La Alpujarra se queda sin burros
La despoblación producida en muchos lugares de esta comarca también ha provocado la desaparición de muchísimos de estos animales y, con ellos, se ha perdido parte de la identidad y la memoria colectiva en esta comarca
Los asnos están desapareciendo en La Alpujarra, principalmente debido a la mecanización del campo y a la pérdida de su utilidad tradicional, lo que ha ... provocado en esta comarca una drástica reducción en sus poblaciones. Este fenómeno, que también se está dando en otras partes, forma parte de una amenaza más ámplia para la biodiversidad de animales de granja autóctonos. Ahora es casi imposible ver un burro en los pueblos y aldeas de La Alpujarra. En la zona de El Haza del Lino se puede ver uno pastando junto a varios mulos. En Yegen un campesino y maestro de obras ya jubilado tiene otro… Ahora al no ser tan necesario este animal, muchas personas han dejado de criar o mantener a estos animales, y la falta de una economía que se beneficie de ellos pone en peligro su conservación.
A mediados del siglo XX había unos 675.000 burros en España, hoy la cifra es de unos 29.000. En México, por ejemplo, en 1991 se censaron 1.500.000 burros y hoy quedan menos de 250.000. La desaparición de estas razas implica la pérdida de un patrimonio cultural y genético importante para la historia y las tradiciones rurales. Organizaciones y grupos locales están trabajando en la conservación de razas específicas, como el burro andaluz para tratar de evitar su extinción. En La Alpujarra también están menguando las vacas, cabras, ovejas, cerdos… Especies, algunas autóctonas, únicas en el que han vivido durante miles de años. En La Alpujarra el éxodo rural a las ciudades y otras zonas de Almería, por ejemplo, ha vaciado considerablemente el campo no solo de personas, sino también de estas especies animales. Un ejemplo de ello es el burro doméstico. Sus ancestros salvajes procedían del continente africano (de ahí su nombre científico Equus Africanus Asinus). En España se estima que había más de 1.000.000 de burros al finalizar la Guerra Civil.
La burra era un animal clave también en los cortijos de La Alpujarra. Eran también frecuentes los mulos y en menor medida los caballos. Las burras no son rumiantes, al contrario que las vacas, las ovejas y las cabras. A veces, algunas burras tiran coces y hasta bocados. Antiguamente cada cierto tiempo se pasaban por los cortijos unos hombres ofreciéndose para pelar las burras. Los 'pelaores' o esquiladores tenían a bien dejar alguna señal, a modo de marca de la casa (trasquilones formando dibujos), entre los pelos del animal. A estos animales se le manda parar mediante la expresión: ¡soooooo!, y se le incita a andar más aprisa mediante la expresión: ¡arre! De esta última expresión viene el nombre de Arrieros, con el que se conoce a los carreros, o personas que dicen arre, arrean o arrían a los animales de tiro.
Su vida
La burra suele vivir un promedio de 35 años. Algunas de ellas han logrado vivir en La Alpujarra con buenos cuidados algo más de 50 años. La calidad de la alimentación y los cuidados básicos diarios son cruciales para una vida más larga. Los burros y las burras fueron traídos a América por los españoles en el siglo XV y jugaron un papel fundamental en el transporte y la agricultura durante la conquista y la colonia, siendo esenciales para el desarrollo económico y el desplazamiento, en regiones áridas. Su uso disminuyó con la llegada de la maquinaria agrícola, pero siguen siendo importantes en muchas comunidades para el transporte y el trabajo.
Patrimonio
El burro es considerado un patrimonio cultural y biológico de la humanidad debido a si historia y contribución al desarrollo de la civilización, su resistencia y su valor genético y ecológico. El burro tiene las orejas largas, crin erecta y diversas tonalidades y espesura de pelo. Son dóciles hasta límites insospechados, con capacidad de aguante incuestionable. También son rudos y delicados, toscos y tiernos, inteligentes y agradecidos. Los antepasados de los burros fueron los asnos silvestres de África (Nubia y Somalia) y Asia (Siria, Oríagro, Rulan, Riang). En los tiempos antiguos existía una ruta comercial que iba desde el Pacífico hasta el Mediterráneo, conocido con el nombre de Ruta de la Seda (duraba varios años). Entre los animales de tiro, se encontraba el burro, que al pasar por los territorios donde habitaban las burras silvestres, se cruzaban con ellas y al término del viaje ya existían mezclas de diversas razas.
Razas
En España existen razas autóctonas como son: 'Zamorano', 'Leonés', 'Cordobés Andaluz' y 'Catalán'. Una burra pare a un pollino, que es el nombre que recibe la cría de, cuyo periodo de gestación es de aproximadamente de 11 a 14 meses y da a luz generalmente a una sola cría. Las burras tienen la capacidad de paralizar su gestación si las condiciones ambientales no son favorables. El burro nace con todo su pelaje y puede ponerse en pie a los pocos minutos de nacer. El periodo de lactancia dura entre 8 meses y 12 meses. Antiguamente algunos niños eran alimentados con leche de burra. Su composición, según los expertos, es muy similar a la leche materna humana, aunque más ligera.
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