Ataques a autobuses en Granada por toda la ciudad con «huevos, piedras y bombas de amoniaco»

La situación fue tal que el propio concejal del ramo, César Díaz, llegó a avisar de que no le temblaría el pulso para interrumpir el servicio si estos episodios se recrudecían.

La cosa empezó pronto. Y lo hizo en la zona en la que hubo más lanzamientos de huevos al transporte público, una moda que se ha extendido a lo largo y ancho de la cartografía española. A las 16.30 horas se registró el primer incidente. Fue en la calle Julio Moreno Dávila, en el barrio de Cartuja. Se recibió la primera llamada informando del lanzamiento de huevos por parte de niños a los autobuses urbanos de las líneas 5, 8 y N6, llegando a impactar uno de los proyectiles en la luna de un vehículo que circulaba por la calle Julio Moreno Dávila. Rápidamente se puso en marcha la operativa de la Policía Local y de la concesionaria del servicio de transportes. Detectado el primer punto negro, era necesario esquivarlo para lo que quedaba de jornada. Se decidió entonces desviar las líneas 8, 5 y N6.

Una patrulla comenzó a hacer labores de seguimiento, escolta y vigilancia en esta zona. Y así empezaron las incautaciones de huevos, que acabaron siendo numerosísimas. Primero 180, luego 90 y así hasta 700, que fue la cifra con la que se cerró el primer turno policial a las diez de la noche. Una hora en la que se habían contabilizado ya cinco ataques a autobuses y un cuarto desvío.

El saldo asustaba teniendo en cuenta dos cosas: primero, que todos esos huevos iban derechos a los autobuses, con todo lo que implicaba para la seguridad de la conducción. Y segundo, que a ninguno de los que le requisaron tenía más de 13 años. Aún así se identificaron a cuatro jóvenes, a quienes se les advirtió de que su conducta, lejos de ser una chiquillada, podía llegar a constituir hasta un delito contra la seguridad del tráfico en el caso de accidente.

Pero la cosa no quedó ahí: fue incluso a más. Rondando la medianoche la situación empeoró ostensiblemente. Ya no era exclusivamente la zona Norte sino también en La Chana, el Zaidín, Bola de Oro o Carretera de la Sierra se registraban incidentes. Con huevos en su mayoría, pero también piedras y hasta bombas de amoniaco, tal y como confirmaron fuentes municipales.

El concejal César Díaz confesó su preocupación a IDEAL. Cree que estos comportamientos están adquiriendo unas «dimensiones desproporcionadas» y que tomará nota para frenar de una vez esta suerte de diversión con altas dosis de «irresponsabilidad», dijo.

Sobre las 0:30 horas acabaron los incidentes de esta naturaleza, continuando el dispositivo previsto para el turno de noche, en el que las novedades más destacadas tuvieron que ver con ruidos en vivienda y consumo de alcohol en la vía pública.

Con respecto al primero de los asuntos, se recibieron hasta 50 llamadas quejándose de fiestas o ruidos de otro tipo en viviendas. Se procedió a denunciar a 7 personas, mientras que en el resto de los casos, o bien el ruido no era de entidad suficiente, o ya había finalizado a la llegada de la patrulla. En cuanto a llamadas por consumo de alcohol en la vía pública, se recibieron un total de 9, siendo atendidas todas ellas y procediendo a la denuncia de 92 personas por estos hechos, sumándose a ello otras 2 por miccionar en la vía, y 2 más por tenencia de sustancias psicotrópicas y por falta de respeto a los agentes de la autoridad.

Por último, se produjeron otros actos vandálicos como la quema de dos contenedores de residuos orgánicos, por lo que se dio aviso al Servicio de Extinción de Incendios, dando cuenta de los hechos al Juzgado de Guardia mediante comparecencia en Comisaría Provincial y a los titulares/propietarios de los contenedores.