La hija del fallecido por mala praxis médica en Granada: «Se encontraba mal y nadie nos hizo caso»
Lydia movió cielo y tierra para hacerse con la documentación del hospital y ha conseguido probar en los tribunales que su padre fue víctima de una «negligencia»
Lydia Muñoz Manzano es la hija de José Manuel Muñoz Carranza, el paciente de 65 años fallecido por una peritonitis fulminante hace un lustro en ... el Hospital Clínico San Cecilio de Granada tras someterse a una reconstrucción intestinal. Al atender a IDEAL por teléfono no puede evitar emocionarse cuando recuerda la relación tan especial que ambos tenían. Tampoco ofuscarse al rememorar cómo ha funcionado la sanidad con su padre.
Lydia explica que su progenitor padecía cáncer de colon y que el sistema sanitario, para empezar, tardó «cinco años» en operarle para reconstruirle el instestino. Aquella intervención se llevó a cabo el 19 de noviembre de 2018 y resultó mortal, por desgracia.
«Mi padre no tenía 85 años, tenía 65», subraya la joven, tras apuntar que la operación duró «ocho horas y pico» cuando les habían dicho que estaría en quirófano «unas tres o cuatro horas». Durante todo ese tiempo eterno de espera, asegura, la información brilló por su ausencia.
El hombre sufrió posteriormente una sepsis letal, «una infección en la sangre», porque se le abrió uno de los puntos de sutura del intestino y nadie en el hospital se percató. Y nadie se percató porque no se le practicaron las pruebas pertinentes para detectarlo a tiempo, según ha determinado la Justicia. «Empezó a encontrarse muy mal no la noche antes, el día antes», puntualiza.
«Mi padre era un toro y resurgió como el ave fénix, pero pasó lo de la sepsis y nadie nos hizo caso»
«Mi padre era un toro y resurgió como el ave fénix, pero pasó lo de la sepsis y nadie nos hizo caso», se queja Lydia. Y es que pese a que el hombre tenía febrícula estando ingresado tras las operación y se avisó al personal sanitario, nadie optó por descartar de inmediato que hubiera sufrido una de las posibles complicaciones de la intervención.
Su estado fue empeorando a un ritmo vertiginoso y la noche fue un suplicio, como recuerda la joven. José Manuel fallecía sobre las 15.30 del día siguiente. Para Lydia, en el caso de su progenitor «hubo una negligencia tras otra».
Noche «fatídica»
Como ejemplo, señala que en el historial médico de su progenitor se encontró con que el enfermero de aquella «fatídica« y última madrugada apuntó que el paciente la había pasado «estupendamente» con el tratamiento pautado. «Esa frase fue la que se me quedó grabada», enfatiza. Tanto que le catapultó a iniciar acciones legales.
Lydia ha movido cielo y tierra para lograr que un juez les dé la razón a ella y a su familia, y lo ha conseguido en memoria de su padre, pero también para que no se vuelva a repetir una situación similar con ningún paciente. Ha tenido que sortear, afirma, «mentiras y engaños» porque «unos se tapan a otros», pero finalmente ha conseguido su objetivo, que no era ni mucho menos económico. «Yo lo que quiero es que haya cambios», se despide la joven, no sin antes ensalzar el relevante papel que jugó en su caso el médico forense, cuyo informe fue contundente y crucial para este desenlace.
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