La hermandad del Rocío de Granada pone rumbo a Almonte con una salida multitudinaria
El recorrido se inició tras una ceremonia religiosa, oficiada por el arzobispo, José María Gil
Encarna Ximénez de Cisneros
Domingo, 21 de mayo 2023, 00:07
Un sábado distinto. Qué carita ponían quienes no son de aquí y se encontraron con la fiesta; la fiesta de la salida de la hermandad ... del Rocío que, tras la Eucaristía en su sede, la iglesia de San Pedro y San Pablo, comenzaba el camino para postrarse a los pies de la Divina Pastora en tierras almonteñas. Tras la ceremonia religiosa, oficiada por el arzobispo, José María Gil, comenzó el recorrido por la Carrera del Darro, con música, luz y alegría entre los componentes de la hermandad y en las muchas, muchas personas que quisieron acompañarles. Nueva junta de Gobierno –tomaron posesión hace apenas unos meses– que no han tenido problemas para acometer esta nueva romería, porque son ya expertos. Es el caso del hermano mayor, Alfredo Alcalde, al que no se le caía la sonrisa de los labios.
Orgullo de quien lleva años haciendo el camino. Momento especial, no por repetido menos esperado, la despedida ante la Virgen de las Angustias, con el Simpecado delante de la Basílica y con la tradicional Salve, con ese «hasta luego» que se acompaña con el deseo de regresar sin incidencias.
Muchas personas aguantando el calor que entonces hacía, incluyendo a Noelia, en brazos de sus familiares, a la que daban aire con un abanico y con la que me lo pasé genial haciendo dibujos en mi libreta; esa en la que voy apuntando cada detalle.
Cómo Carmen Tovar y su hijo Nacho Espigares esperaban a la carreta; los saludos a los representantes de las distintas instituciones, de todo tipo, que participaban en el cortejo; saludo a Manuel Gálvez, consiliario; a Rafa Lorca –al que pregunté por su mujer, Elisa Pérez–; a Faly Ocaña, con su hija Sara López y al marido de ella, Luis Oriol, hoy uno de los componentes de la junta.
Como mayordomo, Javier García Marina, con el que, en su carreta, hice el recorrido hasta el lugar de acampada. Con él y con toda su maravillosa familia, incluyendo a su hija Nuria, con la que compartió los «vivas» en la puerta de la Basílica, y su madre, Carmen. Y, como siempre recuerdo, con el acompañamiento desde arriba de quien era –es- otro gran rociero, Antonio García Aguilera, en un día realmente emotivo.
A Javier le pedí que me pasara por el Simpecado una medalla muy especial que llevé durante toda la jornada –y ahora ocupa lugar de honor en mi casa–. Es el regalo que me han hecho Pepe Quiles y su mujer, Mercedes, que en esta ocasión no pudieron estar en la salida hacia el Rocío, pero sí estaban en el corazón.
Ya en el almuerzo, bien acompañada de Irene Mateo, me encontré al pregonero de este año, Antonio López; a Alberto Ortega; a Víctor Hidalgo, Miguel Campos y la familia Muros; y también a Valeriano Díaz, con su mujer Marta y sus hijos, y muchos más.
Ya va Granada camino del Rocío. Que la Virgen les acompañe y que lo disfruten mucho.
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