Dos granadinos se convierten en los 'ángeles de la guarda' de un sintecho: «No permitiremos que vuelva a vivir en la calle»
Loli le ofreció vivir en su casa y José le ha comprado todo lo que ha necesitado a Kamal, un marroquí que tiene dos carreras, habla seis idiomas y lleva tres años en la ciudad
A Abdelkamel Boutchich (Rabat, 1972), Kamal para los amigos, 2020 le cambió la vida, pero para bien. En medio de una caótica pandemia, él asegura ... que este ha sido su año. No es para menos: ha logrado salir de ese pozo que supone ser una persona sin hogar. Ahora comparte techo con Loli, una granadina que lo acogió en su casa. Por otro lado, José, al que ahora considera su amigo del alma, le sigue proporcionando alimentos, ropa o cualquier producto que necesite para seguir adelante. Ellos son los 'ángeles de la guarda' de Kamal, un hombre con un currículum brillante (tiene dos carreras y habla seis idiomas)que llegó a Granada hace tres años en busca de un futuro mejor.
Su suerte comenzó a cambiar en abril de 2020, cuando un joven granadino publicó en Twitter su currículum, acompañado del texto: «Compartid. Vive en la calle». Después de salir en IDEAL por aquel gesto recibió decenas de llamadas ofreciéndole trabajo, pero su anhelo de lograr un empleo tendría que esperar: aún no tenía toda la documentación necesaria para trabajar.
Por aquella época conoció a José Antonio Guerrero, que ayudaba en la Asociación Calor y Café de Granada, y que hace más de 10 años decidió que emplearía su vida «en ayudar a los demás». José recuerda a la perfección la primera vez que vio a Kamal. «Estaba en un banco, con un trozo de tortilla para comer que se había guardado de la noche anterior. Me sonrió amablemente y tuve que acercarme, siento debilidad por las personas sin hogar. Son los que más sufren», asegura. Le dio 50 euros, intercambiaron teléfonos y desde entonces se han vuelto inseparables.
«Si el cáncer me da 10 años más de vida seguiré cumpliendo mi deseo, que es el de ayudar a los demás»
JOSÉ ANTONIO GUERRERO
La vida de José tampoco ha sido fácil. Le diagnosticaron en 2019 cáncer de garganta y nariz, y ha sufrido duros ciclos de quimioterapia y radioterapia que a día de hoy le impiden comer, por lo que tiene que alimentarse a base de batidos de farmacia. Este lunes espera resultados médicos. «Si la enfermedad me da 10 años más de vida seguiré cumpliendo mi deseo, que es el de ayudar a los demás. Y tengo claro que Kamal no volverá a dormir en la calle», explica el granadino.
José describe al marroquí como «una de las mejores personas» que ha conocido en su vida. «Ha preferido no comer cuando estaba en la calle que robar», añade. Son, en pocas palabras, «amigos para siempre». Y comparten un sueño: sacar de la calle a las miles de personas que actualmente no duermen bajo techo. «Él me da continuamente las gracias por haber sido rescatado. Yo le digo que la forma de devolvérmelo es que si algún día llega a su vida alguien que necesita ayuda, se la preste», manifiesta.
Compañeros de casa
La otra 'salvadora' de Kamal se llama Loli Ruiz, una granadina de 67 años que también tuvo que recurrir a la ayuda de la Asociación Calor y Café por una dura situación personal que vivió. Allí conoció a Kamal y se hicieron amigos.
«Pasamos 24 horas juntos y no tenemos ni una pelea, es un buen hombre»
loli ruiz
La situación mejoró meses después y en la actualidad ambos viven en la casa de Loli en Cúllar Vega. «Con mi pequeña pensión nos apañamos, pago los gastos, la comida, etc. Pasamos 24 horas juntos y no tenemos ni una pelea, es un buen hombre», explica la granadina. En su día a día ven la tele, cocinan, Loli le explica cómo fabrica los jabones naturales (su principal afición) y charlan largo y tendido. «Yo aprendo de él y él de mí», añade.
«Cuando pueda quiero llevar a toda la gente que me ha ayudado a Rabat y enseñarles Marruecos»
Abdelkamel Boutchich
Abdelkamel Boutchich, de 48 años, no tiene palabras para agradecer la ayuda que ha recibido en 2020, «el mejor año» para él. «He pasado por muchos países de Europa y en Granada he encontrado gente realmente buena, Loli y José son ángeles. Cuando pueda quiero llevar a toda la gente que me ha ayudado a Rabat y enseñarles Marruecos. Nunca olvidaré a los que me han ayudado», afirma convencido Kamal, que no recordará 2020 por la llegada de una pandemia: para él siempre será el año en el que dejó de pasar hambre y de dormir en las frías calles de Granada.
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