Barrios de Granada
El jardín vertical de la casa okupa de la calle Santiago del Realejo cumple cuatro añosLa iniciativa parte de los propios vecinos que lo cuidan y riegan, y tiene por objetivo hacer la calle «más alegre y verde»
El Callejón del Señor está de enhorabuena. El huerto-jardín vertical que da color natural a esta sombría calle ha cumplido cuatro años y se ... muestra florido, verde y con ese toque urbanita con el que se ha dotado gracias al empuje de los vecinos. También es la única buena noticia que alberga este bloque que hace esquina con la calle Santiago y que está ocupado por la eterna y criticada casa okupa.
De hecho, el jardín vertical ocupa la cancela de entrada a la cochera del edificio, que, víctima de la pasada crisis, permanece herido con su esqueleto al viento y al cielo de Granada, lleno de okupas y repleto de continuas denuncias de la asociación de vecinos, sin que ninguna institución con las competencias adecuadas pueda poner solución a este problema.
Mientras llega el final de esta historia para que empiece de nuevo con la conversión del bloque okupado en un nuevo edificio de viviendas, el jardín vertical de su cancela del garaje luce florido y alegra la vista a los viandantes.
Colaboración popular
La historia de este curioso huerto-jardín está contada en una pizarra incrustada entre las macetas de plantas. «Bienvenidxs al Huerto-Jardín del Callejón del Señor. Este espacio verde fue creado en septiembre de 2021 por los vecinos del Realejo, los greñúos». También explican sus objetivos: «Hacer esta calle más alegre y más verde».
De igual forma, se ha podido leer en este tiempo que la iniciativa vecinal busca que sea útil. «Para disfrutar de los paseos al cole, al trabajo, a las compras en el barrio, a sacar al perro o al Campo del Príncipe».
Asimismo, animan a colaborar al resto de los vecinos y vecinas del barrio. «Puedes donar plantas, tierra. Regalarlas. Cuidarlas. Protegerlas de los coches. Evitar que las arranquen». También incluyen una señal de prohibido hacer pis para que los dueños de los perros que cada mañana se dedican a alfombrar las estrechas calles del barrio con las cacas de sus mascotas aprovechen el jardín como urinario y el sueño de una calle más verde quede amenazado.
Cuatro años después, el huerto-jardín es ya parte de la calle, como la enorme pintada que hay en la misma pared de la casa okupa en el Callejón del Señor. Como curiosidad, no solo hay maceteros, ya que los jardineros han encontrado una forma de reciclar las zapatillas de deporte viejas a modo de recipientes. De forma que de su interior brotan las hojas verdes.
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