El jurado declara culpable de asesinato a Yasmina por matar a su novia con ensañamiento
El veredicto del tribunal popular se ha dado a conocer durante la tarde de este jueves tras solo unas horas de deliberación
Yasmina M. R., la autora confesa del crimen de la joven Marina Díaz Vallecillos el 12 de abril de 2021 en el cortijo de Motril ... donde ambas convivían como pareja, ha sido declarada culpable este jueves de asesinato por el jurado popular que ha enjuiciado el caso desde el pasado lunes en la Audiencia de Granada.
El tribunal popular, integrado por seis hombres y tres mujeres, había recibido por la mañana el objeto del veredicto y, a las 18.30, esta tarde, tras solo unas horas de deliberación, ya tenía su decisión: Yasmina actuó con ensañamiento cuando apuñaló y golpeó mortalmente a la chica, truncando su existencia con tan solo 18 años.
De acuerdo con la información facilitada por fuentes del caso a este diario, los miembros del jurado han apreciado también la agravante de parentesco, por la relación de noviazgo con la víctima, y la atenuante de confesión, por entregarse al día siguiente.
Consumo de cocaína
De igual modo, consideran que Yasmina, cuando acometió con el arma blanca a la que fuera su novia en un sinfín de ocasiones sí tenía sus facultades volitivas e intelectivas afectadas por el consumo de cocaína. Cabe recordar que la mujer declaró, durante su interrogatorio, que había consumido esta droga la mañana del día del despiadado ataque, aunque las forenses descartaron que influyera en su acción criminal. Sin embargo, el jurado ha apreciado la atenuante de drogadicción.
Lo que no ha considerado probado el jurado ha sido la agravante de especial vulnerabilidad de la víctima del artículo 140 del Código Penal.
Ante este veredicto de culpabilidad por asesinato con ensañamiento, la fiscalía ha vuelto a solicitar 17 años de prisión y la acusación particular, 25.
En cuanto al otro acusado por su implicación en la búsqueda de un lugar para enterrar el cuerpo envuelto de Marina, Antonio Manuel L. C., un vecino de Varadero con una discapacidad intelectual del 54 por ciento que le hace tenerla edad mental de un niño de entre 9 y 12 años, el jurado lo ha declarado culpable de un delito encubrimiento pero con la concurrencia de alteración o anomalía psíquica.
Discapacidad
Los miembros del tribunal popular han tenido en cuenta por tanto su discapacidad, por lo que será condenado o a los seis meses de prisión que ha solicitado la acusación particular al ver en su retraso una eximente incompleta o a la medida de libertad vigilada que ha pedido el fiscal. Este apostó en su informe final por que se reinsertase en la sociedad continuando con la ayuda que está recibiendo de una asociación (Aprosmo) que le ha formado y le ha procurado empleo.
El crimen de Marina tuvo lugar en la vivienda de alquiler que compartía con la acusada en el Camino de Pataura. Llevaban allí unos meses conviviendo, aunque su relación se había iniciados dos años antes, cuando Marina, que trabajaba en una farmacia, solo tenía 16 años.
El ataque mortal se produjo en el salón-comedor de la vivienda sobre las 13.00 horas, tal y como precisaron los policías de Motril que llevaron la investigación de este terrible suceso. La acusada apuñaló repetidamente a la joven que, según la acusación particular que ejerce su familia, quería terminar con la relación. Yasmina, en cambio, declaró que fue ella quien quiso romper y por eso se inició una «discusión».
Patada
Además de clavarle el cuchillo (la joven tenía heridas y golpes por todo el cuerpo, una de ellas letal en el corazón), Yasmina reconoció ante el jurado que le llegó a propinar una patada en la cara cuando Marina gritó para pedir auxilio al dueño del cortijo, un anciano llamado Paco que vivía al lado de ellas, en otra vivienda. Ya en el suelo siguió atacándola hasta que la niña dejó de respirar.
A continuación, tras sentarse en las escaleras y verse con el cuchillo en la mano y llena de sangre, arrastró el cuerpo hasta el dormitorio, donde lo tapó con ropas porque, según manifestó, «no quería ver» lo que había hecho. Luego se duchó, se cambió de ropa y comenzó a pensar cómo deshacerse del cadáver.
Marina comenzaba su turno ese día en la farmacia a las 17.00 horas, por lo que, como admitió la acusada, se hizo pasar por ella y le mandó un mensaje de WhatsApp a otro trabajador para indicar que no iba a trabajar por estar enferma «con vómitos y diarrea». También, con posterioridad, llegó a mandar otro mensaje haciéndose pasar por Marina al dueño de la farmacia para comunicarle que dejaba el trabajo porque se iban a vivir a Málaga.
Luego borró los mensajes del teléfono de la fallecida e incluso su número de teléfono. Para ocultar el cuerpo, Yasmina buscó ayuda. Llamó a Antonio Manuel L. C., el presunto encubridor, a quien al final encontró en el puerto. El hombre, amigo desde pequeño de ella, accedió a acompañarla al cortijo.
El supuesto encubridor declaró ante el jurado que lo primero que dijo a Yasmina es que debía entregarse, pero, según la Policía le ayudó a deshacerse de bolsas de basura con las pertenencias de Marina y otros enseres de la casa, así como a buscar un lugar donde enterrar el cadáver, algo que finalmente no hicieron. Yasmina llegó a manifestar que fue porque pensó que la familia se merecía darle un entierro digno.
Contacto con su familia
Antes de entregarse en la Comisaría de Motril el día 13 de abril, Yasmina llegó a contactar con gente de su familia para comunicar su acción criminal e incluso dejó en casa de un hermano una bolsa con objetos de valor y una nota manuscrita en la que aseguraba haber tenido sus «motivos» para hacer lo que había hecho. A los policías les dijo : «He matado a mi novia».
Desde el crimen, Yasmina ha estado encerrada en el Centro Penitenciario de Albolote como presa preventiva. El otro encausado quedó en libertad provisional. La familia de Marina clama justicia. Sus abogados, Jesús Huertas y Marta Maldonado, pedía inicialmente prisión permanente revisable para la autora confesa por la «especial vulnerabilidad» de la víctima, una chica en la flor de la vida, débil, a quien la acusada tenía «manipulada» y, según su madre, Teresa Vallecillos, «maltratada».
El fiscal que ha acabado elevando de nuevo su petición de pena, el miércoles modificó sus conclusiones provisionales y rebajó su petición de condena de 17 años y medio a 15, al concluir que los hechos constituirían un homicidio y no un asesinato. El motivo: los enmarcó en una «discusión de pareja» y dejó de observar en el ataque la agravante de ensañamiento, ya que una de las primeras puñaladas segó la vida de Marina de forma «casi inmediata». El fiscal explicó que el ensañamiento requiere hacer sufrir deliberadamente y de forma inhumana a la víctima, algo que, en opinión de la familia, sucedió con Marina.
Ahora será el magistrado presidente del tribunal del jurado, Jesús Flores, quien plasme los hechos declarados probados por el jurado en una sentencia y fije la pena que habrá de cumplir Yasmina por su vil acción.
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