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Enyerberth, con su patinete y su mochila, en la Plaza del Carmen. J. E. C.
De Graná

Un glovo en Plaza del Carmen

A la una del mediodía, no hay un banco de la plaza en el que no haya un repartidor con la mirada perdida en el móvil, viendo 'stories' de otros sin parar, a la espera de una batseñal que dispare el primer pedido del día

Domingo, 2 de marzo 2025

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La Plaza del Carmen parece la piscina de la urbanización. Es la una del mediodía y un puñado de pies colgantes remueven el cemento, provocando ... ondas que van y vienen de una punta a otra. Ondas literales e invisibles encadenadas al 5G del móvil, a la espera de una batseñal que dispare el primer pedido del día. Están sentados por parejas en los bancos de la plaza, pero no se hablan ni se miran demasiado, como compañeros de pupitre que nunca se ven en el recreo. Tienen la cabeza hundida y pegada al móvil, moviendo el dedo constantemente sobre la vasta infinidad de las stories de otros, por las que de vez en cuando se cuelan.

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