Un joven alemán desaparece en su país y lo encuentran en Granada viviendo en la indigencia
Le habían robado todas sus pertenencias mientras viajaba por España y fue encontrado por la Policía Nacional, que le ayudó a volver
Un alemán con orden de búsqueda internacional por persona desaparecida ha sido encontrado en Granada por la Policía Nacional. Estaba viviendo en la indigencia, durmiendo ... en un banco, sin asearse y sin comida después de que le robaran todas sus pertenencias mientras viajaba por España. Fue encontrado por agentes de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de Granada, que tras conocer su historia le ayudaron a regresar a su país, tal y como ha podido saber este periódico.
Los policías caminaban por la plaza de la Trinidad cuando un joven en muy malas condiciones llamó su atención. Lo identificaron y comprobaron que tenía una orden de búsqueda internacional emitida por Alemania por persona desaparecida. Hablando en inglés con él pudieron recomponer su historia. Explicó que estaba viajando por España y, al llegar a Valencia, le robaron todas sus pertenencias (dinero, móvil, pasaporte…). Se da la circunstancia de que el joven presentaba algún tipo de discapacidad intelectual leve.
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Había contactado con su familia en Alemania para que le mandaran dinero, pero al ir a recogerlo no se lo habían podido dar, ya que no tenía documentación. Había terminado perdiendo el contacto con sus padres. Según su relato, su objetivo era llegar al Consulado de Alemania en Málaga para que le hicieran un pasaporte, pero llevaba tres semanas recaudando dinero en Granada y no era capaz.
La Policía Nacional contactó con la oficina de la Interpol en Madrid. El joven dio su consentimiento para que informaran de su paradero en Alemania, tras lo que le facilitaron un teléfono para llamar a su madre. Estaba visiblemente emocionado. Tras varias gestiones lograron que su hermana enviara por correo electrónico su documentación y los billetes de autobús a Málaga. Se duchó en la propia comisaría y recibió agua y comida.
Los agentes llevaron al joven alemán a la estación de autobuses y se marchó a la ciudad vecina, desde donde partió hacia su tierra. Su madre le hizo llegar los billetes de avión a través de la Embajada. Un final feliz para un muchacho que, de no ser por los agentes que se fijaron en él, habría seguido viviendo en la calle durante un tiempo indeterminado.
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