquella extraña máquina todos nos partimos de risa», terminó diciendo hace poco tiempo. José Vicente, mi amigo del alma desde hace tantos años, nunca te olvidaré. Fue un placer conocerte. Estarás para siempre en mis recuerdos. Descansa en paz.