Inés Arrimadas y David Cano analizan desde Granada los desafíos económicos y geopolíticos del nuevo escenario internacional

Arrimadas inició el encuentro exponiendo que el contexto internacional actual obliga a replantear el papel de Europa en el mundo. Señaló que, por primera vez, ante una crisis de gran magnitud, las principales capitales europeas han reaccionado de forma coordinada, lo que abre una vía para reforzar su unidad estratégica. «Considero que este alineamiento debe servir como base para relanzar una agenda de competitividad e innovación, tras años en los que el continente ha actuado más como regulador que como líder en el plano internacional», aseguró la exdiputada.

En su intervención, también se refirió al caso español. Destacó la existencia de talento digital e investigador y el atractivo que representa España como destino profesional en un entorno laboral más flexible geográficamente. Apuntó que factores como la calidad de vida, los servicios públicos y el potencial del ecosistema innovador pueden contribuir a posicionar al país como polo de atracción de talento si se acompaña de reformas estructurales, inversión en infraestructuras y una regulación adaptada a los nuevos tiempos.

El encuentro, organizado por Management Activo junto con la Escuela Internacional de Gerencia y patrocinado por Cajamar, Crédito y Caución y Cívica, bajo el título «Desafíos clave para el futuro empresarial de España», tuvo lugar en la Escuela Internacional de Gerencia de Granada.

Por su parte, David Cano centró su análisis en la evolución del entorno económico. Explicó que, aunque el contexto global sigue siendo incierto y sujeto a tensiones como los aranceles estadounidenses, el escenario base sigue siendo de crecimiento, con una expansión prevista del 2,5 % para la economía mundial. Añadió que la inflación muestra señales de moderación, lo que podría permitir nuevos recortes de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo.

Cano destacó varias fortalezas estructurales de la economía española, como el sector turístico, la capacidad exportadora de bienes y servicios, especialmente de empresas medianas, y la actividad agroalimentaria. En cuanto a las debilidades, identificó desafíos compartidos con otras economías desarrolladas, como el envejecimiento poblacional, el déficit estructural y la escasez de mano de obra joven. También señaló la menor intensidad tecnológica de Europa frente a Estados Unidos como un factor a considerar en la estrategia económica futura.

Tras las exposiciones, los dos ponentes participaron en un espacio de diálogo conjunto en el que se analizó el papel que puede asumir la Unión Europea en un entorno internacional en transformación, su margen para mantener su modelo económico y social, y su capacidad de respuesta ante desafíos emergentes en los ámbitos político y financiero.

La jornada incluyó una reflexión sobre el papel del tejido empresarial de Granada y su entorno, haciendo hincapié en la necesidad de mejoras en infraestructuras y comunicaciones para favorecer su desarrollo. Se destacó el potencial económico de sectores como el agroalimentario, el logístico, el industrial y el tecnológico, y se subrayó la importancia de contar con marcos regulatorios estables y apoyo institucional para el fortalecimiento de las pequeñas y medianas empresas.