Un establecimiento de un pueblo de Granada sigue conservando el mosto en tinajas de barro
En el único bar-restaurante que tiene Cónchar se conserva el vino mosto en recipientes de barro centenarios para mantener una temperatura constante que permita una microoxigenación lenta y suave, evitando sabores añadidos
Un lugar único y muy valorado. El Restaurante 'La Huertecilla', abierto en la Semana Santa de 1997 en el pequeño y pintoresco pueblo de Cónchar, ... perteneciente al municipio de Villamena junto a la localidad de Cozvíjar, se ha convertido en uno de los más famosos y solicitados de la comarca del Valle de Lecrín. Es el único establecimiento de estas características que existe en Cónchar. Su propietaria se llama Antonia Jiménez Sáez. En este esmerado y precioso local se puede degustar el célebre remojón de Cónchar, las migas con las famosas granadas del terreno, las patatas a lo pobre, arroz, puchero de hinojos, manitas de cerdo, calabaza con chorizo, carne de membrillo con queso, tarta de zanahoria, arroz con leche, natillas, mousse de limón, tarta de nueces y otros deliciosos platos. Este negocio ofrece su propio mosto que fermenta en su propia bodega como antiguamente, en tinajas de barro.
Cónchar es el pueblo tranquilo del buen comer y yantar a base de bien, del turismo rural y de los deportistas, de los famosos dulces 'Los Danielitos', de las fiestas del Mosto y las Granadas, de la antiquísima Hermandad de las Ánimas Benditas, del complejo Hacienda Señorío de Nevada, etcétera. El Restaurante 'La Huertecilla' cierra los martes y por las tardes solo abre el sábado y el domingo. Según Antonia Jiménez «a mi restaurante acude muchísima gente, unos en bicicleta o andando haciendo senderismo, y otros en moto o en coche. Nosotros mantenemos los métodos de la cocina tradicional. Técnicas culinarias basadas en ingredientes frescos y locales y preparaciones lentas como guisos a la lumbre. Los sabores son intensos y deliciosos. Las personas que nos visita por primera vez repiten porque la calidad del servicio y la comida es buena. El trato no se queda atrás, el ambiente es rústico y muy acogedor. El trato es muy cercano», terminó diciendo.
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