Incertidumbre y sorpresa en los comercios de Granada ante la nueva ley energética

En los comercios granadinos ahora mismo existe mucha incertidumbre. Ayer, la mayoría ni siquiera se habían enterado aún de las medidas. En varios locales ya hay quien piensa que no se van a poder cumplir las exigencias del Gobierno. Raquel, trabajadora del Centro Óptico de Puentezuelas, explicaba a este periódico que, al contar con cristaleras. si tiene que poner la temperatura a 27 grados no va a poder enfriar el local: «Esto sería un horno».

Otros establecimientos van a tener que cambiar sus costumbres postcovid. Es el caso de la zapatería El Rayo, en la calle Recogidas. Allí, su dependienta Malu explicaba que desde la pandemia se habían acostumbrado a tener la puerta siempre abierta y ahora tendrán que cambiar sus hábitos.

No todo el mundo está recibiendo bien las medidas. Francisco Prados, presidente de la asociación de comerciantes del Zaidín, declaró que él no va a acatar las medidas propuestas por el Gobierno. «Me parece absolutamente increible que no podamos decidir ya ni a qué temperatura queremos poner nuestro local». El representante dijo que el aire acondicionado lo pone a unos 22 grados para que la gente pueda notar la diferencia de temperatura con la calle y se quede y consuma. «Si pongo la temperatura a lo que marca el Gobierno, no se notará la diferencia con la calle y la gente no querrá entrar».

Sin embargo, desde la Federación de Comercio de Granada consideran que no van a existir muchos problemas para que los locales acaten la medida. Su presidenta, María Castillo, no cree que los pequeños comercios tengan muchos problemas. «Los locales pequeños son más fáciles de aclimatar, y además no tendrán que señalizar la temperatura como si tendrán que hacerlo los locales de más de mil metros cuadrados». Además, el tema de las puertas es otro que preocupa mucho. Varios negocios se van a ver obligados de aquí al 30 de septiembre a instalar un sistema para mantener las puertas cerradas. Muchos locales tienen apertura automática o directamente no tienen puerta como tal. «Nos preocupa porque las puertas son un gasto importante, no sabemos si la Junta querrá poner alguna subvención, porque si no algunos establecimientos no van a poder afrontarlo».

La incertidumbre también surge a la hora de saber cómo se va a inspeccionar que estas medidas se cumplen. Como todo decreto-ley, debe ser supervisado por las comunidades autónomas, por lo que en principio será la Junta de Andalucía la que tenga que velar por el cumplimiento de las nuevas reglas. Sergio Moreno, de la Federación de Comercio, lo explica así: «No sabemos cuanto de permisiva va a ser la Junta. Pero ya hace varios años que es obligatoria determinada temperatura en los edificios públicos y no se cumple porque nadie se preocupa por inspeccionarlo».