Jorge Saavedra: El hombre que susurraba a los alcaldes

De momento, en estas dos primeras semanas se le ve volcado y se le nota contento. Cuando le suelto si va camino de ser alcalde de Granada se sacude la pregunta con una mano y responde francamente:«Me gusta este trabajo porque, para empezar, puedo hablar con muchos alcaldes. Me gusta la negociación permanente, viendo proyectos de futuro».

Y ya ha salido nada más empezar la clave de por qué Jorge Saavedra está al volante del Consorcio Metropolitano de Transportes. Lo reconfirma él mismo con su segundo comentario: «En lo que va de mañana ya he hablado con los alcaldes de Churriana de la Vega, Armilla, Atarfe, Santa Fe, Cúllar Vega y Maracena y me he reunido cara a cara con el de Iznalloz». Y lo dice encantado.

Rocío Díaz, actual directora del Patronato de la Alhambra, conoce bien a Jorge Saavedra. Le llamó en 2015 para ser coordinador de Participación Ciudadana cuando ella era concejala. Y lo define con una sola frase:«Es el hombre tranquilo». Ysigue:«Tiene la capacidad de escuchar, de negociación y de buscar salidas a los problemas del día a día. Hace lo posible por buscar una solución». Aporta como dato: «Ha sabido hacerlo en Participación Ciudadana conmigo. Cuando hemos tenido la oportunidad de trabajar juntos ha sido dialogante y ha sabido escuchar. Antes de hablar, escucha. Y creo que eso en el puesto que ahora tiene es fundamental. Él se lleva bien con todos los grupos políticos y es una persona de consenso. Busca puntos de encuentro. Es una persona que se le conoce por su trabajo, no por querer aparentar», remata.

La consejera de Fomento de la Junta de Andalucía, Marifrán Carazo, es la actual jefa de Jorge Saavedra. «Lo que más destaco, y es por lo que he pensado en él como director gerente del Consorcio Metropolitano de Transportes, es que es un puesto que tiene mucha importancia y en el que tiene que estar en contacto todo el rato con alcaldes».

Yes aquí donde vuelve a aparecer «su capacidad de diálogo y de alcanzar acuerdos». Marifrán Carazo también pone ejemplos:«Es muy convincente. Lo ha demostrado como concejal en Granada, como presidente de la junta municipal de distrito con sus asociaciones de vecinos en La Chana, y también dentro del partido».

«Sabe escuchar, entender, es muy empático, sabe montar equipos. Y en un sitio que se relaciona a diario con los alcaldes su perfil viene perfecto por su capacidad de entender y llegar a acuerdos. Se necesita a una persona así, que hable con los alcaldes y que busque una solución a los primeros».

Jorge Saavedra es del Valle del Zalabí, de ese lugar onírico en la comarca accitana donde el pan es pan de verdad y los paseos por el valle son preciosos «aunque el río ya no lleve tanta agua». Nacido en 1980, estudió sus primeros años en el colegio de Alquife, donde sus padres eran maestros en ese colegio. «Vivíamos allí en la típica casa de los maestros, que Alquife era muy potente gracias a las minas».

A los ocho años volvieron a Alcudia y cursó estudios de BUPy COU.«Empecé como un catetillo en los Maristas del Carril Picón». Su siguiente paso fue el conservatorio superior de música, el Victoria Eugenia. «Ahí hice el grado superior de música, especialidad de guitarra. Como estudié música desde muy pequeño en Guadix, cuando terminé COU solo me faltaba un año para tener la titulación superior en el conservatorio. Así que terminé COU y al año siguiente terminé los estudios superiores de Música».Era el año 2000 y decidió presentarse a las oposiciones en la especialidad de música «y saqué la plaza». Se presentó en Canarias y estuvo dos años trabajando en las islas. Volvió a Andalucía gracias a un concurso de traslado y cuando aterrizó en su tierra se le despertó, con la vida ya resuelta gracias a la oposición, la vena política.

Empezó desde abajo. «En el año 2003 empecé como concejal en Dúdar porque hay pueblos donde los partidos tienen complicaciones para completar las listas. El alcalde creyó que podía echarle una mano en la cultura y las fiestas y allí que me enrolé. Me ofreció la oportunidad de comenzar con él. Y ahí estuve dos mandatos, desde 2003 hasta 2011». Recuerda que, en Dúdar, como concejal de Deportes cuando organizaba los torneos llevaba los balones, ponía las redes y al final arbitraba el torneo.

Fue también en esa época cuando se apuntó a Nuevas Generaciones y fue presidente provincial durante dos años. Pero el salto a la primera división llega en 2011. «Me dieron la oportunidad de ir en las listas de Granada y tuve un mandato como concejal de Educación, Consumo y Empleo en el Ayuntamiento de Granada».

Yva a aparecer ahora otra clave que perfila la carrera de Jorge Saavedra. Tomen nota. «Ahí sí dejé mi puesto de trabajo como profesor. Desde Canarias he estado un curso en Alhendín, el siguiente en Otura, luego Churriana. En La Zubia en los dos institutos, también en Guadix, en Purullena, en el IES La Paz en la Zona Norte». Es decir, que es de pueblo y ha trabajado en varios de los pueblos del Área Metropolitana. Hay que valer.

En 2015 repite en las listas del PP en la capital pero no sale elegido, por lo que se reincorpora al instituto de Maracena, donde tiene la plaza. «Pero a los pocos meses me llamó Rocío Díaz para ser coordinador de la concejalía de Turismo y Participación Ciudadana. Y estuve un año escaso, hasta que perdimos el gobierno municipal tras la moción de censura». Otra vez de vuelta al instituto hasta que se ha incorporado al Consorcio de Transporte Metropolitano. Sólo queda por contar de su carrera política los tres meses de 2019 que estuvo como concejal en la oposición. «Pero ya no dejé el instituto», confirma su ir y venir.

Queda una última pista que explica su vocación política, su querencia por trabajar rodeado de alcaldes por todas partes. FranciscoSaavedra, su padre, fue alcalde del Valle del Zalabí durante veinte años.

Y, claro, los recuerdos de Jorge están ahí: «El Ayuntamiento estaba en mi casa. Todo el mundo tocaba a la puerta y el salón de casa era el despacho de mi padre. Una política cercana y, además, sin medios. Prácticamente lo haces todo». Como susurrar a los alcaldes para llegar a buenos acuerdos.