El gran mirador que ha estrenado un pueblo de Granada en su pintoresca Fiesta de la Parva
Centenares de personas han asistido a este evento para contemplar la antigua faena que se realizaba en la era con un trillo tirado por mulos y poder degustar jamón, pan con aceite, puchero y gazpacho casero elaborado por expertas cocineras de Pórtugos
Pórtugos ha celebrado con rotundo éxito durante dos días la Fiesta de la Parva, creada hace 35 años. Aurelia, María Angustias, Rosa Mari, Mari Trini, ... María José y Mari se encargaron de preparar el puchero de parva casero, como se hacía antes, con jamón, paletilla, panceta, costilla, pollo, garbanzos muy tiernos, habichuelas verdes, patatas y sal. Estas expertas cocineras empezaron a elaborar medio millar de raciones de puchero en grandes recipientes a las seis de la mañana y terminaron a las tres de la tarde. Se empleó leña para la cocción. Mucha gente las felicitó porque la comida le salió de rechupete. También estas mujeres se encargaron de elaborar gazpacho con pepino, pimiento, cebolla, ajo, tomate, sal, vinagre y aceite puro de oliva.
También el muy eficaz y campechano alcalde de Pórtugos, José Javier Vázquez, aprovecho la Fiesta de la Parva para inaugurar por todo lo alto el 'Mirador de la Era de Arriba'. Hubo música en directo a cargo de Florian y degustación de jamón del terreno cortado en lonchas por Ángel Jerez, pan con aceite y vino de La Alpujarra a discreción. Carlos le ayudó. Este espacio ha sido adecentado con bancos, macetas y una estupenda pintura a cargo del gran Mauro, en la fachada del antiguo depósito de agua potable. En este lugar existe una morera centenaria y vistas espectaculares, entre otras cosas. Cerca de este espacio, junto a un camino rural, existe un gigantesco castaño con más de 300 años de historia, según algunos entendidos.
En la Fiesta de la Trilla estuvo también un vecino de Pórtugos, Manuel Ángel Martín, nacido el 30 de enero de 1980. Esta excelente persona es un gran deportista que compitió en bochas adaptadas. Ganó dos medallas de bronce en los Juegos Paralímpicos de Pekín en 2008. Manuel Ángel es un hombre muy inteligente que siempre lleva por bandera su querido pueblo alpujarreño de Pórtugos. Su hermano del alma es el teniente de alcalde de Pórtugos, el gran Luis Antonio Martín, un hombre fuera de serie y muy activo, honesto y trabajador. La corporación municipal de Pórtugos es fenomenal.
En la tarea de la trilla se encargó el afectuoso y cercano Juan Rodríguez 'El Municipal'. Él trilló de maravilla pues aprendió a corta edad a realizar las faenes del campo. El trillo fue tirado por su gran caballo pecherón y el otro caballo también grande y pecherón de Álex. Varias personas con orquillas y escobas movieron la paja trillada, barrieron y recogieron el grano que quedó en la era después de la trilla. En este evento colaboró mucha gente de Pórtugos. Hubo también barra. Desde este lugar se divisa la Sierra de la Contraviesa, el Cerro Corona, Panjuila, las antiguas Minas del Conjuro, el Barrio de Churriana y otros lugares de Pórtugos y alrededores.
El Ayuntamiento de Pórtugos abrirá en septiembre una Escuela Infantil, de cero a tres años, gracias a los 70.000 euros que le ha ofrecido la Junta de Andalucía. También se han adecentado y restaurados los cuartos de baño del colegio gracias a la Diputación. Así mismo se va a comenzar la última fase del Centro de Día.
El primer día de la barcina de la parva, desde una finca hasta la era, hubo degustación de buñuelos caseros con chocolate, fiesta acuática infantil, pinchitada popular, fiesta Holi juvenil, fútbol sala nocturno, música, cena bajo las estrellas, bingo...
También ha habido talleres, diseños de camisetas, juegos de expresión corporal, marcapáginas, manualidades, semilleros, gran prix, gyncana…Han colaborado los grupos de Teatro Atarrache y El Erizo de Pórtugos, el Grupo Municipal de Música y Cuerda Fuente Agria de Pórtugos, la Comisión de Fiestas y el Grupo de Voluntarios compuesto por hombres y mujeres.
La trilla era un trabajo muy laborioso. Quemaba hasta el aliento. La siega del trigo se hacía con una hoz corta y curva con empuñadura de madera. Los dedos de la mano izquierda se protegían con unos dedíles de cuero. Otros llaman deíles. Los encorvados y sudorosos segadores bebían agua cada dos por tres para refrescarse. Cada cierto tiempo echaban un cigarrillo para descansar y estirar el espinazo. Con manojos de tallos de trigo se hacían los vencejos para atar las gavillas. Después, tenía lugar la barcina para transportarlas a la era. A las parvas acudían muchos labradores para ayudar. Unos hacían el trabajo a torna de peón, es decir, hoy por ti y mañana por mí, para que no corriera el dinero porque escaseaba. Las coplas afloraban en estos rudos quehaceres.
Terminada la faena en la era comunal, el fruto era acarreado a los atrojes de la casa en sacos y costales y la paja en herpiles. En los días de parva, por la mañana se solía tomar aguardiente, un trozo de tocino con magro y bacalao con tomate. Al medio día, entre sudor y picores, le tocaba el turno al cocido de garbanzos con huesos de espinazo y carne de jamón, habichuelas, patatas…y, para refrescarse, gazpacho o pipirrana.
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