La justicia da por fallecido al escultor Manuel Caba en el incendio de su cortijo de Moclín
El juzgado que ha tramitado el expediente de su muerte cree que existen «indicios racionales» de que pereció «como consecuencia del siniestro» hace 15 meses
El Juzgado de Primera Instancia número 14 ha decretado el fallecimiento de Manuel Caba, el escultor granadino desparecido en el «complejo incendio» que se declaró ... el 6 de febrero del año pasado en su cortijo de Moclín.
El decreto, al que ha tenido acceso IDEAL, está fechado el 9 de mayo y se emite por el órgano judicial en el marco de un expediente sobre declaración de fallecimiento que promovieron sus cuatro hijos, tras las infructuosas labores de búsqueda para localizarle y los indicios de que pudo morir en el fuego que afectó a su taller y a su vivienda.
Fatídico día
El incendio, «de grandes dimensiones», se declaró antes de las 20,45 horas de aquel fatídico día. Las llamas quemaron el Cortijo de la Miseria, en el término municipal de Moclín, «en el cual vivía de forma estable y permanente don Manuel Wenceslao», especifica la resolución, que firma el letrado de la Administración de Justicia del citado juzgado civil.
El fuego provocó «el colapso y derrumbe parcial» de gran parte del cortijo, «en concreto de la vivienda». El decreto detalla que si bien desde antes de que se produjera el incendio no se tenía conocimiento del paradero del artista, «durante la investigación se han practicado diferentes diligencias de las que se extraen indicios racionales de que ha fallecido como consecuencia del siniestro».
«Durante la investigación se han practicado diferentes diligencias de las que se extraen indicios racionales de que ha fallecido como consecuencia del siniestro», señala la resolución
La declaración del fallecimiento Manuel Caba ha respetado todos los trámites legales. La admisión del expediente fue publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) y en el tablón del Ayuntamiento de la localidad en la que el ausente tuvo su último domicilio. Y en el edicto se hizo constar «que podría intervenir en la comparecencia cualquiera que pudiera tener interés en la declaración de fallecimiento».
Transcurrido el plazo que establece la ley, se agotó sin tener noticias de Manuel Caba. Así, al declararse judicialmente su fallecimiento, «cesa la situación de ausencia legal» y ello «con todos los efectos legales inherentes a dicha declaración».
De este modo, el Juzgado de Primera Instancia 14 establece que el fallecimiento del artista se produjo el 6 de febrero del año pasado y dispone que se libre exhorto al Registro Civil para que quede así debidamente anotado. El abogado de la familia de Manuel Caba en este proceso ha sido Javier López-Cantal Marín, según figura en el documento.
Búsqueda
Efectivos de Guardia Civil, de Protección Civil y más de 150 voluntarios participaron en las intensas labores de búsqueda del escultor tras el incendio. Se emplearon incluso drones y perros. Había que descartar que el hombre, de 77 años, hubiera podido salir de su vivienda antes o durante el fuego. Todas las batidas para dar con su paradero fueron infructuosas.
Manuel Caba tenía el taller en el mismo cortijo donde residía, en el campo, a medio camino entre Moclín y la pedanía de Puerto Lope, junto a una carretera poco transitada en la que el artista había dejado su firma: un murete con piezas metálicas a la altura de la finca.
El incendio provocó el derrumbe parcial tanto del cortijo como de la nave y mantuvo a los bomberos trabajando hasta bien entrada la madrugada. Todo el pueblo se volcó en los rastreos. Pero nada: no hubo resultado ni en las batidas ni en las tareas de desescombro.
Manuel Wenceslao Caba Lucena era escultor de forja y una persona muy querida en Moclín. Colaboraba con la vida cultural de su pueblo natal y, pese a la edad, seguía muy activo.
Sus hijos podrán darle ahora una despedida
Los hijos de Manuel Caba vivieron su desaparición durante el incendio de su casa y su posterior búsqueda con una lógica «incertidumbre». Los bomberos, Guardia Civil y 112 se volcaron en hallarle y, finalmente, se concluyó que el cuerpo del artista «se había incinerado» debido a la «virulencia» del fuego. Así lo explicó ayer a IDEAL uno de sus vástagos, José Luis, que consideró que con este trámite judicial él y sus hermanos pueden «pasar página» y, ya con la certeza, plantearse dar una despedida a su padre, «un funeral en condiciones». El resultado del análisis de ADN que se realizó a las muestras tomadas en la casa del escultor «no fue concluyente», según reveló, y todo apunta a que el fuego se originó «en la chimenea» de la vivienda. José Luis valoró el esfuerzo que todos realizaron aquel 6 de febrero y recordó que su progenitor era «una persona muy querida» en Moclín. De igual modo, resaltó el hecho de que esta declaración, por las circunstancias extraordinarias en las que se produjo su desaparición, no haya tardado años.
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