El granadino de 93 años que es una eminencia en los vinos de España

En 1961, comenzó a trabajar en la Bodega Espadafor, situada entre Marchena y Padul. Unos años después se quedó él con la bodega hasta 1974. Un camioncillo repartía el caldo del Dios Baco por la comarca de Valle de Lecrín. Después, Emilio se fue a trabajar a Barcelona, primero de panadero y vinatero y después en una de las bodegas más importantes de Cataluña situada en Santa Coloma de Gramanet. Cuando su propietario lo vio trabajar lo nombró jefe de la bodega porque se dio cuenta que sabía mucho de vinos y era muy trabajador.

A Emilio le encanta pasear por su pueblo y charlar con sus amigos de cuando existía el tranvía que finalizaba en Dúrcal, cuando las mujeres lavaban la ropa en el lavadero, cuando existían muchas caballerías y se trillaba en las eras comunales, cuando funcionaba la atarazana, etcétera. También recuerda la Semana Santa y las ferias y fiestas de antes, el Aguadero, La Laguna, el Conde de Padul, los molinos harineros, la fábrica de harina, el silo, los caminos y senderos, la antigua banda de música, las matanzas del cerdo, la gasolinera manual, las tabernas, los artesanos, etcétera. Emilio ve ahora bastante la televisión con su esposa. Es muy católico y goza de buena salud. Emilio recuerda cuando plantaron las plataneras de sombra en el Parque de la Estación del Tranvía. De la plantación se encargaron varias personas del Ayuntamiento. Emilio sigue leyendo libros. Muchos de ellos se los regaló su hermano el Padre Ferrer.