Manuel Mesa dedica un libro al ingeniero José García Nájera, el hombre que dominó torrentes

El alcalde de Lanjarón dio la bienvenida a los presentes y dijo entre otras cosas: «Nosotros vamos a poner en marcha un aula de la naturaleza que se ubicará en la antigua casa forestal conocida también con el nombre del ingeniero García Nájera, que se encuentra en trámites de cesión a falta de unos papeles burocráticos. La mayoría de los que somos cañoneros el nombre de García Nájera nos recuerda al nombre de una calle de nuestro municipio. Sin embargo, Manolo Mesa, nos descubre en este libro al hombre y al maestro de la ingeniería hidráulica forestal que hay detrás de este nombre y la trascendencia que tuvieron para nuestro municipio algunos de los trabajos que realizó. En este libro también el agua juega un papel muy importante. Este libro nos deja ver los trabajos que este gran ingeniero realizó desarrollando proyectos de interés general que contribuyeron al progreso económico y social de Lanjarón, logrando la retención de la ladera del Barranco del Salao. Y con la colaboración también de Almagro de San Martín en el proyecto Experiencias de Repoblación en la Cuenca Alta del Río de Lanjarón Sierra Nevada. Recomiendo a todos los amantes de nuestra sierra la lectura de este libro», indicó, entre otras cosas, Eric Escobedo.

El autor del libro ha tenido como colaboradores a Juan Ángel Mintegui Aguirre, José Luis García Rodríguez, Javier Navarro Gómez Menor, José Ramón Francia y Simón Cuadros Tavira. José María García Nájera nació en Logroño en 1903 y falleció en Madrid en 1970. Según Juan Ángel Mintegui Aguirre «García Nájera representa el paradigma del profesor universitario que cree y aplica, a modo de elementos básicos para construir su identidad como ingeniero. Esta manera de sentir su profesión, transmitida en ocasiones de una forma un tanto desabrida en sus trabajos bibliográficos, hace que la personalidad de J.M. García Nájera, incluso para los que no le conocimos, resulte interesante. No tanto por lo que investigó, sino por el profundo carácter epistemológico de su legado. Ingeniero de Montes, entra a formar parte del Cuerpo Especial de Ingenieros de Montes por escalafón el 9 de septiembre de 1939 y obtiene la Cátedra de Meteorología, Climatología y Física Forestal, Hidráulica General y Torrencial, Torrentes y Aludes en virtud de concurso-oposición el 11 de julio de 1949», manifestó.

Según Mesa Torres «la actividad de García Nájera no se circunscribe únicamente al monte y más allá de sus muchos trabajos que como persona introvertida indagaba en otros aspectos que, poco o nada, se relacionaban con su carrera de Ingeniero de Montes. Así nos encontramos con un García Nájera interesado en el mundo de la aerodinámica y la navegación aérea. Posteriormente patentó un aparato indicador de posición. También patentó una instalación de escala para la subida de peces, aplicable a presas de cualquier altura. En 1953 desarrolló una esclusa salmonera automática para el paso de presas de gran altura. Asimismo, presentó una memoria para la obtención de la patente del girogoniómetro (aparato utilizado para construir ángulos), con la particularidad de girar sobre sí mismo 180 o 360 grados. Más sorprendente resulta el desarrollo de un prototipo de mechero con desarrollos matemáticos, y más aún, el proyecto de nave para embotellado y fábrica de jabones en el Balneario de Lanjarón. García Nájera trabajó en Argentina y, entre otros lugares, en Lanjarón para la corrección de las corrientes destructoras, entre otras muchas cosas. A petición propia, su cuerpo fue trasladado a Lanjarón para descansar eternamente junto a los restos de su hijo Carlos, en el panteón familiar del cementerio municipal».