Los granadinos de Biden
El Fruto de la Empanada ·
antonio mesamadero
Martes, 10 de noviembre 2020, 10:13
Siempre que sale elegido un presidente norteamericano lo hace de la mano de Nostradamus con una profecía debajo del sobaco. Y digo sobaco en lugar ... de brazo porque estas profecías atribuidas al vidente huelen bastante y son como la falsa moneda (en este caso como un dólar falso), que de presidente en presidente de los EEUU va y ninguno se la queda. Hay una cuarteta sospechosa para todos los inquilinos que llegan a la Casa Blanca (la Casa Negra en el mandato de Obama), profecías que nunca se han cumplido, como todas las buenas profecías.
Dicen los estudiosos del vidente que compuso más cuartetas que Luis Aguilé canciones, bastante interpretables y regadas con un «copaso» de Sol y Sombra en vista de su peculiar lenguaje. Por ejemplo, en una habló del pérfido Mabus como incitador de una guerra nuclear y todo el mundo pensó que se refería a ese pensador llamado George Bush, listo como él solo. Viendo que el amigo de «Ansar» no logró erradicarnos del planeta, al ser elegido el sabrosón Obama se dijo que éste también era Mabus, pero más certero. Pero «vamus», que tampoco pasó nada salvo que ZP se engolosinó con él.
Descartado el negro las profecías clavaron su fatídica mirada en el amarillo, el amarillo orín del pelo de Donald Trump, poseedor por su gracejo personal del boleto premiado para anunciar con TRUMPetas el Apocalipsis, que tampoco nos hace falta, porque viendo el panorama económico dudo que sea peor.
Descartada la adivinación como forma de compañía fiable, nadie puede predecir si Biden va a desanudar esa ley mordaza económica que Donald pergeño para darle por el hueco de la aceituna a nuestros olivareros. Aquello fue un prensado en frío con alevosía a nuestro sector exportador. Trump, cuya mejor virtud es que tiene el labio de abajo como el contrafuerte de un orinal, es un supremacista con un tinte rubio sobre la cabeza y un tinte racista dentro de ella. A él le da igual un mejicano que un español y un francés que un beso negro, porque defiende la reducción lingüística de un Toro Sentado poniendo el huevo en el sillón del Despacho Oval: Yo blanco, tú ilegal, tú negro, tú amarillo, y así hasta completar la gama Pantone de colores.
La filosofía hermética habla de dos tipos de personas, la esencial la material. La persona material ve un árbol y ya está, y la esencial contempla el árbol y ve hojas, ramas, raíces... y hasta piensa en el gilipollas que tatuará un corazón con el nombre de ella sobre su corteza. El mismo tío que años, tal vez días después, volverá con una motosierra arrepentido de sus sentimientos.
Trump pensó (es un decir) que la aceituna negra española perjudicaba a la aceituna negra californiana, que como todos sabemos se siente más americana que nadie, y cuando brota del árbol lo hace cantando «New York, New York». No hacen falta profecías para detectar a un majadero integral o de siete cereales.
Juro que si Joe levanta las medidas del «pelozanahoria» contra nuestros productos granadinos, cogeré el primer vuelo a Washington disfrazado de conejita Play Boy enseñando la patita y me plantaré enfrente de la Casa Blanca para ofrecerme en cuerpo y cuerpo a Biden como forma de agradecimiento (aunque tampoco parece estar para muchos trotes, la verdad). Yo por nuestros agricultores dejo hasta que me guise al ajillo.
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