Grupos criminales se pasan a las estafas con criptomonedas por su alto rendimiento
Las denuncias se disparan y los investigadores alertan de la dificultad para recuperar el dinero de las víctimas, que llegan a perder cantidades desorbitadas
Utilizan la Inteligencia Artificial (IA) para mostrar decenas de rostros conocidos en esos anuncios. Los usuarios los ven mientras deslizan pantallas en redes sociales o ... consumen un vídeo de YouTube. Y ahí están ellos, Jorge Lorenzo, Florentino Pérez, Pedro Sánchez, Alberto Núñez Feijóo, Isabel Díaz Ayuso o Pablo Motos, entre otros muchos. No son reales, pero lo parecen gracias a la IA. Aconsejan invertir dinero en criptomonedas, porque, aseguran, reporta grandes beneficios. Una inversión, dicen, «segura y rentable», pero que en realidad es falsa. Los timos de este tipo se han disparado en el territorio nacional, también en Granada. Los investigadores alertan de que grupos criminales que antes se dedicaban al tráfico de drogas o a otros delitos «de más relevancia» se han pasado a esta modalidad por el alto rendimiento que genera y lo complicado que es llegar hasta ellos.
Los grupos de la Policía Nacional encargados de estos temas son la Unidad de delincuencia económica y fiscal (UDEF) y el de Blanqueo de capitales, debido a que un gran volumen de trabajo se centra en realizar la trazabilidad (buscar el origen) de las cuentas bancarias de los estafadores. Trabajan de la mano del grupo de Delitos tecnológicos. «En el 80% de las denuncias por estafas informáticas que tenemos encontramos la utilización de criptoactivos (activos digitales que se transfieren a través de tecnologías de registro). No solo son el gancho para engañar a las víctimas, sino que también porque ellos mismos las usan. Las criptomonedas se transfieren de forma muy sencilla y es una manera de ocultar y dificultar la trazabilidad del dinero. Una vez que han blanqueado los criptoactivos, ya sí los pasan a cuentas bancarias para poder disfrutar del dinero», detalla el oficial de Policía Nacional Rubén F., de la UDEF. Solo en su grupo tienen activas en la actualidad unas 300 denuncias relacionadas con criptoactivos: estafas relacionadas con fraudes de inversión, amorosas o del 'hijo en apuros', entre otras.
Falta de colaboración
Estas investigaciones se antojan muy complicadas, entre otras cuestiones, porque las plataformas donde se intercambian criptomonedas «no colaboran», los movimientos son constantes y se trata de cuentas monedero anónimas. «Mucho del dinero que se mueve en criptomonedas proviene de la delincuencia, tráfico de drogas, armas o prostitución, por ejemplo», agrega el inspector responsable de la sección de Blanqueo de capitales.
Además de usarlas para esconder el dinero que obtienen de forma ilegal, los delincuentes las utilizan de gancho para captar a sus víctimas, a las que les prometen rentabilidades muy elevadas con inversiones bajas. «Les aseguran que sus 250 euros se convertirán en 8.000 y los convencen», indican los expertos. En este sentido, las denuncias han aumentado «muchísimo». «El crecimiento es exponencial cada año, no para», lamentan los agentes.
Detrás de estos hechos delictivos se encuentran grupos criminales asentados en cualquier parte del mundo, pues solo necesitan de Internet y dispositivos electrónicos para cometer sus fechorías. En España, la Policía Nacional ha detectado que, incluso, grupos criminales dedicados al tráfico de drogas «y a otros delitos de más relevancia» se han pasado a estas estafas «porque es mucho más lucrativo y por la impunidad que sienten». Como consecuencia, dejan cientos de afectados totalmente desplumados.
Las víctimas
Tanto la UDEF como Blanqueo de capitales ponen el foco en la misma cuestión, las víctimas. Es lo que más les preocupa. Acuden desesperados, después de darse cuenta de que han caído en una mentira. Se sienten torpes e ignorantes, pero la Policía Nacional insiste: hay una estafa diseñada para cada persona. «Esto no va de listos o tontos, va de autores que aprenden a hacer muy bien ese trabajo. Se forman durante meses y años, diez horas al día, para saber qué ofrecerle a cada persona y que pique», apostilla Rubén F. De hecho, entre los denunciantes hay perfiles de todo tipo. Médicos, profesores de universidad, policías, fontaneros, panaderos. Jóvenes con 18 años recién cumplidos o personas que rondan los 80. «Los delincuentes saben quién es más propicio a caer en una estafa de un piso vacacional o de un fraude de inversión», agrega.
Todos hacen la misma pregunta cuando acuden a presentar una denuncia: ¿Podré recuperar mi dinero? La respuesta es que, en la mayoría de los casos, es bastante complicado. «Intentamos explicárselo de manera pedagógica, pero la cruda realidad es que es difícil, solo se recupera en un porcentaje muy pequeño. Hay que tener en cuenta que a nivel internacional, muchos países ni siquiera contestan a las peticiones de los órganos judiciales. Su legislación les permite no responder a un requerimiento de un país externo o que lo hagan de forma muy escueta», admiten desde la UDEF.
Relacionado con esta cuestión, recuerdan el caso reciente de una persona a la que le estafaron 120.000 euros con una falsa inversión en bitcoin. Al realizar la trazabilidad, determinaron que el dinero había sido depositado en un casino situado en Curazao, una isla del Caribe. «Hicimos una petición oficial de información al casino y no han respondido», destaca Rubén F. Un claro ejemplo de las dificultades que encuentran los investigadores.
Los agentes recuerdan que las criptomonedas en sí no son fraudulentas, pero son productos que no están respaldados por ningún banco central, con lo cual, la inversión es siempre de alto riesgo. Como medida preventiva, los interesados pueden consultar en la página oficial de la Comisión nacional del mercado de valores (CNMV) el listado de entidades advertidas. «Cuando en una web se anuncia un proceso de inversión, podemos introducirla ahí y saber si hay algún tipo de advertencia. También ofrecen un teléfono de atención al inversor, donde con una simple llamada pueden orientarnos para saber si lo que queremos hacer puede ser fraudulento», concluye la Policía Nacional.
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