Génova presiona para relevar a Pablo García al frente del PP de Granada
Crónica política ·
La dirección nacional del PP presiona para relevar a Pablo García al frente de la presidencia provincial del partido. El desenlace es cuestión de horasEl lunes, a las 19.30, estaba previsto el tradicional arranque del curso político en el PP de Granada. Ese acto que, en tiempos de ... Sebastián Pérez, se celebraba en Órgiva, donde el anterior presidente provincial enarboló a final del verano pasado el dos más dos de la capital y lanzó un ultimátum a Luis Salvador que todavía dura. En esta ocasión, el acto se iba a celebrar de manera telemática. Sin embargo, a las 10.26 de la mañana del mismo lunes se envió una circular interna para desconvocarlo por «motivos de agenda». En realidad, fue la dirección nacional quien mandó suspenderlo desde Génova. A partir de ese momento se precipitó una ronda de contactos, reuniones y llamadas que tienen por objetivo relevar a Pablo García al frente del partido en la provincia, cargo al que accedió tras la precipitada dimisión de Pérez a finales de enero.
Argumentos hay muchos y ninguno en particular. Todo es producto de esos pulsos internos donde unas veces se gana y otras se pierde. Le reprochan cierta inacción en este tiempo, que no haya renovado la estructura del partido ni terminado de reconciliar a las dos corrientes más representativas. Por un lado está el sector formado en el entorno de la Junta, más afín a la dirección regional. De otro, una amalgama de cargos y militantes que, aunque sea por exclusión, se ha situado en la órbita de Génova, donde la persona que más ha influido ha sido el ahora senador y alcalde de Güéjar Sierra, José Antonio Robles.
Génova quiere un presidente que acelere el pulso del partido y que Pablo García se centre en la Delegación del Gobierno. También, romper vínculos con la etapa de Sebastián Pérez, de quien García fue secretario general –otro de los motivos esgrimidos–. Pero es difícil encontrar en el PP un cargo que no haya tenido relación con Pérez en algún momento de sus 15 años de su etapa como presidente provincial. En su labor orgánica, en estos meses con Pablo García al frente del partido se ha normalizado la relación con Ciudadanos en el Ayuntamiento de la capital y también con Vox, que puede ser una aliado necesario en la plaza del Carmen o un incordio.
Sin acuerdo para el número dos
Es cierto que Pablo García ha ido con calma en la renovación. También lo es que ha seguido instrucciones de la dirección regional, que primero le dio manos libres y conforme pasó el tiempo le recomendó frenar. Uno de los asuntos pendientes es que, desde enero, el partido no tiene número dos, que es quien verdaderamente se faja en los asuntos diarios. Robles pretendía serlo él y que así estuvieran representadas ambas corrientes. Tenía ascendentes para ser secretario provincial y se desenvuelve con soltura en esas labores de 'fontanería', pero esa opción la taponó Sevilla. Al inicio del verano se pusieron sobre la mesa varios nombres pretendidamente de consenso pero Robles no accedió. Incluso, llegó a haber un secretario general in pectore con el visto bueno de Sevilla. Se trataba de un concejal de la capital. Esta vez fue Génova quien frustró la operación.
Posible gestora
La situación era tan atípica que el PP de Granada se disponía a arrancar el curso político sin convocar la junta directiva y sin definir su estructura. Y aquí fue cuando Génova decidió que se había agotado el tiempo para que todos los sectores llegaran a un entendimiento por sí mismos y, a mitad de esta semana, conminó a Pablo García a dejar la presidencia. La diferencia con las tensiones anteriores ha sido que –por ahora– Sevilla se ha inhibido; que en consecuencia viene a ser ponerse del lado de Génova. Mientras en Granada discutían los unos y los otros, los que se pusieron de acuerdo fueron Elías Bendodo y Teodoro García Egea. Esta semana, Pablo García ha sido citado en Sevilla y en Génova. Tanto Juanma Moreno como Pablo Casado están al corriente de todos los movimientos.
El desenlace, según fuentes internas, es cuestión de horas. Y Madrid, insisten las mismas fuentes, tiene la decisión tomada. Si el relevo no se produce pronto y de manera natural, Génova intervendrá el partido nombrará una gestora. La opción para la presidencia es un alcalde.
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