Un juzgado de Granada obliga a una mujer a devolver una perra adoptada
No se sabe dónde está ahora el can, que llegó a manos de esta joven después de que su primer adoptante incumpliera el contrato que firmó con la asociación animalista Peludísimos
Brenda es un cruce de podenca. Es activa, cariñosa, juguetona y con una peculiaridad física que le hace aún más especial: su mandíbula ... inferior está un poco salida y eso provoca que su sonrisa sea perenne. Ahora tendrá alrededor de unos siete años. Fue encontrada en un pueblo de Granada en 2014, cuando contaba con tan sólo ocho meses. La Asociación Animalista Peludísimos Granada la rescató, se hizo cargo de ella y la puso al día de vacunas y cuidados veterinarios para darla en adopción. Brenda estuvo bastante tiempo bajo la tutela de las responsables de Peludísimos; fue «de acogida en acogida» porque «era un poco destrozona», hasta que al final encontró un amo. Acabó en 2016 con un señor que la cuidó bien pero que, al parecer por problemas de salud, se acabó desentendiendo de ella. De este modo, incumplió el contrato que había firmado con la asociación, con la que ahora deberá regresar el can por orden judicial.
Las fuentes de la asociación consultadas por IDEAL explicaron que lo que debió hacer aquel adoptante, si ya no podía hacerse cargo de Brenda, fue devolverla a Peludísimos, pero no dejarla en otras manos. Aquella enajenación hizo que un juzgado de Granada (Primera Instancia 1) revocase la adopción de la podenca en 2018 por no haberse respetado los términos del contrato. En aquel fallo, el juzgado dispuso que el adoptante, Miguel Ángel G., devolviese al animal a los responsables de la asociación que la había protegido hasta 2016.
Sin embargo, el tiempo pasó y Brenda nunca regresó a Peludísimos, por lo que la entidad volvió a acudir a los tribunales, representada por el abogado Aritz Toribio, tras realizar las averiguaciones pertinentes. Solicitó, con fecha de 28 de marzo de 2019, al Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de veterinarios que le comunicase la nueva titularidad de la perra.
Microchip
Gracias al microchip, los responsables de la asociación descubrieron con quién había ido a parar la podenca. Lo siguiente fue interponer una nueva demanda, esta vez contra la mujer que figuraba como nueva titular.
En la nueva sentencia dictada, fechada el 23 de diciembre y a la que ha tenido acceso IDEAL, la jueza de Primera Instancia número 4 de la capital granadina, Cristina Pedrajas, insta a la segunda dueña de la perra Brenda, Ana M., a hacer entrega efectiva del cánido. «Se ordena el cambio de titularidad del animal», que vuelve a estar a nombre de la referida asociación animalista, a la que la demandada habrá de devolver a Brenda sí o sí.
El fallo, que puede ser recurrido ante la Audiencia Provincial de Granada, establece además que Ana M. sufrague los gastos que se deriven de su reintegro a la asociación. Las citadas fuentes de Peludísimos indicaron que una vez Brenda, mimosa como ella sola, vuelva a estar bajo su tutela será nuevamente puesta en adopción.
¿Pero dónde está Brenda? Según figura en la sentencia, el abogado de la mujer con la que había acabado la podenca aseguraba que su clienta hacía mucho tiempo que ya no la tenía. Por lo visto, según su versión, la habría dado a una pareja alemana que se había encariñado con ella. Esa pareja habría vuelto a su país de origen, por lo que, en teoría, la perra debe estar en Alemania.
La sentencia revela que Brenda estaba en una perrera de Granada antes de terminar en manos de Ana M. en octubre de 2016. Según las alegaciones del abogado de Ana M. que están recogidas en la sentencia, su clienta se la donó a aquella pareja extranjera y dejó en manos de una clínica veterinaria la gestión de la baja. «Dicha cesión (a la pareja) se realiza a finales de 2016» y ya en diciembre de ese mismo año presuntamente la perra viaja a Alemania con sus supuestos nuevos cuidadores.
La magistrada que ha intervenido en esta segunda demanda para encontrar a Brenda lo tiene claro: la asociación Peludísimos es la propietaria «real» de la perra y, por eso, tiene derecho a tenerla. La jueza pone en tela de juicio que el animal esté en Alemania, pues en la información existente en su chip no hay huella de ello y Ana M. no aportó, según el fallo, «dato alguno que permita identificar a la familia adoptante».
La historia de Brenda y la falta de legislación
«Estamos ante la finalización de un camino largo y arduo para encontrar a Brenda. Esta sentencia pone de relieve una vez más la falta de legislación concreta en relación a las adopciones de animales y también la dispersión normativa nacional», indica Aritz Toribio, el abogado de Granada que ha llevado este caso. «Desde el Despacho de Abogados Toribio creemos que esta sentencia y la historia de Brenda pueden ayudar a muchas asociaciones y protectoras de animales de toda España que se ven inmersas en una espiral de problemas por incumplimientos de contratos de adopción de animales», agrega el jurista, para concluir que esta resolución puede constituir un espejo en el que mirarse: «una solución jurídica que les ayude a solventar» todos esos incidentes que se produzcan en los procesos de adopción que lleven a cabo, aparte de «a concienciar a la población».
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