La historia del granadino que vive en un antiguo monasterio alemán: «Aquí gano el doble y solo pago 300 euros»
Francisco José tenía claro que necesitaba más estabilidad en su vida a nivel económico y se fue a Himmelkron, un pequeño pueblo al norte de Baviera, a trabajar
A sus 40 años, cansado de la falta de estabilidad laboral y de sueldos bajos, Francisco José Canales dijo basta. Tras darle muchas vueltas lo ... tenía claro: había llegado el momento de dejar su Granada natal para empezar una nueva vida, una que fuera mejor, en Alemania. Así que cogió sus cosas y se marchó a Himmelkron, un pequeño pueblo al norte de Baviera en el que vive desde el pasado mes de febrero, a trabajar en una residencia.
«Mis últimos trabajos no me permitían formar un proyecto de vida, eran trabajos de supervivencia y tenía claro que quería algo mejor», explica el granadino a IDEAL. Así, gracias a la recomendación de un amigo que le informó sobre la posibilidad de irse a Alemania a trabajar, Francisco lo tuvo claro. «Mi sueldo en Granada no llegaba a los 1.000 euros y ahora cobro más del doble, 2.100 euros al mes. Y el año que viene, al cumplirse un año de contrato, el salario subirá más», detalla.
Es por este motivo que confiesa que su vida «ha mejorado muchísimo» a nivel económico, ya que al cobrar más del doble puede afrontar todos sus gastos del día a día y tener «más capacidad de ahorro». Sobre los precios en Alemania, el granadino reconoce que no ha notado una gran diferencia con los de España, más allá de que la carne y el pescado «están más caros». «Imagino que en ciudades más grandes los precios si serán más elevados pero al vivir en un pequeño pueblo las diferencias no son grandes».
«Ya no aguantaba el ruido, la contaminación, el incivismo y el exceso de turismo. Había mucho caos»
Francisco
Ahora mismo vive en un antiguo monasterio, un «kloster» reformado en el que alquila una habitación por unos 300 euros. Pero aunque comparte vivienda con otras personas, reconoce que se encuentra solo: «En ese sentido he ido a peor. En el pueblo no hay mucha vida social y me está costando conocer gente. Mi idea es mudarme a alguna ciudad de tamaño mediano cerca y ahí tener más posibilidades de sociabilizar».
Pese a encontrarse peor a nivel social, Francisco comenta que por el momento dejar Granada para marcharse a Alemania le compensa. «Pese a que estoy pasando jornadas de nostalgia y añoranza, el cambio me ha compensado. Este país tiene mucho por descubrir y estoy convencido de que mi situación mejorará».
El granadino afincado en Alemania cuenta como antes de marcharse veía ciertas cosas que ya no soportaba en Granada: «Ya no aguantaba el ruido, la contaminación, el incivismo y el exceso de turismo. Había mucho caos». Es por ese motivo que deseaba marcharse a un pueblo alejado de todo eso. Aunque ahora reconoce que «puede que me esté arrepintiendo de ese pensamiento» ya que está viendo «lo que supone vivir solo» y en un lugar «que no es el tuyo». «Muchos días pienso en volver a Granada pero como algo a largo plazo. Echo de menos mi ciudad pero mi futuro todavía está en Alemania», finaliza.
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