El juez deja en libertad a un vecino de Granada detenido por intimidar con un cuchillo a tres mujeres
El incidente ocurrió frente a una peluquería el pasado día 18 a raíz de las supuestas fotos que el individuo había hecho con el móvil a sus hijos menores
El Juzgado de Instrucción número 6 de Granada ha dejado en libertad provisional a J. M. R., un vecino del Zaidín detenido por la Policía ... Nacional el 18 de noviembre después de que, presuntamente, intimidase con «un cuchillo de cocina» a tres mujeres frente a una peluquería. El hombre esgrimió el arma blanca, supuestamente, tras una discusión porque ellas le habían recriminado que hubiese fotografiado a sus hijos menores.
Así consta en el auto que el magistrado de este órgano judicial –uno de los nueve que investigan delitos en la capital– dictó al día siguiente de la detención. Aunque el juez no consideró oportuno enviar a prisión al hombre, sí le impuso una orden de alejamiento: no podrá acercarse a las tres mujeres a menos de 200 metros hasta tanto no se celebre el juicio oral. Tampoco podrá comunicarse con ellas por ningún medio «verbal, telefónico, telemático, escrito o gestual».
Las diligencias previas que se abrieron en el juzgado a raíz del suceso fueron, en principio, por un presunto homicidio en grado de tentativa, sin perjuicio de lo que finalmente se determine, una vez avance la investigación.
En su auto, al que ha tenido acceso IDEAL, el juez, que apreció «indicios de responsabilidad criminal» en la conducta de J. M. R., le indicó que debía comparecer en el juzgado «cuantas veces fuere llamado». Asimismo, le instó a comunicar al órgano judicial «inmediatamente» si cambiaba de domicilio y le advirtió de que, en caso de que no cumpliera tales instrucciones, podría ser enviado a prisión de forma provisional.
Gritos
El incidente ocurrió poco antes de las 18.00 horas en la Avenida de Dílar. La Policía acudió de inmediato, pues unos agentes estaban patrullando por la zona y escucharon «gritos de auxilio» femeninos. Al llegar, según el atestado policial, se encontraron a varias mujeres con chiquillos, que les contaron lo acontecido. A continuación, localizaron al hombre, que tenía el cuchillo en la mano y lo ocultaba tras la espalda. La Policía le exigió que lo arrojara al suelo, pero como el tipo hizo «caso omiso», uno de los funcionarios policiales, una oficial, tuvo que desenfundar su arma, logrando que el hombre tirase el cuchillo al suelo.
Tras lo sucedido, las tres mujeres, todas ellas treintañeras, formularon denuncia contra el individuo, que en su declaración judicial negó haberles lanzado ninguna cuchillada. El hombre, de origen sudamericano y más de 40 años, sólo admitió que había salido de la peluquería con el arma blanca «de forma amenazante, pero para defenderse porque ellas ya tenían un cuchillo». Asimismo, rechazó haberles golpeado o causado lesión alguna y aseguró que en días previos había sido él quien había acudido a la Policía para denunciarlas a ellas.
Las tres mujeres acudieron al médico tras este desagradable episodio y una de ellas refirió al facultativo que el día anterior habían tenido «unas palabras» con el detenido y que había sido al volver a encontrarse en la calle cuando este había sacado «un cuchillo de gran tamaño» y había comenzado a increparles. Ante tal situación, ella, según quedó reflejado en el parte, había salido corriendo «intentando proteger a sus hijos y buscar ayuda», no sin antes recibir un supuesto golpe en la espalda, cayendo luego por unas escaleras.
Las denunciantes, según las fuentes consultadas, explicaron a la Policía que los niños habían presenciado la escena del cuchillo, pues ocurrió mientras estaban «reunidas en la calle» con los menores, algo que suelen hacer de forma habitual.
Aquella tarde, al ver al hombre le habían recriminado lo de las fotos, y el reproche habría provocado que este reaccionase «de forma agresiva». A continuación, según el relato de las denunciantes, el individuo se metió en la citada peluquería, donde «había sido sorprendido con anterioridad fotografiando a menores mientras se pelaban», por lo que fueron a avisar a los propietarios. Al ser «echado» del local, ya en la calle, fue cuando supuestamente el hombre sacó el cuchillo.
Las mujeres llegaron a afirmar a la Policía que J. M. R. les había amenazado incluso «con mandar a gente de su país para agredirlas o matarlas». Por ese motivo, dijeron tener miedo «de ir por la calle y cruzarse con dicho individuo» de nuevo.
Se da la circunstancia de que el teléfono móvil del detenido fue intervenido por los investigadores policiales, a fin de extraer sus datos si el juez lo viera necesario.
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