La Alpujarra festejará su patrona como ocurre desde hace 419 años
Ugíjar se prepara para celebrar su feria y fiestas en honor a su protectora la Virgen del Martirio Coronada
Ugíjar se prepara para celebrar los días 10, 11,12, 13 y 14 su feria y fiestas patronales en honor a la milagrosa Virgen del ... Martirio Coronada, patrona también de toda la comarca de La Alpujarra extendida entre las provincias de Granada y Almería. Esta zona perteneció al Reino de Granada hasta el año 1833. Su famosa banda de música se encargará de las dianas, conciertos y de amenizar la corrida de toros. La Pirotecnia Alpujarreña 'Virgen del Martirio', de Ugíjar se encargará de los fuegos artificiales. El pregón correrá a cargo del profesor en Alcolea y Fondón, de Ugíjar, Jesús Rodríguez Romero. El alcalde de Ugíjar se llama Federico López Maldonado.
Como ocurre desde hace unos años, todos los días festivos habrá una hora sin música en las atracciones, de cinco a seis de la tarde, para que todas las personas con trastorno de espectro autista e hipersensibilidad auditiva, puedan disfrutar de los días grandes de la feria. De esta forma, la comisión de fiestas de Ugíjar ha apostado también por una feria accesible, respetuosa y inclusiva. El pasado día 28 de septiembre tubo lugar la Bajada de la Virgen del Martirio desde su camarín hasta el altar mayor. El programa contempla muchísimas actividades. En Ugíjar se vive esta fiesta a lo grande.
La procesión de la imagen de la Virgen del Martirio tendrá lugar el día 14, después de la celebración de la solemne misa del medio día. Representantes de otras hermandades religiosas de Berja, Lanjarón, Válor… asistirán a los actos religiosos. Como patrona que es de La Alpujarra la Virgen del Martirio, es costumbre que sea trasladada durante la procesión por devotos de Ugíjar y de otros municipios de la comarca mediante turnos. Durante el trayecto, que suele durar varias horas, habrá rezos, tirada de mucha pólvora y pétalos de rosas y vivas, muchas vivas, dirigidas a la Virgen del Martirio, también llamada 'La Morenita'.
Historia
La milagrosa Virgen del Martirio se veneraba en Ugíjar a principios del siglo XVI con el nombre de Nuestra Señora del Rosario. En el año de la rebelión de los moriscos (1568) la imagen de madera sufrió muchos martirios. Junto a un montón de enseres eclesiásticos fue a parar a una hoguera pero todo ardió menos la imagen que resultó incombustible. Luego volvieron a profanarla por las calles del pueblo atándola a la cola de un mulo pero la escultura permaneció intacta. Seguidamente la colocaron a modo de pasarela para atravesar el canal que suministraba agua a Ugíjar, y ya en la misma iglesia la acuchillaron.
Pero los esfuerzos de los moriscos por destruir la imagen resultaron infructuosos. Por último, fue arrojada a un pozo que todavía existe, aunque no se puede precisar si lo hizo un morisco a fin de conseguir su destrucción, o fue un cristiano para ocultarla. Lo cierto es que en este lugar permaneció 27 años, siendo recuperada en 1606, al proceder a la limpieza del pozo, y restituyéndose a su iglesia, pero con el nombre de la Virgen del Martirio. Se dice, que en el momento de su descubrimiento, la imagen pronunció estas palabras: «Martirio es mi nombre». A esta procesión no faltaba mi amigo Antonio Campos Reyes, un excelente hombre muy comprometido con su tierra, nacido en Berja, y encontrado maniatado, con signos de violencia salvaje dentro del maletero de su vehículo hace unos días en El Ejido.
Con el tiempo, las fiestas y feria de Ugíjar fueron tomando tal incremento que a finales del siglo XVII (año 1669) concurrían a ellas unas 20.000 personas de todos los pueblos de La Alpujarra. El acto cumbre de las fiestas Era y es sin duda la procesión de la Virgen del Martirio entre el repicar de las campanas de la iglesia y el estruendo de salvas, cohetes y morteros. Un ramillete de sacerdotes de otros municipios acuden cada año para acompañar a la Reina de la Alpujarra. También se encuentran presentes las fuerzas vivas de Ugíjar y otros pueblos y una representación de la Guardia Civil.
Gente de Berja, Alcolea, Ugíjar, Válor, Bérchules, Trevélez, Juviles, Lanjarón, Busquístar, Pórtugos, Pitres, Órgiva, Cádiar, Mecina Bombarón, Nevada, Laujar de Andarax, Murtas, Turón, Fondón, El Ejido, Roquetas de Mar, Dalías, Torvizcón… asiste a la procesión. Algunas personas van descalzas durante el trayecto para cumplir con sus 'mandas'.
En Ugíjar y zonas aledañas, según el profesor, investigador y escritor, Joaquín Rincón Carmona, se encontraron restos que prueban la existencia de habitantes en la Edad de Piedra. Hachas, cuchillos y otros objetos de la comarca se encuentran en el Museo Antropológico Provincial de Granada. En la Rambla de Don Durón de Ugíjar hubo un aluvión de oro y eso puede explicar el que entre los restos encontrados en la Cueva de lo9s Murciélagos de Albuñol hubiera una diadema de este metal entre otros muchos restos fundamentalmente de esparto. Se tiene la certeza histórica de que los diversos pueblos jónicos conocieron Ugíjar y la habitaron y de esa época es, precisamente, el nombre de Ulisea del que se deriva Ugíjar.
El interés de los navegantes y comerciantes jónicos por Ugíjar está íntimamente relacionado con las arenas auríferas de la Rambla de Don Durón que se al Río de Ugíjar o Río Grande y desemboca al Mediterráneo junto a Adra, ña antigua Abdera. Probablemente atraídos por ellas siguieron río arriba hasta Ugíjar. Aun viven algunas personas que recuerdan que recuerdan que a finales del pasado siglo y principios de este todavía había gambusinos que lavaban las arenas de la Rambla en busca de pepitas de oro. Cobra Ugíjar una personalidad relevante con la denominación musulmana. De esta etapa histórica proviene su nombre actual que conservó su origen griego.
Alhamar dio franquicia a Ugíjar que creció en importancia y riqueza llegando a sostener una importante mesnada de hombres armados, que gozaron de gran fama. Durante la época musulmana Ugíjar llegó a tener numerosas e importantes industrias artesanales, principalmente alfarería y telares de seda y lana. Igualmente cobró notable importancia la agricultura y el cultivo de la morera para alimentar al gusano de seda. Después, con la sublevación encabezada por Abén Humeya esta zona perdió fuerza. En enero de 1569 el Marqués de Mondéjar, procedente de Órgiva y tras conquistar el Castillo de Juviles, se estableció en Cádiar preparándose para continuar el avance hacia Ugíjar y la cuenca del Río Andarax. En Ugíjar, desde donde Abén Humeya gobernaba la sublevación, el caudillo morisco reunió a su estado mayor para estudiar la crítica situación de la causa.
Estaban con Abén Humeya los jefes moriscos: El Zaguer, Miguel Rojas y Diego López (Abén Abóo) quienes defendían la conveniencia de negociar una rendición honrosa, y los jefes monfíes El Gorri, El Partal y El Xeniz, que porfiaban por una guerra sin cuartel. Ambos bandos se culparon mutuamente de los fracasos y llegaron a los insultos y a las armas. Murieron en la reyerta Miguel de Rojas y Rafael de Arcos y el grupo de Abén Humeya quedó dividido y en discordia ya para siempre. El jefe morisco tuvo que abandonar Ugíjar ante estas circunstancias y por la cercanía al mando de Mondéjar. Este Marqués entró en Ugíjar el día 24 de enero de 1569 y salió el día 26 tratando de alcanzar a Aben Humeya que con 7.000 hombres se había hecho fuerte en Paterna, cerrándola el paso hacia Andarax. No hubo enfrentamiento y tanto Abén Humeya como Mondéjar levantaron el campo, el morisco hacia Laujar y el cristiano hacia Ugíjar en busca de avituallamiento. Transcurrió el tiempo sin que los cristianos pudieran dominar La Alpujarra, con gran preocupación para el Rey Felipe II.
Durante la rebelión de los moriscos Ugíjar recibió grandes daños, tanto materiales como en sus habitantes. La iglesia primitiva y otras construcciones importantes fueron incendiadas y, según consta en las Actas de los Mártires, cuya copia motorizada se conserva en el Archivo de la Iglesia Parroquial de Ugíjar, en los primeros días (principalmente 27 y 28 de diciembre de 1568) murieron el abad don Diego Pérez de Guzmán, los seis canónigos de la Colegiata, el Alcalde Mayor, licenciado León, cinco niños, entre ellos Gonzalico) y entre 240 y 300 adultos, la mayor parte de ellos hombres. A pesar de que la iglesia fue incendiada, la imagen de la patrona la Virgen del Martirio, se salvó milagrosamente.
Arrastrada y pisoteada
Una piadosa tradición refrendada también por declaraciones que constan el las actas, refiere que la imagen fue arrastrada, pisoteada y acuchillada por los confías y luego arrojada a un pozo, donde fue encontrada 30 años después y regresada a la iglesia. Parroquial donde desde entonces se la venera con la advocación de Virgen del Martirio. Esta Virgen está considerada como patrona de La Alpujarra. Después en Ugíjar se asentaron 110 familias entre las que había de abolengo y probablemente de esa época son los apellidos Salcedo, Mérida, Bueso, Bataller y Valverde, así como los escudos de armas de algunos de ellos que aún adornan algunas falladas de casas solariegas. El día 1 de mayo de 1894, siendo doña María Cristina Reina Regente y Práxedes Mateo Sagasta Presidente del Consejo, el Ministerio de Gobernación dirigió al alcalde de Ugíjar el siguiente telegrama: «Tengo la satisfacción de anunciarles a ustedes que S.M. la Reina acaba de firmar el Decreto concediendo a Ugíjar el título de Ciudad y a su Ayuntamiento el tratamiento de Ilustrísimo», terminó diciendo Joaquín Rincón Carmona.
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